Capítulo 8

324 29 1
                                    

-Papá hace tres años cuando me fui después de las navidades entre en una fuerte depresión, yo en ese momento no lo supe, no era consciente de ello, estaba siempre encerrada en la habitación, solo salía para ir a trabajar, y cuando volvía iba directa otra vez a la habitación, dejé de comer, de cuidarme, de socializar, y sobre todo dejé de hablar con nadie que no fuera Eric, no quería seguir viviendo. Carlos estuvo muy preocupado por mí pero tampoco me di cuenta hasta tiempo después ya que me volví insensible a todo, no lloraba, no reía, no vivía. - respiro hondo- papá tiempo después tuve una crisis muy fuerte que provocó que tuviera un infarto, mi corazón dejó de latir, según Eric estuve inconsciente varios días, después de esos días conocí a Frederick, el hermano de Eric, ya que se convirtió en mi doctor, mi corazón en esos meses empeoró, dejé de tomar la medicación.

-Sheila dime que no es verdad, que no hiciste una estupidez como esa.

-Papá, yo lo siento, en ese momento estaba muy deprimida, no pensaba en nada. Estaba totalmente fuera de mí... Todo eso llevó junto con dejar la medicación a que mi salud empeorará mucho, al igual que mi corazón que cada vez es más delicado. Después de unos meses con un nuevo tratamiento empecé a mejorar, pero mi corazón sigue siendo muy sensible. Papá siento no habértelo contado antes, pero... no quería que pensarán que no soy capaz de vivir lejos de aquí, porque sí soy capaz, no necesito de nadie para sobrevivir. Me valgo sola para mantenerme en pie.

-Sheila, nos lo ocultaste. Me mentiste todo el tiempo, todas las veces que te llamaba y Carlos me decía que estabas bien era mentira, estuviste mal y no lo dijiste. Sheila, no se que pensar, tú antes no eras así, pensé que confiabas en mí, me siento muy decepcionado contigo. Fuiste infantil y muy irresponsable.

-Papá... -hago un amago de levantarme y tocarlo. -Por favor.

-Sheila ahora no quiero hablar. Cuando recapacite lo que acaba de ocurrir volveremos a hablar de ello.

Mi padre sale por la puerta de la habitación provocando que comience a llorar, todos me miran en silencio, no se que decir, en ese momento no era consciente de mis actos. Pero una pequeña parte de mi ira florece.

-Te dije que no era buena idea. No se porque te he hecho caso. Esto solo ha provocado que él se enfade y yo... Yo tenga que mostrar mis emociones.

-Sheila era lo mejor. Sabes que ocultarlo por más tiempo solo haría que las cosas empeorarán. Y no está mal mostrar...

-Sí, para mí sí. Y sabes bien el porqué.

-Lo se, lo siento. Te pido disculpas por esto, pero se le pasará el enfado y te entenderá, te lo prometo.

-Fuera de mi habitación, no quiero veros. Yo no quería esto.

-Shei, ¿Cuántas crisis tuviste en los últimos años? ¿E infartos?

-Infartos sólo tuve 1. Fuertes 5 y suaves... Bueno... Las sigo teniendo, pero son muy suaves os lo prometo. Hace un año que no sufro una crisis fuerte.

-Sheila para ti suave ¿cuáles son?

-Las que tenía en casa, las que por cabrearme o disgustarme rompo cosas, grito y luego me arrepiento.

-¿Y las fuertes?

-Pues en las que he perdido el conocimiento, me he quedado sin aire o...

-¿O que? Sheila dilo.

-O en las que he acabado inconsciente en el hospital por días.

Todos guardan silencio hasta que un grito lo rompe provocando que me tape los oídos por instinto.

Recuperándote (2° temp APUR) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora