MinSeok estaba revisando algunos papeles, administraba la panificadora de sus padres, a veces también preparaba algunos pastelillos. Sus pastelillos eran lo que más se vendían, bueno, cualquier postre que él preparaba era un éxito. Era el hijo más grande de cuatro, era él único que no tenía un alfa a sus veinticuatro años cuando los demás omegas ya estaban casados y con cachorros.
Él no pudo tener esa vida debido a que todo el mundo sabía que ese omega era infértil, ningún alfa o beta se le acercaba, para ellos, él no servía para nada, por un tiempo estuvo sufriendo hasta que se dio cuenta que sufrir no valía la pena. MinSeok era un omega feliz, además de ser un omega hermoso, de tez pálida casi como la nieve, ojos gatunos y almendrados, nariz de botón, labios de color rosa, delgados, una tez demasiada suave y de aparente piel de porcelana, era muy inteligente.
—¿Cómo pudiste dejarme plantado? —dijo un alfa joven.
—Me di cuenta que era una perdida de tiempo.
Ese alfa se había atrevido a pedirle una cita, la cual no rechazó porque creyó que el alfa iba en serio pero se llevó una decepción cuando escuchó que aquel alfa sólo había hecho una puesta, en la que se divertiría por supuesto, después lo llevaría a su departamento, y como él no podía quedar embarazado entonces lo utilizaría y después se burlaría en su cara. Lo bueno es que se dio cuenta antes.
—Todavía que te iba a hacer un favor —escupió.
—¿Un favor? ¿a mí? —dijo con un rostro lleno de sorpresa.
—Por fin ibas a estar con un alfa —se burló —. Porque un omega como tú, nunca sería tomado en serio.
—¿Acaso crees que soy un omega necesitado de amor? Pues no lo soy, no soy el tonto omega que va a caer ante palabras bonitas. Sé lo que valgo, y yo no quiero un poco de amor. Así que lárgate de mi panadería ningún alfa tonto va a humillarme. Tampoco soy un omega que se humille por amor, ahí está la puerta.
Señaló. El alfa salió del lugar. MinSeok no se dejaría vencer por los estúpidos alfas.
Sus padres llegaron ante los gritos que se escuchaban.
—¿Qué sucedió hijo? —sus padres entraron a la oficina de administración.
—Un alfa que creyó que podía burlarse de mí.
Los padres sabían cuánto sufría su hijo, siempre lo apoyaron contra los maliciosos comentarios hacia su persona.
—Ya verás hijo, algún día llegará el alfa que te amará tal y como eres.
«Espero llegue pronto» MinSeok suspiró pesadamente. Así eran los días de MinSeok, no se quejaba de ello. Él era el único hermano que vivía con sus padres, la casa era grande debido a que la panadería vendía muy bien y tenía franquicias en otras partes de la ciudad. Era una casa lujosa. Por las noches el omega se dedicaba a dormir, pero antes de hacerlo se asomaba por la ventana de su habitación mirando el manto nocturno.
—¿Cuándo llegará el alfa que de verdad me acepte tal y como soy? —dijo.
MinSeok parecía triste. Él si quería encontrar el amor.
—Que acepte que no puedo darle cachorros —su voz fue bajando algunos decibeles.
El celo de MinSeok había llegado demasiado tarde, incluso cuando sus hermanos menores ya lo presentaban él no. A sus apenas veinticuatro años había tenido su primer celo, el cual con ayuda de su madre fue tratado para que no le causara molestias, le entregó unos supresores. De cualquier forma, no le haría daño porque no era fértil, con el paso del tiempo, los supresores se volvieron pasivos en agresiones, por lo tanto, no afectaban la fertilidad de un omega.
—¿O no hay ningún alfa para mí? —preguntó.
Con ese pensamiento se alejó de la ventana, para correr la cortina y dirigirse a su cómoda cama, su gato Ten lo acompañaba, dormía en una camita para gatos.
🌸🍂🌸
MinSeok había despertado de maravilla, iba a preparar unos cuántos pastelillos, para la gente. Solían elogiarlo por la calidad y sabor. Junto con sus padres se fue hasta la panadería más importante.
—Cada vez me quedan más sabrosos —MinSeok mordió un muffin.
En sus manos tenía una caja de pastelillos, los cuales ofrecía a los clientes para convencerlos de que compraran una caja, asegurándoles un exquisito sabor.
—Disculpe ¿puedo probar uno de los pastelillos? —preguntó un hombre.
El hombre resultaba ser más alto que él al menos por unos cuántos centímetros, tenía un aroma tan varonil como a bosque y a tierra mojada —petricor—, una mandíbula cuadrada y fuerte, y una peculiar sonrisa, una de forma gatuna.
—Claro.
Le ofreció el último pastelillo que quedaba.
—¡Bienvenido a Kim's Cream! —sus mejillas se tiñeron de un rosa pálido.
El hombre dio una breve sonrisa, se trataba de un tipo serio, el traje le quedaba tan bien. MinSeok conocía de él, era el empresario Kim JongDae, lo había visto en una revista de poder empresarial. Tan apuesto.
«Mi corazón late deprisa, ¿será él mi alfa?»
La primera mordida al pastelillo dejó absorto a JongDae, era demasiado bueno.
🌼
Hola, ¿cómo están?¿Les gustó la actualización?
Ya me voy a calmar.
¿Qué les parece?
Comenzamos historia?
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Esencia ▾ ChenMin #Omegaverse
RomanceMinSeok es un omega demasiado hermoso y con un carácter dulce, trabaja en panadería junto a sus padres, de hecho era suya. Pero hay algo que hace que ningún alfa u beta se acerque a MinSeok, y eso es, que es infértil. Sin embargo es un omega indep...