psicósis

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Estuve echado por un par de horas, dado al gran temor y miedo que estremeció mi cuerpo al ver esas imágenes tan grotescas y perturbadoras, consciente de que ya todo iba a ser distinto, mi mente se debatía sobre si sola en dos partes, en pensar que sería algo que solucionaría rápido el gobierno, mi otra parte de la mente trataba de asumir que desde ese día todo sería distinto la vida cambiaría y los humanos estábamos destinados a desaparecer, no sabía que pensar estaba fragmentado.

Así que en tanto debate, saqué mi móvil cogí los auriculares y me puse a escuchar música, mi único antiestrés productivo, pero... no serviría para nada, no lograba ponerme tranquilo, así que guarde ambas cosas, necesitaría batería en el móvil para contactar con mi tía, también pensé que necesitaría todos mis sentidos en alerta por si cualquier cosa ocurriese, el tren era amplio,muchos vagones y parecía seguro, digo parecía porque no podía asegurarlo cien por cien en esos momentos.

Cualquier persona de allí incluido yo podría ser un infectado, me dediqué a mirar por las ventanas del tren para matar el tiempo, me fijé en varias cosas que veía una de ellas: que el tren no paraba en ninguna estación mas, y también qué estás estaban sin iluminación, tenía pinta de que apagaron los generadores de la ciudad, pasaron ya dos horas, me aburría como una ostra en ese instante algo me llamó la atención, un hombre en uno de los primeros asientos tenía un vendaje en el brazo mi mente estalló en ese momento.

Solo pensaba que en cualquier minuto voltearía la cabeza y empezaría a devorar a todos los que habíamos allí, lo que más inquieto me dejaba es que el tiempo en convertirse varía en cada persona por lo que en cualquier momento podría suceder. Por seguridad cogí mi navaja suiza, en caso de ataque me valdría de defensa,

el hombre con el vendaje no paraba de toser, era una tos intensa parecía que se le iban a salir los órganos por la boca, una vez que estuvo calmado, retiró el vendaje del brazo y se dejó ver una mordida que aún estaba latente, mis pensamientos ya ...

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el hombre con el vendaje no paraba de toser, era una tos intensa parecía que se le iban a salir los órganos por la boca, una vez que estuvo calmado, retiró el vendaje del brazo y se dejó ver una mordida que aún estaba latente, mis pensamientos ya fueron más claros ya tenía asumido que ese hombre era un infectado, mi corazón ya estaba mucho pero mucho más intranquilo.

El tren pasó por un túnel oscuro algo más de 20 minutos en los que abundaba el completo silencio, salió del túnel y la luz natural alumbraba el vagón, el hombre del vendaje se levantó tosiendo, de forma repentina calló al suelo empezó a darle lo que parecía eran espasmos o ataques de epilepsia, por un momento se quedó quieto su cuerpo en el suelo, para levantarse y reanimarse, sus movimientos eran lentos, torpes.

Un señor de entre 50 o 60 años se fue hacía el le preguntó si estaba bien, este tiró al señor al suelo, le mordió el cuello arrancandole el tendón de cuajo, el terror invadió al momento, de entre los demás vagones aparecieron más infectados, comenzaron a atacar a todos los que habíamos allí.

Un hombre de color
sacó un revólver abriendo fuego contra los caníbales, tumbó a 2 de ellos con disparos al cuerpo, no sirvieron para nada ya que volvieron a reanimarse, le quedaba pocas balas, cogió a una chavala aterrorizada que estaba cerca suya, la llevó al fondo, me cogió a mi también, una vez alfina del vagón nos dijo que nos atrincheraramos los tres, que cogiéramos lo primero que tuviéramos y lo usaremos de armas, el hombre volvió a batir fuego haciendo un buen descubrimiento que nos ayudaría por segundos, a los caníbales se les matan dándoles en el cerebro, empezamos a atacar ,a recular parecía que funcionaba, tristemente el hombre de color se quedó sin balas, el tren estaba entrando en la estación, nos dijo que salieramos rápido el los contendría.

Los caníbales cada vez estaban más cerca, me quedé mirándole sabía que no podía dejarlo ahí sólo, el se acercó a ellos puso su cuerpo de valla:

-¡ que miras chico corre no podré aguantar más no te preocupes por mí !- exclamo aguantando los caníbales

el cayó al suelo, la manada de caníbales estaban devorandolo, no tuve más remédio que cojer a la chica y salir del vagón. saltamos a la estación, el tren prosiguió su camino sin un alma viva, ese hombre de color nos había mantenido con vida, sin el no estaríamos contándolo, la chica que estaba conmigo lloraba desconsolada debido al terror que estaba sufriendo, le intenté calmar sin éxito, de la oscuridad se veían figuras corriendo hacía nosotros, estuve convencido de que eran otra manda de caníbales, tocaba correr de nuevo, huyendo la chica que aún no me dijó su nombre resbaló y cayó al suelo, un caníbal, se nos acercó, antes de que pusiera un diente en nosotros un disparo salió del fondo, me fijé y era un soldado del ejército, progresivamente corrimos para las escaleras, donde bajó un escuadrón de contención militar, seguimos corriendo hacía la entrada, sólo se oían disparos gritos junto a más ruidos, gracias a Dios estaba mi tía en su coche dentro, dejé de oír a los militares me paré a mirar sólo para ver a un caníbal pisando nuestros talones mientras corrimos, acabé con la última gota de energía que me quedaba sólo para ponernos a salvo, entramos rápido al coche y mi tía.

Seguidamente se puso en marcha, el caníbal se quedó atrás, posiblemente eran demasiados y hubieran acabado con todo el grupo de contención, yo estaba más aterrado que nunca:

tía Carol: -¿estáis bien los dos?

Nicolás-si estamos bien

Tía Carol :-¿no tenéis mordeduras ni nada?

Nicolás- No, estuvimos apunto.. pero estamos bien -

tía Carol :-¿ y tú como te llamas muchacha?

Sam: -soy samantha pero podéis decirme Sam-

sam era una chica bajita tez clara ojos verdes y pelo moreno.

mi tía puso la radio, ninguna emisora funcionaba, no se escuchaba nada. Ella me advirtió de que los vuelos estarían colapsados y sería un suicidio emprender un viaje, tendría que cruzar el país para llegar a otro lugar, así ubicarme en algún sitio a salvo.

Génesis 1: el levantamiento de los no muertos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora