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Abrí los ojos y lo primero que vi fue a Marco, estaba sentado frente a mi, ambos estábamos en el piso, me descarto el hecho de que no estuviéramos amarrados. En cuanto Marco vio que desperté se acerco rápido y me abrazo. No recordaba absolutamente nada, pero el abrazo de marco me hacia sentir segura.

-¿Estas bien Ale?- Note que tenia sangre en los nudillos y en la ceja.

-Si, solo me duele mucho la cabeza- Lleve mi mano hacia mi cráneo y me ardió al tocarlo, tenia sangre.

-Maldita sea, pensé que no te habían tocado-

-Me duele aquí- Le dije tocando una de mis costillas.

-¿Puedo ver?- Me dio muchísima pena pero el dolor me indicaba que tenia un corte, solo asentí y levante mis blusa. Estaba helado hizo que me moviera un poco al sentir sus dedos sobre mi piel. -Ale... no tienes nada- Me quede en un pequeño shock cuando me dijo y eso y recordé que el había sentido mi dolor aquella vez del sueño. Sin pensarlo acomode mi blusa y me acerque a el, le quite la chamarra y mire su rostro. -Ey tranquila- La sonrisa picara que tenia en el rostro era igual a como la imaginaba, pero no podia detenerme a pensar en eso.

-No, quiero ver si a TI te paso algo- Levante su playera y como lo imagine tenia una herida al parecer no tan grave.

-Espera, déjame ver si entendí. ¿Ahora tu también sientes mi dolor?-

-Eso creo, como tu el mío...-

-No sabia que lo sabias-

-¿Qué? ¿Que sientes mi dolor?-

-Exacto-

-Tu me lo dijiste-

-Carajo, lo olvide-

-Supongo que estas sintiendo el dolor de mi cabeza-

-Sip, por alguna extraña razón no me has preguntado que paso-

Lo había olvidado por completo -¿Qué paso? Solo recuerdo que los hombres de azul nos subieron a la camioneta...-

-Exacto cuando viste que golpee a uno de ellos hiciste lo mismo-

-Wow-

-Tambien pensé eso pero no podia distraerme te quería sacar de ahí- Me sonroje al escuchar eso.

-Sabes que no es tu culpa ¿Verdad?-

-Ah no es mi culpa, te recuerdo que al que venían siguiendo era a mi- Se escuchaba molesto. Ya no quise decir nada.

Dos hombres de azul entraron, llevaban pistolas y uno de ellos una pequeña libreta y un bolígrafo. Marco de inmediato se paro frente a mi.

-Ey tranquilo defensor, solo venimos a hacer unas preguntas- Dijo uno de los hombres de azul entre risas. -Tu te llamas Marco, ¿Y tu señorita?-

-Ja que forma de tratar a una "señorita", Aleida- Ambos se miraron.

-¿Aleida que?-

-Villegas- Sus ojos se abrieron tanto que parecía que se iban a desorbitar. Uno de ellos salió corriendo al parecer a hacer una llamada y el otro se acercaba a mi pero Marco lo impidió. Tranquilo chico es de las nuestras. Marco me miro con la misma confusion que había en mi rostro. Ahora fui yo la que se puso de pie. -¿Como que "de las suyos"?- Me mostro su tobillo y tenia una flor delicada color azul claro. -Teníamos claro que a los dos les saldría su marca, a los dos los observábamos de cerca pero más a Marco ya que tiene conexión con uno de nuestros enemigos. Y en cuanto notamos que su marca era negra sospechamos más-

En ese momento entro mi tía Martha con otro hombre de azul y todo fue aún más confuso.

A través de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora