mañana de arrepentimiento

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Luego de secarse y ponerse ropa, fueron a la cosina y aunque Phichit quería irse, Seung insistió mucho en que al menos desayunara algo antes de irse.

Para sorpresa de ambos los dos se manejaban muy bien en la cosina, como vivían solos tenían que saber cocinar y lograron tener un desayuno muy completo, hablaron un poco de sus clases.

Más no tocaron el tema de sus amigos o conocidos y mucho menos sobre la esquicita noche de sexo que tuvieron.

Como si fuera un plan acordado.

Rieron un poco, comieron hasta quedar satisfechos, lavaron los trastes sucios y acordaron verse luego, pero no mencionaron fecha ni lugar, fue más por cortesía que por acordar verse pronto.

Extraño ya que nunca habían echo algo similar.

Phichit se fue solo pese a que Seung insistió en llevarlo hasta su casa, pero él quería estar solo, caminar y pensar en las cosas que hacía casi sin ser consiente.

Camino hacía el trabajo de su mejor amigo Yuuri, seguro esté sabría cómo cuídalo, ayudarlo y aconsejarlo.

Claro que primero lo reprendió por no cuidar de sus amados hijos, se había convertido en un desobligado al dejarlos solos sin avisar, al menos pudo reír un poco antes de contarle cómo había recurrido otra vez a los brazos de ese músico.

Tal cual madre, el japonés supo como reconfortarlo, venderle un pastel de fiesta, para no levantar sospechas con el dueño de la pastelería y así hablar de la situación con calma.

Ante los ojos café rojizos era claro como todo ese asunto de "solo fue una vez" "solo fue desahogo sexual" era más mentira que la supuesta heterosexualidad de Georgi.

(Porqué según Phichit Georgi era heterosexual y estaba enamorado de Isabella, tremenda mentira o cegera del moreno.)

Luego de terminar el pedido que duró toda la mañana fueron a casa juntos, el moreno solo quería sentirse mimado un poco, estaba confundido y ahora era consiente de que no sabía que hacer, se había rendido tan fácil con Isabella, si hasta él fue quien alentó a la chica para acercarse a JJ.

Siempre luchaba por sus conquistas, nunca dejaba que nadie se viera mejor que él pero esta vez fue él mismo quien empujó a la mujer con otro.

Sus actos hablaban por si mismo.

Con la ayuda del japonés logro sentirse mejor y darse cuenta de su actitud.



Esa noche era única.

Otabek recoría su blanca piel con sus besos, dejando marcas en sus piernas, muslos, pecho y sobre todo en su cuello.

Amaba escuchar esos gemidos, su cabello rubio revuelto sobre la almohada, mientras apenas podía respirar.

Adoraba cada parte de él, lo quería solo suyo.

Lo penetró duró, quería dejar su huella en lo más profundo.

Se maravillo del grito que el ruso dió, quería escuchar más y subió la intensidad.

Las estocadas fueron frenéticas al punto que él mismo solo podía gemir su nombre, Yuri.

Quería marcarlo tanto que nadie más voltearon a verlo porque le pertenecía solo a él.

Tomó su cadera y marco sus dedos, lo hizo gritar cuando mordisqueo su hombro.

Estaba tan exitado que gruñó su apodo Yura, mientras se vaciaba por completo.

Esos ojos verdes llenos de lujuria eran su perdición.

Se levantó para ir al baño, limpio el desastre que era y regreso a su cama, completamente sola.

No era la primera vez que le pasaba ni sería la última en que soñara a su amado rubio y terminara masturbándose.

Pero al regresar a su cuarto la soledad lo envolvía, haciéndolo sentir miserable.

Cuánto tiempo llevaba enamorado de ese rubio, años y aún no conseguía ser más que un amigo.

Lo invito a tener citas y aunque fue aceptado todo terminaba en plan de amigos, nunca tubo una real oportunidad, pero no quería rendirse aún.

Tenía que intentarlo otra vez y con más fuerza, aprovecharía todo su tiempo para separar al rubio del japonés simplón.

Y JJ le ayudaría en su plan.

No durmió el resto de la noche pensando en como podía separarlos por completo.

Pero sus ruegos fueron escuchados al recibir un mensaje con muy buenas noticias.

Primero tenía que llevar a Yura a Rusia para alejarlo de su novio, tenía que idear el plan prefecto para llevarlo de imprevisto y solo.

Y claro que sabía cómo hacerlo, esa tarde lo cito para verse, le contó de problemas en la empresa y conflictos con el contrato firmado, tenían que ir rápido a Rusia y arreglar todo el problemas con los inversionistas, de lo contrario perjudicaría a Yuuri.

Con esa información el ruso acepto para arreglar el problema.

Al parecer la campaña sobre los perfumes a los cuales Yuuri ya había completado el trabajo, exigían una exclusividad que le impediría trabajar de nueva cuenta como modelo de otras campañas.

Pero eso no venía en el contrato y Yura les haría ver su estupidez ya que personalmente reviso el contrato y nunca aceptaría algo que perjudicará a su novio.

La reunión fue rápida, tanto que el rubio insistió en irse esa misma noche y no perder otro día de escuela.

Pero al llegar a su casa había un sobre bajo su puerta.

Fotos de su novio besando a otro.

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Lamento la tardanza...

No quiero NADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora