Me había levantado hace una hora y estaba preparando el desayuno para mí y mi viejo amante, aunque de viejo no tiene nada. Preparaba mi especialidad tortilla de repollo con tocino de res, después de tanto tiempo había aprendido a cocinar, por eso las comidas ya no me salían quemadas o con mal sabor. Terminaba de cocinar cuando de repente sentí unos brazos rodear mi cintura y presionarme con algo de fuerza, me sonroje y volteo hacia atrás, vi unos ojos ojivioletas que me miraban con amor y ternura, con una sonrisa que me derretía al verla.
_buenos días shinobu -chin - me dijo Miyagi dándome un casto beso.
_bue...buenos días Miyagi - dije aun sonrojado por el acto - ya está listo el desayuno...ve a sentarte...ahora te sirvo - en eso mi pelinegro se acerca mi oreja y susurra.
_de acuerdo...no te demores amor -dándome un beso en la mejilla y yendo a sentarse. Yo me quede estático y sonrojándome más, era obvio que me gustaba que me diera esas muestras de cariño, pero también me hacían sentir ansioso, quería que me siguiera besando y me tomara ahí mismo.
_hai...ya voy - ahhh estaba enamorado, de verdad amaba a este hombre...buen aun lo sigo amando...solo que no sé qué hacer para que vuelva hacer el mismo. Nos serví el desayuno y comimos tranquilamente, ambos no hablamos durante esto, haciendo que haya un silencio que me incomodaba un poco, pero luego Miyagi me miro, sonriéndome y guiñándome el ojo, esto provoco que me volviera a sonrojar y que se riera diciéndome "que tierno eres"...y yo dijera "yo no soy tierno", haciendo un puchero, pero feliz por dentro.
Al terminar de desayunar, recogí los platos y los lleve al lavadero, mientras lavaba, Miyagi se me acerco y me abrazo por detrás otra vez, dando vuelta y mirándolo, yo me estremecí, pues otra vez observe sus ojos violetas llenas de amor y ternura. Acerco sus labios hacia los míos para comenzar un beso lleno de lujuria, al principio me sorprendió el inesperado acto de amor, pero luego le correspondió abrazando por el cuello. Nuestras lenguas se entrelazaban y exploraban una y otra vez, Miyagi estaba muy amoroso hoy...luego me tomo de la cintura y me cargo enredando mis piernas en su torso, haciendo que me siente en el borde del lavadero.
_miyagi mmmmmm...detente...mmmm - no podía dejar de besarlo pero teníamos que parar, no podíamos hacerlo ahí mismo...no después de que lave los platos.
_shinobu... mmmmm...ya no aguanto más...mmmmm...te deseo...quiero hacerlo ahora mismo - me dijo bajándose el cierre del pantalón y haciendo que se deslizara por su piernas, luego bajaba los míos, teniéndome semidesnudo. Yo aún seguía sorprendido, pero yo tampoco podía controlarme, así que abrí su camisa, acariciando su fuerte y fornido pecho, me sentía pervertido, pero no importaba, tenía que complacer a mi miyagi.
_ahhhhhhhhhhh...ahhhhhhhhh -gemía, pues me estaba besando el cuello - ahhhhhhhhhhhhhhh...miyagi...te amo.
_eso ya lo sé - dijo alineando su miembro en mi entrada, luego de prepararme adecuadamente - listo shinobu - pregunto con voz placentera, yo asentí - aquí vamos - sentí como su enorme pene entraba, acomodándose en mi interior, al principio sentí dolor pero luego se volvió placentero, miyagi comenzó a moverse lentamente para luego embestirme con más fuerza, yo me sentía en el mismo cielo por cada punzada y cada movimiento de caderas que él me daba.
_ AHHHHHHHH AHHHHHH AHHHHHHHHH MIYAGI...MAS FUERTE...ME GUSTA - gemía como gata en celo.
_en serio...a mi me gusta ahhhh...verte en esta posición - salió de mi para ponerme boca abajo y volverme a penetrar, yo también comencé a mover mis caderas, juntando mi trasero hasta llegar a su pelvis, todo su miembro estaba dentro.
_AHHHHHHHHHHHHHH QUE RICO...AHHHHHHHHHH ME GUSTAS...YO TE GUSTO - dije volteando mi rostro, haciendo que se sonroje y me dé más fuerte - AGGGGGGGGGGGHHHHHHHHHH.
ESTÁS LEYENDO
TUS CARICIAS ME LASTIMAN, TUS BESOS ME MATAN.
RomansaTodos sabemos que las mujeres son maltratadas cada año, cada segundo, cada minuto, cada hora...solo de 10000 mujeres...980 aparecen muertas y 500 siguen soportando los maltratos de su pareja. Pero también los que hacen el papel de mujer no merecen s...