caos

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El primer día de trabajo entre Seung y Phichit fue....un dolor de cabeza.

No solo el chico era callado sino que no aportaba ninguna ayuda, tampoco se mostraba interesado en escuchar sobre sus anteriores trabajos o nada de su vida.

Mientras el dueño de los hamster insistía en tener una buena comunicación.

Simplemente no conjeniaban sus personalidades.

Seung podía ser apuesto, con su piel blanca, su cabello negro y esos ojos eneigmaticos, su carácter serio, tan reservado, como si todo le disgustara, pero eso no le daba derecho de ignorarlo.

Tomarle fotos mientras tocaba algún instrumento no daba resultado ya que parecía sufrí en lugar de disfrutar de la hermosa música que creaba.

Porqué si era muy bueno.

Era un día perdido.

Pensó en irse y justo cuando guardaba sus cosas es que vio a al pequeño y tímido Guang buscarlos, solo en ese momento Seung parecía feliz incluso sonriendo para el castaño.

No pudo evitarlo y saco una foto de la pareja.

Ver la felicidad de alguien más era agradable y de cierta modo doloroso, nunca lo admitiría pero le tenía miedo a amar y que le rompieran el corazón, estaba mejor solo, relaciones relámpago eran lo único que quería por el momento.

Se acercó a los chicos y juntos fueron a casa de Phichit, donde ya los Yuri's estaban montando el lugar para tomar las fotos.

Seung solo los acompaño hasta la puerta y se marchó, solo se despidió del pequeño.

Yurio siempre con su carácter fuerte era imprecionante, pero desde que conoció al japonés algo en el cambió

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Yurio siempre con su carácter fuerte era imprecionante, pero desde que conoció al japonés algo en el cambió.

Se enamoró.

Se enamoró de tal manera que ahora solo vivía con miedo, no por que algo se rompiera entre ellos, tenía miedo de no ser suficiente para librar de las sombras a su amado.

Porqué si, Yuuri vivía rodeado de una oscuridad difícil de superar, alguien le hizo mucho daño y tenía miedo de no poder reparar ese corazón tan grande que poseía.

Una vez más lo vio llamar a alguien y cambiar su expresión a una de miedo, angustia y terror en un instante.

Quizo correr y abrazarlo, llevarlo a casa y esconderlo del mundo, pero eso no era una solución ni el remedio para sus males.

Pero al preguntarle este se negaba a hablar diciendo que todo estaba bien.

Sabía por Mila que Yuuri solía estar triste la mayor parte del tiempo y solo sonreía con su presencia.

Eso le decía que tenía oportunidades de conquistar su amor y vencer su miedo.

Ese japonés era una caja de sorpresas como esa tarde cuando al verlo lo beso, acto que empezó a realizar con más confianza.

Caminar tomados de las manos y sonreír únicamente para el contrario.

Estaba ganando un espacio en su corazón, lo sabía pero, aún tenía miedo.

Como no tener miedo cuando no sabes a qué te enfrentas.

¿Fue abusado? ¿Lo engañaron? ¿Se metió con personas malas? ¿Hizo algo malo? ¿Llegó a robar para pagar sus estudios?

Porqué vamos, ya dijo que vivía en un basurero de niño.

Nunca hablaba de su adolescencia.

¿Qué pasó durante esos años? ¿Qué hizo tan malo para vivir con miedo? ¿Qué cosa tan grave le pasó para ver con miedo y tristeza su celular cada que ese tal Minami llamaba? ¿Quien era Minami? ¿Y como encajaba en esto? ¿Quien era realmente su novio?

Tantas preguntas, tan pocas respuestas.

Tanto dolor de no poder ayudar a quien más amaba, le dolía tanto.

En una relación es importante la confianza.

Solo sabía que de algún modo él repararía el corazón roto de Yuuri.

Estando en el apartamento del japonés, antes de otra cosa se besaron como si llevarán años de no verse

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Estando en el apartamento del japonés, antes de otra cosa se besaron como si llevarán años de no verse.

Cabe mencionar que fue el rubio que inicio tan ansioso encuentro entre sus labios, acorralando lo contra la puerta al cerrarla.

Yuuri no protesto ni se negó, quien podía negarse a los besos de ese rubio.

Luego de un rato decidieron empezar a trabajar, colocaron algunas lámparas para mayor luz, algunos instrumentos para revisar a los animales, una bata, etc.

Tenían todo armado, iban a seguir con otra ronda de besos pero en ese momento llegaron y tuvieron que dejar el plan para otra ocasión.

Guang se colocó la bata, tomo algún instrumento para revisar a los hamster, en otra escriba algo en una tabla y justo en esta estaba el inquieto animalito interrumpiendo su trabajo, otra más donde tenía a los tres sobre su cabeza y sonreía mientras abrazaba su tabla, otra donde se notaba su preocupación al revisar a otro pequeño dormido.

Fueron muchas fotos, algunas en la sala, en la recámara o en la mesa, pero Yurio sabía que era suficiente, ya solo faltaría editarlas antes de elegir alguna.

A Guang le encantaron los pequeños y sus singulares nombres y prometió y ir a verlos después.

Phichit lo acompañó a la salida, donde el apuesto Seung lo esperaba en su asombrosa motocicleta.

Ante los ojos de Phichit eran una pareja muy diferente, pero solo había que ver la manera en que el pelinegro miraba al castaño.

Además de la sonrisa que solo le dedicaba a ese pequeño.

Le gustaba ver el amor de otras personas.

Porqué él solo era un promiscuo que se acostaba con quién fuera.

Pero Yurio ya llevaba la mitad del trabajo y él nada, tenía que avanzar con el chico serio si quería tener una buena nota.

Así que temprano fue a buscar a su compañero de trabajo al pasar por el campus vio a Guang, quiso saludarlo y se acercó a él, no llego hasta donde estaba.

Desde su lugar vio a Guang besándose con otro chico, eso no era un problema en si, de no ser que no era su novio.

Se estaba besando con alguien que no era Seung.

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Perdón la espera estoy algo depre...

Y así no se puede escribir...

Faidahyuxio ahí está tu drama...

No quiero NADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora