🐚Capítulo uno: Acosador a bordo🐚

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Pov

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Pov. Omnisciente.

[...]


En medio del océano, en un crucero con luces neones de diferentes colores, avivado de música moderna, invitados y de más, se festeja el décimo octavo cumpleaños de Eren Jaeger.


Hijo de dos grandes empresarios adinerados, completamente mimado, orgulloso, caprichoso, miedoso y todo lo que termine en “oso”, su vanidad se la cargaba en el espejito de bolsillo y la arrogancia a cierta vista en esos ojos esmeraldas, completamente inútil en el ámbito laboral.


Con sus dos amigos a sus costados, una chica de apariencia asiática y un lindo rubio,  pavoneandose de un lado a otro.


Y dejando de lado al chiquillo, tenemos a nuestro segundo protagonista, Levi Ackerman, una cajita de sorpresas al poder trabajar de todo, su aspecto fuerte e intimidante con su metro ochenta y siete le daba el toque de chico malo y sexy, piel levemente morena por el sol, ojos azules cual océano profundo, cabellos negros y largos y esa sonrisita cínica que a veces solía mostrar. Pero quitando todo eso de lado, el hombre de 24 años era intolerante a los mocosos flojos, y si se le llegaba a enfadar lo suficiente, era como ver al mismísimo lucifer en carne propia.


El pelinegro revisaba los costados del crucero, y los amarres de los botes salvavidas al mismo.


Observando como el cumpleañero bajaba de las escaleras vestido en unos jeans azules y ajustados a sus rellenas piernas, una blusa blanca con algún logo de una banda de rock y una chamarra de mezclilla, todo una monada por fuera.


Pero al ver como veía a la servidumbre que servía las bebidas, toda expectativa se fué por los suelos.
Y más cuando pasó por su lado con esa mirada despectiva y susurrando un “mirón”.


Chasqueó los dientes y procedió con su trabajo, para después ir con el capitán que navegaba la nave flotante, pues él era el ayudante.


Eren bailaba con sus amigos, había tomado sin la autorización de sus padres pues ya era niño grande. Así que mejor cargaba con su botella de whisky escocés.


Tras pasar un rato, Eren ya estaba algo ebrio, comenzando a marearse también por el movimiento del barco.


Así que se alejó y fué hacia un costado solitario para que la fresca brisa del mar bajara sus náuseas.


Sin embargo, se fué hacia adelante, cayendo por la borda, mientras trataba de nadar, Ah! Pero con su maldita botella de whisky en mano, como todo un buen bebedor.


Todo ésto lo vió Levi, en primera fila, pues había ido ahí con la intención de fumar un cigarrillo.


“Recuerda hijo, si alguien te pide su ayuda, acude a él o ella”.

Levi frunció los hombros restándole importancia y se dió la media vuelta para decirle a otro de los trabajadores que ayudara al mocoso, cuando..

—¡Ayuda!.

Escuchó, apretó las manos en perfectos puños.— me lleva, maldito mocoso, inútil, fresa, perra vida, joder.– maldiciendo se quitó las botas militares y se lanzó al agua para ayudar al cumpleañero.


Quien por cierto se estaba ahogando.


Ya una vez a su lado, Levi lo agarró por la espalda y nadó hasta subirlo a uno de los botes.

—¡MAMAAA, AYUUDA SECUESTRAN A TU BEBÉ!.– gritó completamente asustado.

El mayor trataba de encontrar la forma de subir al crucero.— porqué a mí, soy sólo un empleado. ¡YA CÁLLATE MALDITO MOCOSO!.


— ¡MAMAA!.– tan asustado estaba que terminó por romperle su preciosa botella de whisky en la cabeza al pelinegro, dejándolo fuera de combate.


La soga que sujetaba el bote al parecer no estaba bien amarrada y se desprendió, mientras que debido a la corriente y a las pequeñas olas que provocaba el crucero, alejaban más a la pequeña embarcación.



Eren se desarmó en gritos de auxilio, pero debido al alto volumen de la música y la animada pachanga, nadie acudió a su llamado y ellos se alejaron cada vez más y más.

©¡ATRAPADO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora