Una trajedía azota a la familia Katsuki cuando secuestran a su hijo primogénito, lo buscan desesperadamente durante años.
Al fin encuentran a su hijo, ¿pero qué consecuencias traerá todo esto?
Un encuentro y un matrimonio por conveniencia con una em...
Mientras Yurio buscaba una respuesta a su trabajo con el niño castaño, él simplemente no encontraba a quien pedir ayuda.
- te vez decaído - le hablo el japonés.
- esta mañana fui a la clase de música las pocas chicas me rechazaron, no quieren ayudarme... - suspiro rendido.
- por qué será - se burló la pelirroja - tienen tu fama...
- claro que no, tener novias no es malo, es su culpa si creen que será algo serio, yo solo busco compañía - se defendió el tailandés.
- tiene fama de rompecorazones, no hay chica que no sepa de la inmensa lista de mujeres que pasó por su cama - le ayudo el rubio a entender la situación a su novio que no comprendía nada.
- el caso es que no busco amor, yo quiero diversión pero mi prioridad es mi carrera, no dejaré de lado mis estudios por ninguna chica - suspiro - en cambio ellas quieren un príncipe que se haga cargo de ellas y que no piensen más que en mimarlas y yo no pienso dejar de lado mis prioridades.
- las ilusionas - refutó Mila - las tratas como reinas, las escuchas y eres un buen amante - enfatizó - pero no tienes sentimientos y te da igual tener una novia, si alguien se te pone enfrente la sigues y la coges, eres un cerdo, uno que sabe mentir.
- yo nunca les miento, soy un estudiante no un jodido anciano que busca comodidad con una pareja, quiero lograr miles de cosas antes de tener una relación seria, simplemente yo no puedo con algo serio y mi carrera.
- pero no es imposible - se molesto Yurio, esos pensamientos podían hacer que su lindo novio lo dejara.
- no se como lo llevan o lo llevarán ustedes dos - los señaló - pero no es algo que yo quiera, una relación formal es mucho para mí por eso me alejo cuando las cosas se ponen serías, no es malo querer simple compañía - se levantó y se fue molesto, él simplemente no confiaba en el amor.
Nadie dijo nada, no podían juzgarlo ni reprochar su pensamiento, Yuuri pensaba igual "primero estudios", en cambio ahora estaba en "algo" con el rubio y extrañamente lo sentía correcto, Mila se comportaban igual que Phichit sin amor y solo sexo, claro que ella si esperaba enamorarse un día de un hombre bueno que la amara mucho, con el rubio era diferente, nunca le interesó nadie y ahora que tenía en su pecho ese sentimiento de amor, lo único que quería era cuidarlo y hacerlo crecer.
Cada quien tenía sus propios pensamientos.
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Todo estubo en tristeza ya que Phichit estubo distante con todos.
Antes que nada tenían que agregar sus diferencias con ese amigo tan radiante que ese día estubo apagado.
Guang los acompaño ya que al terminar irían a ver otra tienda de animales a probar suerte.
Phichit ya no estaba molesto y luego de un cálido abrazo hacía Yuuri, ya que seguramente el rubio patearía su cara, desidieron olvidar todo.
Para cuando fueron con Guang este estaba en el piso jugando con los hamster de Phichit, entonces Yurio tubo la idea, no tenía que ser algún animal enorme o muchos, solo tenía que captar el amor y dedicación que un veterinario da a todos los animales.
Ya tenía la idea correcta para su trabajo.
Las siguientes horas tubo que tratar de convencer al tailandés de que les dejara usar a sus amados hijos.
Pero luego de mucho aún no tenían nada, incluso fueron a recojer al pequeño castaño que solo veía todo a lado de Yuuri mientras tomaba té con galletas al ver como los otros dos no llegaban a nada.
Se despidieron del chico tímido y lo vieron irse con un chico de cabello negro que iba en un moto increíble.
- lo he visto... - murmuró par si mismo - los dejo tomar esas fotos a mis hijo - les propuso con una mirada de malicia - pero.... el chico de la moto esta en la clase de música.
- quieres que te ayudemos a que ese te ayude en tu proyecto - el rubio estaba cansado, mucho tiempo intentando conseguir animales enormes para su trabajo, al final deside usar algo más pequeño y par conseguirlos tenía que ayudar a su compañero, era tan maldita mente difícil.
- mañana hablaré con Guang, seguro su novio te ayudará - le dijo feliz el japonés, pues ya estaba la solución a todos sus problemas y él solo quería ayudar.
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Yurio le pidió no hacer nada, pero ya estaba echo, a primera hora le comento a su compañero Guang y acepto que sus amigos se reunieran esa tarde.
Algo incómodo, ya que el pelinegro de la moto era muy callado y con una mirada fría, contrastando con el brillo y la sonrisa de Phichit.
Aún así cuando Guang le pidió a Seung ayudar al chico este aceptó inmediatamente.
El tailandés llevaba un álbum de algunos trabajos suyos, lo mostró con orgullo y le hablo de sus planes para el trabajo.
Seung tocaba el piano, aunque igual podía tocar el violín, decidieron un horario para comenzar a trabajar juntos en el salón de música.
Al parecer todo comenzaba a ir por buen camino ¿cierto?...
