Capítulo 7

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Narrador P.O.V

En el capítulo anterior…

—¡Joder que has dicho estúpido! –se reprendió una y otra vez.

—Pues enséñame a dejar de ser así. –dijo mirándolo fijamente.

—Pues será un placer. –dijo acercándose más de la cuenta.

**
Draco cayó en la cuenta de que casi coquetea con ella sin siquiera quererlo, menos mal y la castaña se alejó, vaya a saber uno que podría haber pasado. Por un breve instante se sintió atraído, ¡pero joder! Estaba hablando de la mejor amiga de San Potter…

Ahora él se dedicó a observar a la chica, ¿enserio Potter no había reparado en la existencia de ella? Ahora que estaban así de cerca y sin pelear e insultarse se permitió observarla con detenimiento, no la encontraba guapa, pero esa belleza que poseía la encontraba simpática.

Hermione por su parte se sentía cohibida ante tal escrutinio, la intensa mirada color plata del rubio la ponía nerviosa. No sabía qué esperar, ¿debía decirle algo? Sí, debía decirle que dejara de mirarla como quien observa a su presa antes de atacarla.

—Y bien, –rompió el silencio– ¿me enseñarás algo o te quedarás ahí parado?

El Slytherin despabiló y meneó la cabeza mientras se revolvía el cabello, aquel acto tan simple a la castaña le pareció encantador.

—Sí, anda, párate. Debemos arreglar ese uniforme.

—¿Es necesario hacerlo? A mí me gusta así.

—¿Quieres mi ayuda o no? –preguntó y la castaña asintió– Entonces seguirás los consejos que te daré.

—Bien. –respondió fastidiada– Pero que conste que no es de mi agrado lo que harás.

—Poco me importa, todo lo que haré será para que impresiones a cara rajada, no a mi.

Hermione asintió y el rubio puso manos a la obra. Tomó su varita y haciendo pequeñas florituras ajustó y acortó la falda de la chica. Hizo lo mismo con la camisa y la capa. Ahora sí se veía decente, se veía como una mujer.

—Bien, estás lista con el uniforme. Solo queda tu cabello.

—¿Tú harás eso?

—No, no sé si te importa pero le dije a mini comadreja que viniera.

—¿Para qué? –cuestionó.

—Para que ella vea que hace con tu cabello, no pienso meterme ahí.

—Me parece bien.

Justo cuando dijo eso, sintió un leve golpe en la puerta. El rubio se acercó y abrió dejando pasar a la pelirroja.

—¡Merlín que has hecho con tu uniforme! –exclamó nada más ver a su amiga.

—No fui yo, fue Malfoy.

—Déjame decirte Malfoy que hiciste un muy buen trabajo.

—Gracias, ya me había dado cuenta. –dijo con aires de grandeza.

—También deberías trabajar en lo egocéntrico que eres.

—Soy perfecto así, lo siento.

La pelirroja bufó y se centró en su amiga.

—¿Qué quieres que te haga?

—Estoy en tus manos, amiga.

—Bien, veamos que puedo hacer por ti.

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