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Jungkook

Despierto, era una bola de algodón a la que quería besar un momento y golpear al siguiente.

Dormido, era angelical. No había comentarios sarcásticos o amenazas de violencia. Su rostro era tan suave y pacifico mientras corría lentamente mis dedos a través de su cabello y rostro.

– Gukkie. – Murmuro. Sonreí. Estaba soñando conmigo. Sabía que debía estar escabulléndome de vuelta a mi dormitorio, pero no me podía forzar a mí mismo a dejarlo todavía. No sabía cuándo iba a tener la oportunidad de hacer esto otra vez, así que quise disfrutarlo.

Cuando escuché un choque en la cocina, supe que era hora de ir a ver que los pequeños monstruitos estuvieran despiertos. Quite el seguro de su puerta antes de cambiar de parecer e irme por la ventana de vuelta a mi cuarto. Estaba contento de que tuviera suficiente sentido común como para ponerlo en el primer piso.

Sin hacer ruido, hice mi camino por el pasillo. Me gustaba espiar a mis niños. Nunca sabía que iban a hacer al encontrarlos – ¿Por qué tenemos que comer el cereal con leche? – Escuché a Jihoon preguntar. – ¿Por qué no con jugo? es una bebida de desayuno.

–Mi papá me dijo que las vacas podían enojarse e iban a dejar de hacerla, pero Pa dice que papá está lleno de esa palabra que se supone que no debo decir – Dijo Tae.

–Me pregunto si papá nos dejaría tener una vaca. Así no tendríamos que ir al supermercado a cada rato – Contestó Jihoon amablemente.

– ¿Qué están haciendo, niños? – Pregunté, haciendo notar mi presencia.

Los dos niños voltearon a verme con sus cabezas recién levantadas de la cama – Haciendo el desayuno – Sonrió Jihoon – ¿Quieres leche o jugo con tus bolitas?

–Leche – Conteste rápidamente – ¿Les puedo ayudar con algo?

–Puedes ser el que levante a papá – Dijo Tae, luciendo un poquito asustado con la idea – Él trató de hacerme cosquillas la última vez que lo intente.

Reí. – Este bien. Te salvare esta vez.

–Gracias, Jungkook – Sonrió.

Hice algo de mezcla para waffles y les enseñé cómo usar la máquina. Realmente, todo lo que tenías que hacer era presionar un botón, así que me imagine que no iban a dar muchos problemas. Por supuesto, entonces decidieron averiguar qué tan grandes podían hacerlos, y tuve que intervenir. Cuando tuvimos todo terminado, me ayudaron a poner la mesa en el patio.
–¿Por qué no van ustedes a traer a su hermana, y yo traeré a JiMin?

Tae me hizo un saludo militar antes de correr tras Jihoon por las escaleras. Era fácil olvidar que él no era mi hijo. Me pregunté cómo reaccionaría JiMin si supiera que lo reclamaba como uno de los míos en mi mente.

Él todavía estaba dormido cuando entré a su cuarto. Me recosté en la cama – JiMinnie – Dije suavemente.

–Vete – Gruñó.

–No puedo – Solté una risita – Los chicos nos hicieron el desayuno. Tae dijo que yo era el que tenía que venir a despertarte. Aparentemente, eres aterrador en las mañanas.

Estoy bastante seguro de que gruño antes de sentarse, con sus ojos aun cerrados. Su cabello, un poco más largo que el mío, estaba alborotado, probablemente por mi culpa por estar jugando mucho con el; pero él se las arregló para aplacarlo – ¿Necesito estar coherente para este desayuno? – Preguntó.

–Por supuesto que no – Contesté, acercándome para plantarle un beso rápido – Ni siquiera tienes que abrir los ojos – Acaricie su mejilla y sus ojos de abrieron. Sonreí – Buenos días, JiMin.

Park JiMin: Secuestrador 사랑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora