Capítulo 13

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Narrador P.O.V

El agua corría por su piel pero no prestaba atención a esa simple acción. Toda su concentración estaba en el chico que besaba su cuello con ímpetu y la acariciaba con delicadeza. Sonrió al notar que la apretaba más contra la pared y no le importaba quedar todo empapado.

Comenzó a desabrochar los botones de la camisa con sumo cuidado y al terminar pudo apreciar su torso desnudo y bien marcado. Se deleitó acariciando cada centímetro de su cuerpo y más aún al escuchar sus suspiros.

Se sentía afortunada de tener a semejante espécimen a su completa merced y saciando sus más íntimos deseos carnales.

—Quédate conmigo. –le escuchó decir mientras se introducía en su interior.

—Sí, –respondió entre jadeos– quiero quedarme contigo…

No sabía lo que aquellas palabras significaban y cuando estaba a punto de llegar al cielo abrió los ojos y vio el reflejo del rubio desvanecerse frente a ella.

Despertó acalorada y con ganas de morirse, ¿había soñado que tenía sexo con Draco? ¿Otra vez? Ciertamente no era la primera vez que soñaba que tenía sexo con el rubio y eso la exaspero.

—¡Joder! –gritó en medio de la noche y un llanto para nada discreto se apoderó de ella.

Había sido el sueño más extraño y excitante de toda su vida. Se sentía mal por tener esa clase de sueños con alguien que supuestamente era su enemigo.

—¿Estás bien? –escuchó mientras alguien abría la puerta de su habitación y se acercaba corriendo hasta su cama.

—Sal de aquí, Draco. –espetó mientras lloraba.

—En vez de echarme podrías decirme qué sucede, te escuché gritar desde mi cuarto y pensé que te había pasado algo.

Hermione le miró fijamente y en un impulso estúpido lo besó. Necesitaba sentir esos fríos labios sobre los suyos. Necesitaba saber que solo era una ilusión.

—Detente Herms, no quiero que después te arrepientas. –dijo haciendo acopio de su autocontrol.

—Lo siento… –susurró– No quería hacerlo.

—¿Me dirás que pasó? –habló muy cerca de sus labios.

—Solo fue una pesadilla. –mintió mientras rozaba su boca, provocándolo.

—¿Quieres que te haga compañía?

—No es necesario, estaré bien.

—¿Segura? –acotó mientras la acercaba a él y comenzaba a besar su cuello sin poder evitarlo.

—Completamente segura… –respondió soltando un suspiro.

—Entonces me iré. –dijo alejándose de ella.

Le costó apartarse, pero no la quería forzar a nada. No quería sentir su rechazo nuevamente.

Cuando iba llegando a la puerta escuchó la voz de Hermione susurrando las palabras que lo harían desfallecer de la emoción.

—¿Puedes quedarte a dormir aquí? –habló suavemente.

Draco intentó no sonreír y se dio la vuelta mirándola fijamente.

—¿No habías dicho que no querías compañía?

—Cambié de opinión…

El rubio se fue acercando poco a poco y se recostó a su lado como tantas veces lo había hecho, con la única diferencia que esta vez todo era diferente entre ellos.

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