Naughty Love ❀ Double B [iKON]

Capítulo 8

HanBin

Cinco días más tarde, el edificio Lee se llenó de familiares y amigos allegados para celebrar la Nochebuena. Iba a ser un evento íntimo y entrañable, nada que ver con las celebraciones en el hotel Kingdom o en la mansión Choi. Eso se reservaba más para Año Nuevo.

Para mi desgracia JiWon asistiría. Era uno de los invitados especiales de mi familia, por supuesto que asistiría, como cada uno de los años anteriores. Pero esta vez iba a ser diferente. Esta vez al mirarnos, él sabría mis sentimientos porque yo se los había dicho y también sabría que ambos no podíamos compartir un mismo espacio. Al menos no si yo le amaba tan intensamente.

Aun así me creía preparado. Realmente me había mentalizado para volver a verlo e incluso para poder cruzar alguna que otra palabra con él. También esperaba que él controlara nuestra cercanía como lo había estado haciendo en los últimos días. Sin embargo, al vernos, todas mis pretensiones y objetivos se fueron literalmente a la mierda. No estaba diseñado para estar en su vida sin estarlo.

—Feliz navidad— se obligó a decir al darse cuenta que nos habíamos visto en la encrucijada de hablarnos.

—Igualmente.

Eché una ojeada a mi alrededor para recomponer mi postura. No era bueno que mostrara tanto mis emociones. Alguien podría darse cuenta.

—Felicidades también por tus calificaciones— comentó —Tengo entendido que te has superado en este trimestre.

—Sí, he mejorado bastante.

—Me alegra.

La maldita trivialidad casi me desquiciaba. No soportaba la cercanía entre nosotros. No soportaba que me hablara de cosas tan insignificantes cuando ambos deseábamos lo contrario. No soportaba... que estuviera allí y me observara como si fuera la única persona en aquel maldito salón lleno de gente.

—En fin... disfruta de la noche, ¿de acuerdo?

—Tú también, por favor.

Prácticamente huí. Y continúe haciéndolo incluso después de la cena. Se estableció un juego de evasión entre los dos, un juego que JiWon no pareció muy dispuesto a aceptar. Sin embargo caímos en una tormenta de emociones corrosivas que debimos disimular.

Me observaba de reojo, y yo le respondía. Me buscaba entre la gente, y yo le respondía. Insistía en mí, y yo se lo permitía. Hasta que perdí las fuerzas.

Me escondí en el pasillo más alejado de toda aquella gente creyendo que el suave silencio y la oscuridad me proporcionarían la suficiente frialdad para regresar al salón y despedirme adecuadamente de los invitados. Pero mi descontrol me arrastraba.

Se me contrajo el vientre un instante antes de oírle.

—¿Te sentirías mejor si me marchara?— preguntó JiWon. Estaba a unos metros de mí con las manos guardadas en el pantalón de su traje, observándome con extraordinaria fijeza.

—Si te vas, todo el mundo empezará a preguntarse el por qué— le reproché.

—Puedo fingir...— empezó a avanzar. Lento, sensual, muy intrigante. Tanto que incluso me cortó el aliento —O puedes continuar huyendo...— se detuvo frente a mí, demasiado cerca —Pero conmigo.

Mi corazón se estrelló con violencia contra mis costillas al mismo tiempo que un poderoso odio se establecía en la corta distancia que nos separaba. ¿Cómo se atrevía a jugar con mis emociones de esa manera? ¿En qué momento se había convertido en esa clase de hombre capaz de herir cruelmente?

—Vete a la mierda, JiWon— gruñí antes de empujarle con todas mis fuerzas.

JiWon