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JiMin.

Ouch. En serio, tengo que aprender a decir que no, pero había sido totalmente imposible. Esos tres pequeños monstruos sacaron sus labios inferiores y parpadearon sus inocentes ojos, y caí más rápido que un hombro gordo en un buffet. Sin ofender a los hombres gordos (a mí me encantan 7v7) Son muy abrazables.

Estoy bastante seguro de que dormir en la casa del árbol había sido idea de los niños, incluso aunque enviara a Eunbi a preguntarme. Con una voz así de dulce, ellos sabían que iba a ser incapaz de resistirme. Tengo que encontrar algún otro mecanismo de defensa para el futuro.

No quería abrir los ojos, pero esos estúpidos pajarracos cantando alegremente estaban haciendo imposible que me volviera a dormir.

- Estúpidos pájaros - Gruñí. Sentí que algo se movía junto a mí. Lentamente, moví mi mano hacia abajo y sentí un pequeño cuerpo cálido. Era demasiado pequeño para ser Tae o Jihoon, así que tenía que ser Eunbi. Mi toque provoco que se acurrucara junto a mí.

El sonido de la puerta trasera abriéndose y cerrándose me forzó a abrir los ojos.

- Buenos días, Jimin - Susurró Jihoon mientras entraba a la casa del árbol. Sonreí en respuesta. Tae estaba tumbado junto a él, todavía durmiendo pacíficamente.

- Hey, bello durmiente - Dijo Jungkook. Estaba sosteniendo una bandeja con panecillos, dos cafés, y unas cuantas cajas de jugo. Noté que él estaba totalmente vestido para trabajar.

- Sera mejor que estés hablando de alguno de los niños - Respondí, desorientado. Las mañanas y yo no éramos los mejores amigos. Me obligue a mí mismo a sentarme, reacomodando a una todavía dormida Eunbi, para que así ella descansara su cabecita en mi regazo.

- Nope. Lo siento - Replicó - Jihoon es el único despierto. Dudo que aprecie que lo llame de esa manera - Sonrió. Me paso el café - Tengo que ir a trabajar pronto. Dejare algo de dinero en caso de que necesites comprarle algo a los niños.

Sacudí mi cabeza, tomando un trago del café - Si les compro algo, será porque quiera hacerlo. No tienes que pagar por ello.

El pico con una pajilla uno de los jugos antes de dárselo a Jihoon - Tienes que dejarme hacer algo. No puedo dejarte a mis hijos sin pagarte algo a cambio.

- Puedes ayudar a Tae con su práctica de fútbol - ofrecí.

Tome uno de los panecillos y lo agite frente a la nariz de Tae. Él tartamudeo y abrió los ojos, arrebatándome el pan.

- Trato hecho - Río Jungkook - Pero tengo que comprarle algo también. Es lo justo. - Tae se sentó y gruño, estirando sus brazos con un panecillo en su mano.

- Está bien - Acepté - Por cierto, gracias por el desayuno.

- De nada - Sonrió antes de sentarse y mordisquear su panecillo.

Jihoon gateo hacia mí y acarició levemente a su hermanita con la nariz - Bunny - Canturreo quedito.

- Shh - Susurró ella - -Eunbi está dormida.

- Me voy a comer tu panecillo - Le advirtió juguetón.

- Ño - se quejó, pero con una sonrisa en el rostro.

- Entonces será mejor que te levantes - Respondió sonriendo. Era un buen hermano mayor - Eunbi suspiró y abrió los ojos.

Lo cinco desayunamos juntos antes de que los niños entraran a ver caricaturas. Jungkook me ayudo a traer las almohadas y sabanas hacia adentro.

- Sera mejor que me vaya. Entre más pronto entre, más pronto podré salir - Me dijo, tomando sus llaves. Lo seguí hasta la puerta para verlo irse - Y añadiré algo más a nuestro trato - Fruncí el ceño. ¿Qué más podría querer? - Una vez a la semana los niños se quedaran con mis padres. Eso significa que tú y yo estaremos atrapados saliendo el uno con el otro.

Park JiMin: Secuestrador 사랑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora