Micaela se despertó de golpe, sintiendo un cosquilleo extraño en su cuerpo, tomo su teléfono que reposaba en su buró y eran las 5 de la mañana del sábado, froto sus ojos mal humorada y se volvió a acomodar para seguir durmiendo, pero por más que lo intento no lo consiguió, miró nuevamente su teléfono y entro a la conversación con Salvador una vez más. "Última conexión 3:15am" dió un suspiro ni siquiera le había contestado el buenas noches, más bien no se había molestado en verlo, dió un suspiro resignada y se acomodó nuevamente en su cama, pero algo pasaba por su mente constante mente y no la dejaba tranquila, aquel sueño que había tenido era espantoso y decidió rezar un poco hasta quedarse nuevamente dormida.
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- Micaela irás al cumpleaños de Carlos?.- preguntó Sofía desde el otro lado del teléfono.
- claro, me estoy alistando nos vemos en las "Alitas".- hablo con el teléfono en altavoz mientras intentaba terminar de maquillarse.
- Ummm le diré a Julio que vayamos, es que tiene flojera.- hablo en un bufido.
- Vale preciosa me avisan.- la llamada se cortó y Micaela siguió en lo suyo, uno de sus viejos amigos cumplía años y no podía perderse la fiesta, eran las 5 de la tarde y no tenía idea alguna de que aria Salvador en esos momentos, habían acordado que irían juntos, pero parecía que la tierra se lo había tragado.
-Regreso temprano mamá.-grito saliendo de la casa de sus padres mientras se acercaba al carro de Moisés que la espera afuera.
-Tardas mil horas, me compadesco de mi compita Chava.- se quejó Moisés y Micaela golpeó su hombro derecho divertida.
-Hay mujeres que se tardan más.- hablo mientras Moisés ponía en marcha el auto.
- La mujeres hermosas.- saco la navaja, causando una expresión exagera sorprendida de Micaela.
- Soy hermosa Moi.- dijo como si le molestará mirando hacia la ventana, el chico sonrió y negó divertido.(")
La tarde parecía agradable, llegaron sin contratiempos al restaurant donde celebrarían el cumpleaños de Carlos, un chico bonachon, poco agraciado, Micaela iba con una actitud positiva pero dentro de ella, sentía una mala vibra. Al entrar al restaurant lo vio, sentado despreocupadamente en aquella mesa junto a sus amigos y conocidos era Ángel, lamentablemente el era un muy buen amigo de Carlos y era obvio que no podía faltar, Micaela se hacer a la mesa junto a Moisés y saludaron a todos los presentes por igual.
-Y yo no quería venir.- le susurró al oído Julio uno de los mejores amigos de Micaela, Moisés tomo aciento a lado de Liza y Pedro, Micaela maldijo por sus adentros pero sabía que Moisés hacia su lucha con Liza, así que el único lugar libre era entre Julio y Ángel.
- esto será divertido.- volvió a susurrarle Julio y Micaela lo golpeó con su pie izquierdo debajo de la mesa, Julio reprimió un gemido y le sonrió divertido, así era el, Julio era un chico alto de, de tez blanca y cabello castaño lacio, con ojos azules, a simple vista el chico daba la impresión de ser serio, pero cuando lograbas entrar entre sus capas te dabas cuenta que era la persona más divertida y emocional del mundo.
- Podrían dejar de pelear por mi?.- se inclinó Ángel hacia ambos amigos.
- ja! Quien dice que peleamos por ti?.- susurro Micaela, haciendo que Julio casi escupiera el trago de agua que acababa de tomar.
- Julio yo sé que te diviertes.- hablo Ángel despreocupado y paso su brazo izquierdo en el respaldo de la silla de Micaela en forma de abrazo, pero sin siquiera tocarla, mientras se tomaba un pequeño trago de su whisky
- no te tomes tantas libertades Ángel.- susurro acusadora Micaela y este sonrió simplón.
- En vista que tú preciado novio no a llegado contigo, me temo que mi hipótesis es correcta.- miró fijamente a Micaela aproximándose a su oído derecho. - Puedo volver al juego.- a Micaela se le erizo la piel y soltó una carcajada haciendo que los demás levantarán la vista del menú y mirarán curiosos a la antigua pareja; cuando Micaela y Ángel decidieron empezar a salir no era una sorpresa para todos los presentes, sabían que tarde o temprano terminarían juntos, la pareja brillaba sola, Ángel solía ser un tipo relajado en aquel entonces pero divertido causando la risa descontrolada de Micaela a donde quiera que fueran, se entendían y hablaban todo el tiempo, eran cómplices en toda la extensión de la palabra, todos creían que terminarían juntos casados y con hijos, por qué el amor que le tenía Micaela a Ángel era demasiado notable, solo bastaba que se pronunciará su nombre y ella sonreía, la habitación irradiaba luz y alegría cuando el llegaba por ella, pero las cosas cambiaron ambos crecieron y cambiaron sus ideales, la vida golpeó bajo a Ángel y cambio de la noche a la mañana convirtiéndose en todo menos en la persona que era y lastimo a Micaela sin darse cuenta o quizá intensiónal, nadie sabía realmente que había pasado, solo un día Ángel estaba en un antro muy concurrido en el puerto y Micaela no estaba ahí, entonces entendieron que la pareja había acabado.
Ángel sonrió mostrando una sonrisa tímida hacia Micaela la miró fijamente "Eran perfectos" pensó Liz.
- Ya vamos a pedir par de tortolos.- hablo Carlos el cumpleañero y ambos asistieron para pedir al camarero su platillo.

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A flote
CerpenEl día en que Salvador partió a Micaela se le rompió el corazón pero no lo sabía, aveces es más fácil evadir la realidad para no sentirnos rotos.