Capítulo 11: Victoria y ataque de Mandamientos

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Elaine, más furiosa que nunca, volvió a la carga. Jericho esquivaba sus ataques, pero si quería ganar, tenía que asestar golpes.

-¡Nunca te perdonaré que te haya besado enfrente mía! Voy a matarte lenta y dolorosamente-dijo Elaine mientras cargaba un poderoso ataque.

-Ban confía en mí y no puedo defraudarlo; tampoco a mis compañeros caballeros. 

-Veamos cuanto duras cuando recibas este ataque-dijo Elaine totalmente segura.

Levantando a Jericho del suelo, la rubia se preparó para estrellarla contra el suelo, asegurándose de que no se vuelva a levantar.

-¡Este es tu fin, sucia humana!-gritó Elaine ¡Konjiki no Gekirin!

La caballero se estrelló contra el suelo y escupió un poco de sangre. Elaine reía a carcajadas mientras la veía ahí tirada, pero tal fue su sorpresa, cuando Jericho se levantó.

-¡Imposible!-gritó Elaine asombrada-Me había asegurado de que ese ataque la matara. ¿Cómo es capaz de levantarse?

-¿Es todo lo que tienes?-preguntó Jericho jadeando.

Elaine aún asombrada, hizo varios ataques consecutivos, pero ya no eran tan poderosos como los anteriores. Jericho alzó su espada y miró a Ban.

-Su espíritu de lucha ha aumentado mucho-dijo Ban en voz baja-Se ve que tiene mucha confianza en sí misma.

-Allá voy-dijo Jericho y se abalanzó hacia Elaine.

-¡No te acerques!-gritó Elaine y lanzó un ataque algo suicida.

-¡Shinsoku no Juusen!-gritó Jericho y atacó a Elaine con una ráfaga poderosa de golpes.

Elaine fue incapaz de reaccionar o de esquivar ese ataque, así que cayó al suelo cuando una poderosa luz alcanzó a Gloxinia y Drole; Escanor había derrotado a los Mandamientos e interrumpido el torneo.

-¿Qué ha pasado?-preguntó Jericho.

-Escanor ha detenido el torneo, pero tú has derrotado a Elaine antes, así que has ganado, enhorabuena.

-¿He...he ganado?

Lo confirmó cuando veía a Elaine inmóvil e inconsciente, de verdad había ganado.

Con el torneo cancelado, todos los Pecados se reunieron de nuevo. King miró a Ban y a Jericho y pidió perdón.

-No las des-dijo Ban-Sin tu ayuda no habríamos podido escapar de Elaine aquella vez.

-¿Y qué pasará con ella?-preguntó Jericho abrazándose a Ban-No...no volverá a atacarnos,¿verdad?

-No te preocupes, si vuelve, le daremos otra paliza.

De pronto, Meliodas sintió la presencia de los Mandamientos que iban a atacarlos.

-Que desperdicio-dijo Melascula-Esa chica tenía todo para poder ser una demonio. Y tú humano, no la odiabas a pesar de su nuevo comportamiento, puedo ver que tienes un corazón puro.

-Se agradece-dijo Ban sarcástico.

-Pero ha llegado vuestra hora de morir-interrumpió Estarossa-Ah, Meliodas, siempre quise enfrentarme a ti.

El Dragón de la Ira les dijo a los demás que se marchasen, que él se encargaría de esto.

-Es una locura, Capitán-dijo Ban-¿Cómo vas a enfrentarte a nueve de ellos tú solo?

-Ban-dijo Meliodas-Ahora tienes algo que proteger, no quieres perderlo,¿verdad?

Ban miró a Jericho y comprendió lo que su Capitán decía, no podía dejar morir a Jericho y tampoco podía luchar tan malherida.

-Ten mucho cuidado-dijo Ban y gracias a la magia de Merlin, fueron transportados a un lugar seguro.

Pasaron las horas y el Capitán seguía luchando contra ellos, pero cuando llegó Estarossa, su poder fue demasiado y puso en aprietos a Meliodas, tanto que todos veían a Estarossa apuñalar a Meliodas en sus siete corazones, matándolo.

-Este es tu fin, Meliodas-dijo Estarossa.

-Vámonos-dijo Zeldris-Ya nos ocuparemos de los otros más tarde.

Pero Ban, enfurecido se transportó frente a ellos, le torció el cuello a Melascula y recogió el cuerpo de su Capitán.

-¡Enfrentaos ahora a mi!-gritó el Pecado de la Codicia.

Estarossa aún tenía ganas de pelear, pero Zeldris lo detuvo y se marcharon de allí.

-Desde ahora sumiremos a toda Britannia bajo nuestro dominio-aclaró Zeldris.

Ban regresó con los otros y se encontró a las chicas llorando.

-Esto no puede estar pasando-sollozó Escanor en su débil forma.

-Al parecer, tendremos que detener el avance de los demonios-dijo Merlin-Al menos hasta que Meliodas vuelva.

-¿Pe...pero va a volver?-preguntó Jericho llena de lágrimas.

-No lo sabemos con seguridad, pero hasta su regreso, hay que detenerlos todo lo que podamos.

-Jericho, ¿aún quieres luchar?-preguntó Hendrickson.

-Si-respondió ella-Si es para salvar al reino, lo haré.

-Y yo estaré a tu lado-añadió Ban.

-Ban-dijo Jericho tímidamente y lo abrazó.


Nuevo amor para el inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora