Me desperté con la alarma de mi móvil, otra vez. Eran las nueve en punto. Me levanté y abrí la ventana, hacia mucha calor, decidí llenar la bañera y me sumergí dentro del agua con espuma, era tan relajante... Empezé a pensar otra vez con todo aquello, hoy era el ''gran día''. Al cabo de una media hora salí y me vestí. Ordené un poco la habitación y me preparé para recibir a unas personas que no conocía y que iban a formar parte de mi família a partir de aquel día. Cuando salí de mi cuarto, vi a mi madre limpiando.
-Buenos días mamá.- le dije con una sonrisa un poco falsa.
-Buenos días Julia.- se acercó y me dió un beso.- Hija, quiero que sepas que este paso que he decidido hacer, no cambiará nada, te quiero mucho, no lo olvides.
-Lo sé mamá.- y me limité a asentir con la cabeza.
Le ayudé a preparar la comida y a poner la mesa. Cuando acabé, fui al sofá y me senté con mi móvil. Contesté algunos mensajes y no me di cuenta de lo rápido que pasó el tiempo, ya estaban a la estación. Mi madre nos llamó para ir a la entrada de mi casa para recibirlos. Estaba un poco nerviosa la verdad, al verme así Sergio me puso su mano en mi hombro, le miré y me sonrió. Me conoce tanto que sabe en que pienso con tan sólo mirarme.
Llegó el momento, vi que un taxi se paraba delante de nuestra casa. Mi madre se dispuso a andar hacia el taxi con Pablo cogido de la mano. Sergio y yo nos quedamos allí, observando la situación. Un hombre salió del taxi, supuse que era Pedro mi ''padrastro'' ya que mi madre fué a abrazarlo. De detrás salió el pequeño, Juan, y por la otra puerta salió Carlos. Mi madre se giró hacia nosotros y nos indicó que nos acercáramos. Así lo hicimos y cuando llegamos Perdo nos saludó.
-¡Hola chicos!- nos dijo el hombre con entusiasmo.- no me habías dicho que tu hija era tan guapa.
-Gracias- le respondí sonriendo.
-Este debe ser Juan, ¿verdad?- dijo Sergio. El pequeño asintió.- Pablo tiene muchos jugetes, ¿quieres verlos?- le dijo mi hermano para romper un poco el hielo.
-Si- dijo Juan.
-Ven que te los enseñaré- dijo Pablo con una sonrisa. Los dos pequeños se fueron dentro de la casa como si se conocieran de siempre.
-Ayudádles con las maletas hijos.- nos dijo mi madre. Mi hermano cogió dos y yo fuí al maletero para coger alguna más.
-Ten, esta y esta.- me dijo el chico que se llamaba Carlos. Se podía decir que casi me lanzó aquellas maletas.
-Oye, primero de todo, un hola no estaría mal, segundo no soy tu criada, coge tu estas dos que pesan más.- se lo dije un poco enfadada, era un maleducado, ni un hola me había dicho.
-Oye tranquila eh, relájate...
-Yo estoy relajadísima, eres tu el que eres un maleducado.
-Eres un poco señorita, ¿no?
Cogí una maleta y me dirigí hacia la casa. -Idiota...- dije en un tono más bajo.
-Te he oído- me contestó alto para que le oyera.
Giré mi cabeza para que me oyera bien. -Era mi intención- le dije con mi paso firme.
El chico cogió otras dos y me preguntó:
-Oye, ¿puedes coger esta?-Yo ya estaba en la entrada así que negué con mi cabeza.
-Te espabilas tu solito- le dije con una sonrisa muy falsa. Rodó los ojos. -Pues nada, muchas gracias
*narra Carlos*
Delante de mí, tenía una casa gigante, más bien casi una mansión. Mi padre no era tonto pensé. Reí y me dirigí hacia la entrada. Entré y había un recibidor más grande que mi habitación en Valencia. Flipé un poco la verdad. Todo era muy moderno. La casa por fuera era de color negro y blanco con algún que otro toque de gris. Al entrar vi que el techo era muy alto, había unas escaleras a la izquierda, unas escaleras donde cabían 4 personas subiendo a la vez de lado.
*narra Julia*
Cuando acabamos de entrar las maletas a casa fuimos al comedor y hablamos un poco, mi madre ya les conocía a ellos, así que todas las preguntas iban hacia mí y mis hermanos. Cuando los pequeños empezaron a tener hambre fuimos a la mesa y empezamos a comer.
-Por cierto, como tenemos tres baños, y uno está en la habitación de matrimonio, os quedan dos para vosotros. Hemos pensado que Juan compartirá con Sergio y Pablo, y Carlos contigo Julia.
-Pero está dentro de mi habitación...- repliqué. No me gustaba nada la idea de que tuviese que entrar cada día a mi cuarto.
-Su habitación está al lado de la tuya, y es el baño que tiene más cerca, a demás ellos tres ya comparten uno.
-Es verdad, es más cómodo, porque sino cuatro en un solo baño, será una catástrofe...- agregó Carlos, me miró y sonrió con una de aquellas sonrisas que pones cuando una jugada te sale bien. Seguro que lo hacía para fastidiarme. Casi no hemos hablado y ya me cae mal.
Rodé los ojos y al final accedí.- Valee...- no tenía otra opción. Le miré con rabia, pero él seguía sonriendo. Me pone muy nerviosa este chico.
Cuando acabamos Sergio se dispuso a ir con Carlos a su habitación y me obligó a ir a mi también, para ayudarle.
-¿Todo esto es mío?- dijo Carlos asombrado.
-Si, esta es tu habitación.- le respondió mi hermano.
Me dispuse a marchar de esa habitación ya que no hacía nada allí, escuché a mi hermano Sergio diciéndome que volviera, pero no le hice caso.
-Da igual, déjala.- Escuché a Carlos desde lejos.
Mi madre no me dejaba salir de casa, así que decidí llamar a Laura.
-Hola Julia ¿que tal con tu nueva família?- dijo con una sonrisa.
-El novio de mi madre bien, se llama Pedro y es bastante majo, el pequeño normal, es un poco tímido pero buen niño, de momento.
-Bueno pues que bien ¿no?- me dijo ella contenta de me fuese todo bien.
-Espérate que aún no te he contado lo peor... Carlos, el de nuestra edad, es un maleducado, parece un niño pequeño, no lo soporto.
-No te pases, no será tan malo...- me intentó consolar.
- No hace ni un día que le conozco y ya me cae mal, tu sabes que siempre doy oportunidades con gente nueva, pero su personalidad ya sabes que no..
-Dale tiempo, es el primer día, aún no lo conoces.
-Cuando alguien es maleducado de principios, no cambia.
-Me esta llamando mi madre, tengo que irme, ya me contaras.
-Oh, vale.- le dije con una carita triste.
-Adiós Julia.
-Adiós.
Y ahora, ¿qué hago yo?
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Palabras Olvidadas- Julright
RomansaJulia es una chica que ha tenido una vida un tanto ajetreada. Su padre la abandonó a ella, a sus 2 hermanos y a su madre durante el embarazo del pequeño de los 3. No han vuelto a saber de él. Poco a poco salieron a delante. Ahora, con quince años...