Capítulo 9: Alma perturbada

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Capítulo 9:
Alma perturbada

La oscuridad nos lleva a una especie de túneles entrelazados poblados de muertos, niños, hombres, mujeres y ancianos

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La oscuridad nos lleva a una especie de túneles entrelazados poblados de muertos, niños, hombres, mujeres y ancianos. Son muchos y todos tienen esa sombra oscura carcomiendo sus almas. Están estancados en este lugar por los sentimientos más destructivos que pueda guardarse alguien, el odio y el rencor. Él hace todo lo contrario a lo que yo me dedico. Mi labor en este mundo es hacer que espíritus errantes, sedientos de venganza y con una venda en los ojos ante el perdón, acepten su muerte y sigan adelante sin que su pasado se convierta en una cadena a sus pies.

Ver todo esto es tan triste. La maldad es algo que se crea y se alimenta, como un parásito dentro del corazón. Cada persona es capaz de alimentar sus sentimientos para bien o para mal, pero en el caso de los muertos es diferente. Ellos quedan atrapados en eventos traumáticos que casi siempre ocurren con la muerte, y si alguien se dedica a ayudarlos a perdonar, ellos se liberan de los enlaces terrenales, pero si alguien se dedica a darles ideas de una falsa justicia, ocurre justo lo que está ante mis ojos

—¿Qué es todo esto? —me atrevo a preguntar.

—Son todos los que han sido maltratados por la humanidad, por el Cabildo, los linajes... Somos todos los que no fuimos aceptados por nuestros dones, y queremos justicia —explica observando a su alrededor a través de la tela que cubre su rostro.

—¿Justicia? ¿Cómo quieres hacer justicia? —pregunto poniendo distancia, pero la serpiente apenas me permite alejarme dos pasos.

—Haciéndolos pagar por todo el daño que nos causaron —dice con una euforia cargada de odio y resentimiento—. Quizás ahora no lo entiendas. Tú no has vivido el rechazo de la humanidad. Tampoco has visto cómo hemos muerto. Estoy seguro de que después de que veas la tragedia vivida por uno de estos niños, cambiarás de opinión y nos apoyarás.

Me cruzo de brazos. Las marcas en su cuerpo y ropa indican lo horrible que fue su muerte, pero eso no le da derecho a hundir en la oscuridad a tantos muertos, a niños inocentes. ¿Qué no conozco el rechazo?, me ha tocado vivirlo de la peor manera, porque una cosa es que la humanidad no te acepte por un don que no pueden comprender, pero otra muy distinta es que tu propia familia te rechace por ser diferente. Eso es mucho peor.

—No creo que me hagas cambiar de opinión —expreso con firmeza. Él me aterra, sí, pero me eligieron para enfrentar situaciones como esta y mientras me hacen regresar a mi cuerpo tengo que mantenerme con firmeza.

—Al final te unirás a nuestra causa —dice muy seguro de que así será.

Él cubre los dos pasos que nos separaban y entrelaza su brazo con el mío. Puedo sentir su intensa mirada, aunque no puedo ver sus ojos. Me hace caminar entre sus muertos, quienes me miran con desdén y desconfianza. A medida que avanzamos se hacen a un lado como si estar cerca de mí pudiera arrebatarles su oscuridad. Pero no es tan sencillo, hacer que un muerto se desprenda de lo que lo atosiga es más difícil que entrar a un cementerio a media noche.

Médium. Espada de hueso (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora