Capítulo 23: Amenaza

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Capítulo 23:
Amenaza

El color que Simone ha elegido para su boda es el durazno, por lo que me he medido como seis vestidos en esa tonalidad

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El color que Simone ha elegido para su boda es el durazno, por lo que me he medido como seis vestidos en esa tonalidad. Ninguno me ha gustado, y a ella tampoco. Han sido escasas las ocasiones en las que hemos compartido. La chica que nos está atendiendo ha recogido los vestidos para regresarlos a sus respectivos ganchos e ir por algún otro modelo que pueda ser de mi agrado.

—Has estado muy abstraída —dice Simone, sus bonitos ojos verdes me escudriñan queriendo saber qué ocurre dentro de mi cabeza. Si ella supiera todo lo que he descubierto en las últimas horas. Aún no puedo creer que Jhosep haya permitido la muerte de un niño, a la edad que él tenía eran bien sabidos todos los riesgos que conlleva hacer un ritual de invocación. Hasta el nigromante más experimentado pone en peligro su propia vida al convocar una entidad desconocida, nunca se sabe qué pueda exigir a cambio. Lo que hicieron no fue un accidente como lo han hecho ver, todos estaban tan conscientes de lo que ocurría como yo en este momento eligiendo un vestido.

Simone es una linda chica de cabello rizado en un tono castaño claro, un rostro blanco salpicado por pecas y unos ojos verdes. Una chica alta y delgada.

—Algunos problemas en el trabajo —digo sin darle mucha importancia para que no pregunte sobre ello, pero hoy precisamente Simone está muy interesada en mi cotidianidad laboral, más de lo que ha estado interesada en mi vida en mucho tiempo. Me sorprende porque ella no es como mi familia, que siempre encuentra la manera de juzgarme, pero siempre se ha mantenido al margen. El tema de los muertos no es bien llevado en la sociedad.

—Supongo que es sobre esa chica sacrificada que ahora anda caminando por allí como si nada —suena tan simple en sus labios—. Lorenzo me ha dicho que debo tener cuidado con un no muerto. Aún no he visto uno, y espero no tener uno enfrente nunca en mi vida, pero sí he escuchado que han visto no solo a uno sino a varios por la isla.

—En parte esa chica tiene algo que ver, pero la realidad es que han surgido otros inconvenientes.

Mientras esperamos a que la chica regrese con otro vestido, le comento un poco sobre lo que está sucediendo sin entrar en los detalles importantes, se siente bien hablar, es un desahogo.

Cuando salí del cementerio y subí al auto estuve tentada a llamarla y cancelar la elección del vestido, pero Asier insistió en que viniera para que me distrajera un poco; además, no tengo idea de cómo voy a probar que la muerte de Daniel no fue un accidente sino más bien un sacrificio, y que son los hermanos Hidalgo los responsables. Es un tema muy delicado, hay que abrir el caso de nuevo y exponer pruebas que aún no tengo en contra de una de las familias del linaje de la ilusión. Por el momento, Asier debe estar reunido con su abuelo en busca de una manera de comprobar que la familia Hidalgo hizo uso de sus habilidades para ocultar un delito.

—Si existe un desequilibrio entre lo que tú llamas los dos mundos, y tu novio ha visto a los fantasmas en el cementerio, ¿por qué no te aprovechas de la situación para que ese niño declare ante el Cabildo su propia muerte, así como hizo para mostrártelo a ti? —sugiere tomándose muy en serio mis problemas—. Quizás hasta pueda estar en el juicio, ser él mismo quien haga justicia por su temprana muerte. Aunque para mí todo esto sigue siendo muy ilógico.

Médium. Espada de hueso (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora