Capítulo 8: Roces de pareja

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Ese día Ban decidió volver con sus compañeros para que iniciasen su ataque contra los Mandamientos y alertar sobre Elaine y su nuevo comportamiento, junto a Escanor y su nueva novia Jericho; pero Liones estaba un poco lejos de donde estaban y tenían que pasar varios días.

Jericho intentaba hacer todo lo posible para satisfacer a Ban y no defraudarle. Hoy, estaba intentando cocinarle algo rico para sentirse útil; pero la cocina no era uno de sus puntos fuertes.

Esa noche, la chica salió a tomar el aire mientras pensaba en que podía ser útil.

-¿Y si le hago algo de ropa? No, porque él siempre lleva la misma y no creo que quiera cambiarse.

Si pudiera ayudarle en la lucha..., no quiero ser una carga para él, además, que esa Elaine me la tiene jurada y si los Mandamientos están ocupados con Ban...

-¿Qué estás murmurando?-preguntó Ban.

-B...Ban, no...no te había visto.

-¿Hiciste antes un destrozo en la cocina?

-Bu...bueno, es que, que...quería prepararte algo rico pero no soy muy buena. 

-No hace falta que hagas nada para complacerme.

-¿Por?

-Es que no te veo haciendo tareas domésticas, eso no es propio de un caballero.

-¿Me estás diciendo que no valgo para ama de casa?

-¿Cuando he dicho yo eso?

-¿Quieres que sea una inútil que solo sirve para luchar?

-No, lo que quiero decir es que pares de cocinar-advirtió Ban-De eso ya me encargo yo.

-¿Y no podrías enseñarme?

-No quiero salir lastimado, que tienes un genio a veces.

-¡Huy! ¡Será posible! ¡Retíralo ahora mismo!

-A ese genio me refería-dijo Ban y empezó a alejarse.

-¿Pero donde vas? ¡Estamos hablando!

-Esto no es hablar, es discutir. Si vas a ponerte en este plan, mal empezamos.

Por no discutir más, Ban se marchó de allí y Jericho empezó a cuestionarse si había hecho mal en enfadarse con por una nimiedad como esa.

-Creo que le debo una disculpa, a fin de cuentas, nos hicimos la promesa de protegernos mutuamente. Pero, ¿me perdonará si le hago algo rico? Así, no tendrá más opción que dejarme cocinar. ¿Qué puedo prepararle?

Mientras, Elaine planeaba su siguiente movimiento para matar a Jericho, pero los Mandamientos tenían otro plan en mente, un torneo en Vaizel a manos de Drole y Gloxinia y el hada rubia se metió en medio para ver si así atraían a los Pecados Capitales.

-¿Tú estás segura de esto?-preguntó Zeldris.

-Mataré a esa humana con mis propias manos y recuperaré a Ban.

-Mientras no me toques a Meliodas...-añadió Estarossa.

-Empezaremos el torneo cuanto antes-dijo Gloxinia-Necesitamos atraer a todos los Pecados.

Volviendo con nuestra pareja, la chica consiguió cocinar algo decente y fue en busca de Ban; lo encontró mirando a la luna.

-B...Ban-titubeó ella.

-Ah, eres tú.

-Qui...quiero disculparme contigo, no debí enfadarme por una tontería.

-Yo también debería pedirte perdón-dijo él-Hay algunas mujeres que son útiles para otras cosas, como pelear.

-¿Debo considerar eso como un piropo?

-No-respondió Ban-Pero esto sí, eres la Caballero Sagrada más guapa que he conocido.

Jericho se sonrojó y le tendió la cena a Ban.

-T...te he hecho esto...no, no sé si será gran cosa.

-Huele bien, gracias Jericho.

-Te amo Ban.

-Yo también Jericho-respondió Ban.

Pronto, una paloma mensajera les envió una noticia sobre el torneo organizado por Gloxinia en Vaizel y se pusieron en marcha, pero Elaine también les estaba esperando.

Nuevo amor para el inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora