DIECISIETE

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Incluso si JiEun no dijo nada, Jihoon supo que algo le pasaba a su hermana ni bien entró por la puerta. Bastaba con mirarla para notarlo: labios abultados, ninguna sonrisa, muchos suspiros, movimientos desganados... Nada que ver con la JiEun sonriente y alegre de siempre, esa que entraba tarareando y se acercaba a él para saludarlo con un beso en la mejilla o revolviéndole el cabello, y que luego le preguntaba cómo había estado su día. No, ese lunes JiEun entró, pronunció un desganado "ya llegué" mientras se quitaba los zapatos, y simplemente caminó arrastrando los pies hasta la escalera sin dejar de resoplar en ningún momento. Por eso mismo, en cuanto notó que el beso en la mejilla estaba tardando demasiado en llegar, se levantó del sillón dispuesto a averiguar el motivo y de inmediato se dio cuenta de que la chica no estaba de humor, y se sintió más que intrigado. JiEun nunca estaba triste, era la persona más positiva y animada que Jihoon conocía (después de él mismo, claro), así que tenía mucho sentido si se preocupaba por su hermana, porque era evidente que algo había pasado para bajarle el ánimo a ese extremo.

-Eh, noona -la llamó, caminando detrás de ella-. ¿Qué ocurre?

-¿Mh? -JiEun se volteó, mirándolo con los ojos vacíos-. Ah, hola, Hoonie.

-...

-¿Qué pasa?

-Eso es lo que te acabo de preguntar -soltó, abultando los labios-. ¿Qué pasa?

-¿Qué pasa con qué? -preguntó ella, y le dedicó una sonrisa que Jihoon notó forzada-. Estoy un poco cansada, fue un día pesado en la pastelería.

-Pero si a ti te encanta tu trabajo en la pastelería -bufó, cruzándose de brazos-. Te pasa algo, no me mientas.

-Es una tontería, cielo, no te preocupes -se apresuró a decir la mayor, negando con la cabeza-. Sólo... tonterías, cosa mía.

-No es una tontería si te pone así, noona...

La chica lo miró con la duda inundándole el rostro durante unos segundos, como si estuviera considerando si decirle la verdad o no, y luego suspiró, rindiéndose.

-Es Seungcheol.

A Jihoon se le detuvo el corazón por un momento al escuchar el nombre del mayor, y no era para menos. Miles de posibilidades pasaron por su cabeza, desde que le había ocurrido algo al chico, hasta que él y JiEun habían peleado o incluso cortado, pasando porque ella, de alguna manera, se hubiera enterado de que Seungcheol estaba viendo a alguien más... y esa última idea fue la que lo hizo estremecerse por completo. Pero no, era imposible, Seungcheol era muy bueno mintiendo y JiEun nunca sospecharía nada con lo cautelosos que se habían vuelto los dos en el transcurso del mes. No había forma de que su hermana supiera algo.

-¿Qué hay con hyung? -logró preguntar después de unos segundos, tratando de sonar lo más casual posible-. ¿Le pasó algo?

-No... bueno, no lo sé, tal vez sí -balbuceó ella, mordiéndose el labio-. Es... en verdad es algo tonto, pero... a veces siento que ya no le gusto.

-¡Tonterías! -exclamó, atónito, más por lo acertado de las palabras de JiEun que por otra cosa-. ¿Por qué lo dices?

-Bueno, ya sé que él no es muy cariñoso ni nada de eso, pero de verdad me da esa impresión a veces -explicó JiEun suspirando-. Quiero decir... no me cuenta de sus problemas, apenas nos vemos para almorzar durante la semana y ya, casi no tiene detalles conmigo... Antes solíamos hablar por teléfono en la noche pero ya ni siquiera hacemos eso, sólo mensajes de texto.

Porque ahora habla conmigo, pensó Jihoon con culpa.

-Ah, noona, no pienses tonterías como esas -respondió, restándole importancia con un movimiento de mano-. Creo que si no le gustaras te lo diría, sabes que hyung es muy directo.

Don't tell Noona (Jicheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora