"Cuando no quede más sitio en el infierno los muertos caminarán sobre la tierra" ¿cuantos hemos oído esa frase? En esta historia se hace real, vivido desde la perspectiva de un adolescente que lucha para sobrevivir en un mundo que poco a poco se asu...
Estábamos cerca, llegando a casa de mi tía, y solo podía fijarme en las calles, los lugares, como estaba siendo todo devastado en tan poco tiempo que había tomado el virus en expandirse e inclusive transformar a las personas en demonios come hombres. Mi tía siendo razonable tomó un atajo, tirar por autopista sería un suicidio teniendo en cuenta el estado de las situaciones, podríamos quedarnos parados, que una manada de esos caníbales nos devorasen violentamente. Sam estaba aún asustada se le notaba, se le veía insegura, sus ojos estaban llorosos, se me vino a la mente en ese momento mis padres, como casualidad del destino recibí un mensaje, era de mi madre este mensaje ponía:
Mama❤: Nicolás, papa y yo estamos a salvo nos emos enterado de los hechos , estamos ubicados aun en el aeropuerto con militares del gobierno protegiendo el lugar, había atraso en los vuelos y se cancelaron, estamos esperando respuesta para tomar otro vuelo, dile a tú tía caroline que te traiga lo mas antes, te queremos.
En ese momento volví a suspirar de satisfacción pero con un regusto de intranquilidad, pues no todo tenía pinta de estar bien. Llegamos por fin a la barriada de mi tía, estaba todo oscuro era intrépido, se notaba un aire muy inseguro, demasiado tranquilo estaba el lugar pensaba yo
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Mi tía aparcó, salimos rápido del coche entramos en el portal de pisos donde vivía, subíamos las escaleras mi tía vivía en un tercero, para sorpresa de todos, en el rellano del segundo había un caníbal atado a una silla, todos pegamos un bote al verlo, no esperábamos eso de repente, estaba forcejeando con las cadenas y la silla extendiendo sus manos gruñiendo, refunfuñaba, la baba se le caía, estaba hambriento con ganas de comernos a todos y cada uno de los que habíamos allí,
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Mi tía nos cogió a los dos, empezamos a subir rápido, otro gruñido se escuchaba de la planta alta, abrió rápido la puerta de la casa entramos y echó el seguro de la puerta, estábamos a salvo por ahora, mi tía se paró en la cocina:
Caroline: -ponerse cómodos, no creó que podrais disfrutar mucho de paz y tranquilidad-.
Nicolás: -¿ese de la silla quien era?-
Caroline: -ese es un capullo del segundo Nose como habrá llegado a estar así pero ojalá hubiera pasado antes-.
Sacó una botella de vino, y un par de refrescos, Sam cogió su lata de forma nerviosa, temerosa, sus gestos no desprendían tranquilidad en ningún momento, mi tía caroline prendió la televisión, algunos canales funcionaban aún, pero lo mas sorprendente fue un vídeo en el noticiero,
