No son más de las siete de la tarde y en la cantina, oscura y anticuada, ya huele a ron y cerveza. Se escuchan risas chirriantes, que vienen de alguna garganta ebria y sillas arrastrándose.
-Procura hacer bien tu trabajo, llamita.
Me dice Lily, que al verme la cara de asco, no pensaba que se me diese muy bien actuar. Tira de mi hacia la barra y le pregunta a un camarero que está tras ella:
-Oye guapo, ¿se puede fumar aquí?
Claro que se podía. Todo el local estaba inundado de humo maloliente, pero ella solo quería sacarle información. El hombre alto y delgado, con los dientes blancos, pero torcidos, le asiente y le sonríe. Sigue secando una jarra que acaba de limpiar.
-¿Necesitas fuego, rubia? -Le pregunta al final.
Lily se pone el cigarro en la boca y se inclina sobre la barra, apoyando los bíceps bien en su pecho para sacar canalillo. Intenta provocarle. Y a mi me da mucha pena. Se enciende el cigarro y le guiña un ojo como agradecimiento.
-¿Qué os pongo? -Pregunta el hombre, que no debe tener más de veinticinco años.
-Nada. -Respondo lo más rápido que puedo. Tengo la sensación de que me pica todo el cuerpo y no estoy cómoda. Miro a mi alrededor, hasta que veo a Cris en una esquina. Juguetea con su teléfono movil, pero en realidad está pendiente a nosotras.
-Dos whiskys con hielo, por favor. -Dice Lily.
Cuando el camarero se gira me echa la bronca.
-En serio, Lume. Si quieres encontrar al caitiff, tienes que poner un poco de tu parte.
-Es que me da mucho asco todo esto. Todo el mundo nos mira.
-¿Quieres pasar la prueba?
-Vale, vale. Pero vayamos al grano de una vez.
El hombre sonriente, nos pasa un par de vasos con mucho hielo y un líquido marrón transparente.
-Oye guapo, -Le dice Lily, aun sacando humo de la boca.- estamos buscando a un chico. Alto,muy atractivo, seguro que lo has visto estos días.
El camarero suelta una pequeña carcajada. Una risa más abundante de la que merece esa conversación. Entonces, se sube las mangas hasta el codo y se rasca la nuca, dejándonos ver un pequeño tatuaje en su muñeca: El símbolo de la hermandad. Una F y una V entrelazadas, acrónimo de "Frates Venatores", hermanos cazadores en latín.
-Estáis haciéndolo bastante bien. -Dice, todavía con una risilla- Al menos tú.
Señala a Lily y esta se cruza de brazos, mirándolo con una cara que podría jurar que iba a salirle fuego de las pupilas. Después, pienso que a mi sí que podría salirme fuego de alguna parte del cuerpo e instantáneamente me miro. El camarero es un infiltrado de la Hermandad, uno de los nuestros.
Aun con una expresión de superioridad, eleva la cabeza y las cejas, señalando algún lugar a nuestra derecha. Puedo ver como Cris mira, también. Vemos a un hombre atractivo y elegante, con traje, bebiendo algo que parece muy caro y mirando sutilmente por todos lados. Supongo que está buscando a su próxima víctima.
-Muy amable, guapo. -Replica Lily aun con sus ojos crueles. Me tapo la boca porque me hace gracia la situación, pero no quiero que ella me vea reír. Se gira hacia mi y me pongo seria, abriendo mucho los ojos. -Haz un plan.
-Yo no he nacido para ligar, Lily. No es por echarte el marrón encima.
-A ti se te da muy bien. -Se entromete nuestro nuevo aliado.
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Cazadores: Fuego Azul
FantasiTengo un dolor agudo en la sien, supongo que de no haber dormido nada esta noche. ¿Cómo iba a hacerlo? Hoy cambia todo, hoy empieza mi Prueba.