DARK MEMORIES ·· Seungcheol / S.coups

HOTEL.

NARRA EUNHYE

Me desperté con dolor de cabeza y los ojos hinchados, no estoy segura en qué momento se fue mi hermana de la habitación pero supongo que fue cuando salía el sol, me quedé llorando toda la noche, lamentando y gritando su nombre, Sooyoung intentó calmarme pero era imposible, rompía cosas en mis momentos de mayor agonía e intenté varias veces salirme al balcón, intentos que fueron detenidos por mi pequeña hermana, aun siendo ella la mayor, era la más baja de estatura, siempre me envidio por eso pero ahora yo la envidiaba a ella, toda su vida era perfecta, estaba a punto de casarse con el hombre a quien ama, toda su familia política la adora y acaba de terminar su maestría en finanzas y ahora trabajará con papá, tenía todo arreglado, mientras que yo estoy quebrándome más y más, estoy llegando al fondo y tengo miedo; me siento en la cama con las rodillas plegadas hacia mi pecho y mis brazos sobre ellas, meditando si vale la pena levantarse de la cama, en mis peores momentos sólo vuelvo a acostarme y dejó que todo pase sobre mí, me envuelvo en mis cobijas y finjo que no existo, pero ahora tengo tantos pendientes que me impiden tirarme hacia atrás de nuevo, me paro y abro el ventanal que da hacia la calle, no me atrevo a salir al balcón, tengo miedo de mí, de lo que podría hacer, un recuerdo cruza mi mente, ayer la noche fue caótica, todos nos veían como animales de circo, poco a poco todos los asistentes supieron quiénes éramos, o mejor dicho hijas de quienes, todos nos sonreían y nos adulaban, todo era tan falso que me asqueaba, mi hermana lo soportaba mejor y me aferraba de ello, recuerdo haber cruzado miradas con aquel joven varias veces hasta que se hizo un vicio, reí ante el recuerdo, era el mismo que me había encontrado a la luz de la luna minutos antes de hacer mi entrada, seguía luciendo incómodo y me preocupaba que pudiera decir algo de mi tratando de escapar de la fiesta, pero esa no era la razón por la cual hicimos de mirarnos una costumbre durante la fiesta, había algo en él que me hacía volver la mirada, tal vez era mi única forma de aguantar el teatro que habíamos montado mi hermana y yo, después de varias miradas mi hermana se dio cuenta, intenté ocultarlo pero a ella no se le escapa nada, nada cuando se refiere a mí. "Invítalo a bailar" soltó mi hermana, obviamente me negué, lo estaba malentendiendo, pero no le importo, me jaló y me dijo que sonriera, creí que iríamos a saludar a otro grupo de aburridos inversionistas, pero en vez de eso nos dirigimos a él, me tomó por sorpresa, mi hermana invitó a bailar al señor Yoon, casi me quedó boquiabierta cuando lo hizo y mientras los observaba irse a la pista de baile decidí hacer lo impensable, tomé todo el valor que tenía y un poco de mi actuación de la noche, me acerqué a él y como pude lo invité a salir, o eso creí; al final no terminó tan mal, era una persona agradable y me gustaba saber que había alguien más en la sala que odiaba estar aquí tanto como yo.

-Señorita Park, sus padres y su hermana la esperan para desayunar en el restaurante del hotel-

-Claro-

Cerraron la puerta y me dejaron a solas de nuevo, odiaba tener que estar en este viaje y aguantar todas las comidas familiares, no solemos ser tan unidos, nuestro parentesco parece más un negocio que algo sentimental, sólo nos reuníamos para aparentar ser una familia feliz cada vez que mi padre lo necesitaba, el resto del año cada quien se mantenía distanciado, aún con mi colapso el año pasado, nada cambió, sólo mi hermana se acercó más a mí, pero sé que le es demasiado difícil con todo lo demás, así que no la presiono, fin de cuentas la que tuvo la culpa fui yo.

-¿Qué harás hoy Eunhye?, ¿Irás de compras con tu hermana?-

-Me quedaré en el hotel todo el día-

-Deberías salir, es un desperdicio quedarte encerrada estando en una ciudad tan bonita- dijo mi madre restando importancia a la plática y concentrándose en lo que comía.