Una velada vieja pero tan nueva;

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las ruedas del carruaje suenan por el pavimento, los caballos relinchan cada diez minutos, el trayecto no muy largo pero ni tan corto.

Una fiesta de disfraces, cada quien con vestimenta diferente, unos de la época de los ochenta con short deportivos cortos, bandas de sudor en la cabeza, otros con vestidos ampones ajustados, peinados caros, trajeados y ropa costosa.

las luces de colores tipo discoteca da dolor de cabeza, alcohol y música en alto, sin falta la pareja que se pierde en algún pasillo o en algún rincón.

Observó nuevamente a mi pequeña allen para apreciar su belleza, vista como se vista, sea el atuendo que sea, es hermoza; su vestido blanco ajustado en forma de corazón tan viejo pero tan nuevo ya que es usado para la época de la reyna isabell  pero tan nuevo por las hermozas piedras incruztadas, su toque tan sutil y natural.

- ¿bailas? - extiendo mi mano, all la toma y me observa mientras caminamos a media pista, se escucha mi canción favorita, le doy una vuelta en su mismo lugar sujetando aun su mano, la pegó a mi cuerpo para seguir el ritmo de la música - eres tan hermoza - susurró en su oido para después darle otra vuelta, sus guantes de seda recorren mis brazos sintiendo la suavidad, nuestras miradas siguen sosteniendose, sus oscuros y profundos ojos.

- eres un principe - me susurra dejando un leve beso en mi mejilla - pero para mi eres mi rey - buscó su mirada rapidamente para que se topara con mis ojos grises mostrando cuan loco estoy por ella, lo hace fugazmente para después posar su rostro en mi pecho sin perder el ritmo de la canción que esta por terminar, besó su frente y la pegó mas a mi apretandola, al escuchar lo último de aquella melodía tomó su cintura y aprieto su mano haciendo lentamente su cuerpo hacía atrás para plantarle un beso en su cuello.

En el bolsillo de mi traje llevó una pequeña caja buscando el momento preciso para entregarsela.

Al salir de aquél lugar para contemplar el paisaje fuera del salón.

El olor a pasto, ver flores de distintos colores, luces blancas  que forman gran convinación con el panorama con lo que da a conocer un kiosko en el centro con decoración a los extremos, pocas parejas salen a conocer, unas estan sentadas en las bancas hablando abrazados y otras sobre el frondozo césped mirando el oscuro cielo con estrellas y la luna quien se apodera del empíreo, nosotros seremos la excepción llendo sobre aquel templete, bailar con la música que sale desde adentro.

- all, quiero entregarte esto - saqué del bolsillo aquella caja roja quien se lo entregué - feliz doce meses juntos pequeña - besé su frente y esta tomó la caja entre sus manos abriendola con curiosidad.

- es precioso - tomé la caja y después su mano.

- que bueno que te ha gustado - mostré una sonrisa afable.

Abrí el candado de la pulsera de oro para ponerla en la muñeca de la castaña mientras esta observaba anonada la situación, en el pequeño brazalete tiene las iniciales de nuestros nombres, en medio de "A" y de "S" tiene un corazón de oro amarillo para sobresalir.

Después de que all sostiene mi mirada por unos segundos sin decir nada toma su bolso de lado sacando una caja más grande de color azul y la pone sobre mis manos.

- abrela, espero y te guste - sus ojos muestran pequeños toques destellantes y una sonrisa se asoma entre sus labios, tomó el objeto y mi curiosidad mata por saber que ahi dentro, la abró lentamente para terminar con un reloj dentro de esta, pero no es cualquier reloj.

- gracias - abrazó a la castaña para terminar plantando un beso en sus labios.

- feliz doce meses - nos abrazamos y continuamos bailando al compás de la música.

caminamos siguiendo un pasillo que se encuentra entre arbustos que en ellos hay detalles de rosas de color rojo, blancas, azules y rosas pastel.

la luna brilla dando luz por el camino desconocido al que seguimos sin dudar.

llegamos el final del recorrido en el que se encuentra un jardín lleno de flores, rosas, arbustos y mucha clase de flora, una fuente con unos arcángeles en el centro escupiendo agua cristalina.

- es increible - suelta all.

- lo sé, es bello - susurró y tomó a all de la cintura atrayendola a mi y seguir caminando entre la floresta sin dejar de ver cada detalle en el.

                               ***

- disculpe, su carruaje espera - habló el porte.

- gracias, ya nos dirijimos allí - solté sonriendo amablemente y tendiendole unas pocas de monedas para despedirnos.

Las ruedas de madera suenan nuevamente y la poca luz de las calles de inglaterra entran por las ventanillas, la tranquilidad de la ciudad es afable, sin calles congestionadas ni la contaminación sonora, solo las llantas del carruaje y las pisadas de los caballos por toda la calle hasta llegar a nuestro destino.

- no se en cuanto tiempo vayamos a regresar pero quiero seguir disfrutando de las calles de inglaterra - suelta allen.

- digo lo mismo - sonrió y después beso su mejilla.

                              ***
chicos, espero y les haya gustado este capitulo, se me ocurrio hacer uno así y luego continúo donde me quedé, comenten que piensan.
se que estan muy cortos trataré de hacerlos más largos y sobre la ortografia pronto la arreglare.

saludos, dulce c:

sexo, placer, ¿amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora