Capítulo 3

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Narrador P.O.V

—¿Por qué? –preguntó fastidiada su amiga.

–Porque…

—¿Sí…?

—Porque a él le gusta Cho. –explicó como si fuera lo más obvio.

—Esa no es una excusa convincente, Hermione. –espetó con calma– Lo que pasa es que tienes miedo a que te rechace, ¿no es así?

—Un poco, sí. –suspiró– Somos casi hermanos, nos conocemos desde el primer día que llegamos aquí. –hizo una pausa para tomar aire y continuó– El simple hecho de que ahora lo vea como algo más que mi mejor amigo es una completa locura.

—Cariño, eso es normal. Es algo común y no deberías sentirte mal. –la animó– Además, ambos se conocen bien, se complementan y lo más importante, se quieren. –hizo una pausa– Sería muy estúpido por parte de Harry el no darse cuenta de la gran mujer que tiene enfrente y que siempre ha estado ahí con él.

—Lo sé Ginny, lo sé. –suspiró– Me encantaría que él lo sepa y no sé qué hacer para poder ir y contarle esto que me está pasando.

—Piensa bien las cosas Mione, no te precipites demasiado. –la aconsejó– Como te dije en la estación, quizás es solo algo pasajero. –hizo una pausa– ¿Te imaginas ir a contarle esto y luego te das cuenta que en realidad lo que sientes solo es cariño fraternal? Habrás destruido la amistad en cuestión de segundos con una confesión de tal magnitud.

La castaña sopesó sus palabras y guardó silencio por un largo rato. Quizás Ginny tenía razón, pero hasta no averiguarlo completamente de igual manera se quería arriesgar con respecto a sus sentimientos. Las equivocaciones son parte del aprendizaje de las personas y ella estaba dispuesta a correr ese gran riesgo. Sabía que las consecuencias podían ser de un tamaño colosal, pero daba igual. Siempre puso los sentimientos de los demás primero que los de ella y ya era hora de empezar a pensar en sí misma, sin miramientos ni culpa.

—Me arriesgaré de igual forma. –soltó– Dejaré de sentirme culpable por verlo con otros ojos. Es mi amigo, pero eso no impedirá que en futuro no muy lejano le diga que me gusta.

Su pelirroja amiga la miró con detenimiento y asintió.

—De acuerdo… si eso quieres, entonces tendrás todo mi apoyo. –le sonrió– Tú has estado conmigo en todo, ahora me toca a mi ayudarte.

—Gracias, no podía esperar menos de ti. –dijo abrazándola.

Guardaron silencio unos instantes, necesitaba aclarar su mente y justo recordó la conversación previa a todo el interrogatorio sobre Harry.

—Y bien, sigamos con nuestro plan. –dijo la castaña con cierta astucia.

—Sé que te dije que sí pero, ¿en serio pretendes seguir con esa locura? Cualquiera de las dos o las dos podrían salir heridas y todo por culpa nuestra y las ganas que tenemos de saber si es verdad que Dean tiene una relación con Hannah. –dijo la pelirroja.

—¡Tú fuiste la que dijo que quería investigar eso! –contestó su amiga mientras reía.

—Sí, lo sé, –rodó los ojos– Pero hay otras formas de averiguar, más sanas y en donde nadie saldrá herido.

—¿Acaso pretendes ir a preguntarle directamente a Dean sobre su vida amorosa o interrogar a sus amigos hasta que te lo digan? –espetó rodando los ojos.

Su amiga la miró con el rostro iluminado, como si le hubiesen dado la respuesta a la pregunta más difícil del mundo.

—¡Eso es! –gritó– ¡Le preguntaremos a Ron!

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