1

1.3K 18 2
                                    

Sábado, 3 de septiembre, estaba en el sofá de casa cuando alguien llamó, era mi madre.

Cogí el móvil y contesté.

-¡Mamá! -dije entusiasmada, ya que no me esperaba esta llamada.

-Hola Julia, ¿Cómo estás?

-Muy bien, aquí relajada, ¿y a tí, cómo te va por valencia? -le pregunté con ansia ya que mi madre estuvo todo el verano allí por trabajo, y no la veía desde principios de verano.

-Muy bien hija, tengo algo que contarte, y es que ya he cojido un tiket de tren para mañana de vuelta para casa.

-!¿En serio?! ¡que ganas de que llegues!

-Si hija, yo también ¡tengo muchas ganas! Por cierto, mañana tengo que hablar contigo y tus hermanos de algo muy importante...

-Si claro, pero no me asustes, ¿pasa algo?- No entendía a mi madre, no sabía a qué se refería.

-No tranquila- dijo con una voz no muy convencida.

Hubo un pequeño silencio un tanto incomodo hasta que ella se dispuso a hablar otra vez.

-Bueno hija hasta mañana, llego a las 5 de la tarde a la estación de tren, más o menos.

-Está bien mamá, ahí estaremos con Pablo y Sergio, ahora se los diré.

-Hasta mañana hija te quiero.

-Y yo, adiós mamá.

Me quedé un poco extrañada por lo que me había dicho mi madre antes pero no le dí demasiada importancia. Fuí al cuarto de Pablo y se lo conté. Se puso a saltar en la cama de lo contento que estaba, y yo me limité a observarlo riendo. Pablo era mi hermano menor de 8 años, un poco pesado a veces pero en el fondo le quiero. Yo tengo 16. Mi madre, Sonia, se divorció de mi padre hace bastante, yo casi ni me acuerdo de él, porque no le hemos vuelto a ver nunca más. Yo debía tener unos 5 años cuando él se marchó. La verdad me daba igual, mi madre siempre ha estado aquí con nosotros y sacado nuestra familia adelante. También tengo otro hermano mayor, Sergio, de 24 años, tan jóven como es y ya tiene su propia empresa.

La verdad, es un gran apoyo para mí. Cuando yo nací, él tenía ocho años, y esta diferencia de edad fue la que nos unió aún más. Me cuidaba, me mimaba, bueno y lo sigue haciendo.

Tiene un muy buen sueldo, así que cuando vió que su empresa empezaba a crecer, decidió darle dinero a mi madre, la cual estuvo muy agradecida, así que gracias a él, nuestra madre se ha podido dedicar plenamente a nosotros ya que trabaja super poco. Vivimos muy bien los cuatro, no nos falta de nada. Este año decidió buscar un trabajo durante el verano ya que Pablo y yo no vamos al instituto, así que empezó a buscar trabajos y el mejor sueldo que tenía era un trabajo en Alicante, Valencia. Al cabo de pensarlo mucho ya que no quería dejarnos solos, le convencimos, le dijimos que se lo tomase como unas vacaciones por todo lo que hace por nosotros, que disfrutara de Valencia ya que nunca había estado allí, se decidió y se fué.

En realidad solos no estaríamos, nos tenemos el uno al otro, además, los tres somos ya bastante grandes, y bueno, Sergio cuidaría de los tres, él es muy responsable, aunque a mi cuidarme no demasiado ya que yo ya se cuidarme yo solita. Pero sí de Pablo, que no para quieto nunca. Y cuando Sergio trabajaba fuera de casa o tenía reuniones, me tocaba a mí hacer de niñera.

Aparte de esto, este verano fue unos de los mejores que he vivido nunca, quedé todas las semanas con mis amigos, fue increíble, además, vivimos a una ciudad de playa, así que era genial, nos levantábamos, quedábamos, nos íbamos a la playa toda la mañana, comíamos allí, ya que preparábamos algunos bocadillos, y por las tardes depende del día, íbamos a pasear con las bicis, íbamos a casa de uno, a casa de otro, pero normalmente, íbamos a la mía ya que es muy grande y tiene un jardín con piscina. Mi hermano era muy comprensivo, y me dejaba salir por las noches, con alguna que otra condición, tenerle informado, no pasarme y después de la fiesta volver siempre a casa.

Todo iba perfecto, tenía una familia de lo más comprensiva y cariñosa, tenía unos amigos geniales, ¿que más podía pedir?

Palabras Olvidadas- JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora