Clases prohibidas

Capítulo 10

Narrador P.O.V

Nunca imaginó que su primer beso sería así y menos que sería con su peor enemigo. Maldecía en su interior porque lo estaba disfrutando y le estaba respondiendo. Lo hacía torpemente, pero lo intentaba a su manera; trataba complacer a su enemigo y no podía evitarlo.

Se separaron muy lentamente y se miraron. Draco le sonrió tiernamente y volvió a besarla una última vez.

—No está mal, –habló el rubio– para ser tu primer beso no estuvo para nada mal. –volvió a sonreírle.

Hermione se ruborizó levemente y se alejó de él, su contacto quemaba y eso la descolocó.

—Intenté hacerlo lo mejor que pude.

—Hoy has aprendido algo nuevo.

La castaña lo miró fijamente y se sintió la más estúpida de todas, ¿ese beso había sido parte de sus enseñanzas?

«Claro que sí imbécil, ¿qué esperabas? ¿Que dijera que le gustabas?»

—¿Esa ha sido la clase de hoy?

—Pues sí. –respondió no muy convencido– Debes mejorar un poco, tus manos deben aprender a acariciar, no se pueden quedar estáticas.

—De acuerdo… –suspiró de mala gana.

—¿Todo bien? –preguntó el rubio mirándola detenidamente.

—Sí… la verdad no. –contestó– Esto… bueno pues... no esperaba que mi primer beso fuera así…

—¿Así cómo?

—Contigo y sin una chispa de emoción… –rápidamente se arrepintió de lo que dijo– Me refiero... a que debió ser especial, ya sabes, besar a la persona que quieres y que ella te corresponda…

—¿Querías que fuera especial? –la chica asintió enérgicamente– ¿Qué es lo que esperas de un hombre Hermione?

La castaña lo miró entre sorprendida y nerviosa, ¿qué diantres esperaba ella de un hombre?

—Pues que no sea mujeriego, que sea atento, tierno, que me haga sentir que soy la única mujer del universo, que haga que me sienta afortunada de tenerlo y por sobre todo, que me ame…

—¿Y crees que en Potter encontrarás todo eso que buscas?

—No lo creo, –respondió– lo sé. Sé que en él encontraría eso y mucho más.

—Creo que deberías ver más allá de tus narices Granger, quizás encuentres algo mejor.

—¿Con algo mejor te refieres a ti? –ironizó– Sé que Harry no es de tu agrado, pero podrías intentar ayudarme y no mandar a volar mis creencias.

—No lo decía por mí. –dijo molesto– Igualmente podrías llegar a conocerme y darte cuenta que no soy lo que parezco.

—¿Entonces es una ilusión mía el hecho de que seas un mujeriego?

—Eso es porque nunca me he enamorado, pero ten por seguro que el día que me enamore seré un hombre nuevo.

—No me des excusas, los hombres como tú no cambian.

—¿Quieres apostar?

—No estoy para juegos Malfoy, el enamorarse no lo es.

—¿Tú estás enamorada de Potter?

¿Sentía amor hacia Harry? Quizás sí lo era...

—Yo… no lo sé.

—Cuando tengas una respuesta clara me la dices. –respondió– Y aunque no lo creas, las personas pueden cambiar.