11

125 8 1
                                        

Acabé con los macarrones y los puse en la mesa.

-Buena pinta tienen

Sonerí orgullosa de mi logro.

-No te emociones, la pinta la tienen pero el gusto no se yo...

-Anda, come antes de que me arrepienta...

Veía a Carlos comer sin decir nada. Hasta repitió.

-Buenos, ¿Eh?

-Tengo que reconocerlo. Estaban buenos...

-Graciass

-¿Tienes deberes?- Carlos me preguntó.

-No, ¿Por?

-¿Y si hacemos lo de experimentales? Así ya lo tenemos hecho...

-Ves, a veces pareces listo y todo

-Graciosa como siempre

-Te toca recoger lo platos a ti, yo he hecho la comida.- Carlos resopló.

-Vale...

Me fuí al comedor y me trié en el sofá, estuve unos minutos hasta que vino Carlos.

-Ya está, todo recogido.

Asentí.

-Ve a coger tu libreta y el estuche

-¿Porque yo?

-Porque si- le sonreí- te he hecho la comida...

-¿Me lo vas a restregar toda la vida?

-Puede... Anda ve a cogerlo.

Carlos me hizo caso y subió a su habitación. Bajó y nos marchamos.

Estuvimos unas tres horas paseando por la ciudad y haciendo fotos a flores y plantas

Llegamos a casa.

-¿Has cogido llaves?- Carlos negó con la cabeza- Mierda, como no haya nadie...

-Entramos por el comedor.

-Hay alarma idiota...

-Vale bajita...

Llamé al timbre, no hubo respuesta. Carlos se sentó en el banco que teníamos en la entrada. Cogí mi movil, sin bateria. ¿Podía tener más mala suerte?

-Carlos dame tu móvil- le digo, no se lo pregunto, se lo ordeno.

-¿Por?

-Quiero llamar a mi madre, para preguntarle dónde está.- Carlos resopló y cogió su móvil, me lo dió y llamé a mi madre:

(llamada)

-¿Si? Carlos, ¿Pasa algo?

-Mamá soy yo, Julia. ¿Donde estás?

-Hola hija, en el centro comercial con los dos pequeños, ¿porque?

-Carlos y yo hemos salido y no tenemos llaves

-Hay hija, siempre tan olvidona, ya venimos.

-Vale, pero no tardeis que tengo deberes. Hasta ahora

-Adiós.

Le dí el móvil a Carlos.

-Ya viene.

-Eres una mentirosa, no tienes deberes.

-Es porque así no te tengo que aguantar más...

Me senté en el banco, hubo silencio, no muy incomodo, pero no duró mucho ya que Pedro llegó con el coche antes que mi madre, así que entramos en casa.

Palabras Olvidadas- JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora