Kieran

Te encontré

-California 2005-

Una zona privada, entre palmeras y plantas acordes al clima, se hallaba una casa blanca, de dos pisos, con un amplio balcón, con excelente vista al mar. Era medio día y como siempre, aquella niña de ojos azules y cabello rubio, se encontraba sentada en una pequeña mecedora hecha de tiras de hule, con su vestido blanco, y sombrero beige. Mirando a sus tíos pasear por la orilla del mar, con pies descalzos tomados de la mano, a pesar de no mostrar nada en sus gestos, por dentro le alegraba verlos tan unidos y felices.

-¡Prima!-un niño un año mayor que ella, llegaba con un barco de madera den mano- ¡mira, lo he terminado!-

Detiene la silla, posando su atención en el barco que su primo le mostraba, tomándolo entre sus manos, acariciaba los bordes, las velas y los cañones, veía el brillo en el niño, así que le regala una leve sonrisa, devolviéndoselo.

-Es-Está hermo-moso-

Ella había sido tartamuda desde que tenía uso de razón, se había acoplado ya a su manera de hablar, sabiendo ignorar las burlas, que constantemente sufría en la escuela, pero su primo, siempre la defendía, y por ello, ambos eran muy unidos, como si realmente fueran hermanos.

-Gracias-se sienta a su lado-mamá dice que puedo competir este año, ¿crees qué tengo oportunidad de ganar?-

-Si-si, te he vis-visto practicar-suspira-tú ga-ganarás-

-Pero vendrás conmigo, ¿verdad?-ella le costaba negarse a esa mirada.

-Y-Yo... no...-

-¡Vamos!-insiste-eres mi mejor aliada, la que me mostró como mejorarlo, por favor-

-D-De acuerdo-

Se gana el abrazo de su primo, por lo que ambos se mantienen en ese balcón sentados en sus mecedoras, saludando a la pareja que los veía desde el mar, para después mirar a la hermana mayor, casi una adolescente, de cabello rojizo, quien al verlos sonríe, traía consigo una mochila llena de libros. Después de unos minutos llega con ellos.

-¿Cómo están mis teletubis?-

-Mi prima a aceptado acompañarme a la competencia-decía el niño brincando.

-Eso está muy bien-dice su hermana mayor mirando a la rubia-debes tomar un poco de sol, es California-

-N-No me gu-gusta el sol-

-Por esto están tan pálida-le quita el sombrero colocándoselo en su cabeza-pero con que hayas aceptado ir con mi hermano, me conformo, además he traído libros nuevos, tendremos mucho para trabajar-

-¿Entonces ella podrá hablar mejor?-el pequeño mira los libros curioso.

-Así lo espero hermanito-le sacude el cabello.

-¿Cre-Crees que sir-sirva?-no se veía animada.

-Tú, hablarás perfectamente, con una fluidez absoluta, que dejarás helada y cautivada a cualquier persona-

Es así, como esa tarde, los dos pequeños estaban sentados en el piso, mirando a la hermana mayor, quien le mostraba los ejercicios que la rubia debía hacer. Comenzando en ese instante, le costaba trabajo, pero sus primos la alentaban, eso era suficiente, puesto que a pesar de que todo un año se mantuvo en silencio, ahora apreciaba que ellos la quisieran, olvidando lo fría y distante que fue en el pasado. Aquella persona que había sido su única compañía en Irlanda, ya no estaba a su lado, supo que la habían enviado con familiares, como a ella, que añoraba cada momento con el par perfecto.

.

La competencia tenía excelente día, sus tíos iban detrás de ella y su primo, pues la mayor no podría acompañarlos, tenía clases de verano, nunca supo por qué si era muy inteligente, pero ese momento solo se concentraba en ser un verdadero apoyo para el castaño, ella llevaba un hermoso vestido azul cielo y él, un traje de marinero azul oscuro. Mira a su primo colocar el barco en la línea asignada, además de como los niños de siempre lo molestaban, eso le enfadaba, no quería que le hicieran eso a su primo que era muy bueno. Al regresar, él le sonríe pues no quería verse triste para ella y saca el control remoto. Los adultos debían quedarse en las gradas observando.