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Estaba haciendo mis deberes cuando escuche el teléfono sonar, y jamás pensé que fueras tu el que llamaba, cuando lo levante y vi tu nombre en la pantalla deje de respirar por unos segundos, me recosté en mi cama y conteste.

- ¿Aleida?- pronunciaste mi nombre completo lo que se me hizo raro ya que siempre me decías Ale, por lo que respondí con cierto grado de preocupación -¿Que pasa Marco?- escuche tu risa burlona en el teléfono y volví a sentir que mi corazón latía rápido por lo que me limite a sonreír aun sabiendo que no me veías

-¿que haces Ale?-

- Acostada, ¿y tu?-

-Escuchando tu voz-

Al escucharlo me perdí en una completa y extraña descarga de alegría que me hizo sonreír como nunca, no había notado que me estaba perdiendo dentro de mi misma hasta que lo volví a escuchar.

-¿Ale...?-

-Si, perdón me perdí un poco...-

-Lo note- me dijo soltando una pequeña carcajada -¿Mi voz te distrae?-

Fui yo la que ahora reía:

-De hecho si, confundí tu voz con la de un niño de 10 años al que le esta cambiando la voz- le conteste burlona.

Y así prosiguió la platica durante bastante tiempo hasta que ambos notamos que llevábamos mas de 2 horas hablando, y después de una larga despedida nos dispusimos a colgar.

Cuando deje el celular a un lado mío mi sonrisa se expandió tal Wason, me quede acostada unos minutos en mi cama viendo hacia el techo blanco trayendo a mi mente todo lo que hablamos durante esas dos horas y sin dejar de sonreír me pare y seguí con mis deberes.

Acabando me propuse a leer, tome mi celular para poner música y vi que tenia un mensaje tuyo

Me gusta tu voz

nada, nada, me quito la sonrisa.

A través de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora