un pacto con el sucesor del diablo

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UN PATO CON EL SUCESOR DEL DIABLO
Capitulo 16
Llegando al limite.
-Nicolaj, te presento a la Señorita Elena Katina. Ya has oído hablar de ella-
-Por su puesto en mas de una ocasión- Sus ojos examinaron la silueta de Lena con aprobación pero no hubo nada de seductor en la mirada que le dedico – Es un placer Señorita Katina-
-El placer es mío Señor Kirkorov- Respondió Lena con una sonrisa.
-Déjeme decirle Señorita que es usted una belleza- el hombre tomo su mano y la beso suavemente. Luego la miro y agrego –Me atrevo a alagar sus novelas, muchas mujeres me han comentado de ellas-
-Pues me complace que mi obra sea del gusto de las damas, Señor Kirkorov- Dijo Lena, mientras Yulia la tomaba de la mano, para guiarla al comedor.
-Por aquí Lena, Arthur tiene todo preparado-
Los tres se dirigieron al comedor, donde Arthur tenia elegantemente preparada la mesa.
-Señoritas, Señor, por favor tomen asiento, ¿Puedo ofrecerles un poco de vino?- Dijo Arthur, mientras se acercaba con una botella de vino tinto.
-Si, por favor Arthur-
La cena fue tranquila, Nicolaj se llevo toda la atención, relatando sus aventuras, en la universidad, y las veces que había tenido que ser salvado por Yulia, tras haber hecho algún desastre.
-Yulia, muchas gracias por invitarme, la Señorita Katina es una excelente conversadora, y a sido muy grato tratar con ella- Dijo Nicolaj, mientras le daba la mano a Yulia –Señorita Katina, fue un placer, ojala y volvamos a coincidir en algún lugar para continuar nuestra platica literaria- Con una suave reverencia, tomo su mano y la beso en el dorso.
-Hasta pronto Nicolaj- Dijo Yulia –Ven la próxima semana y arreglaremos el teme de la imprenta-
-Así será Yulia, hasta pronto- Y se retiro por la puerta principal, recibiendo una respetuosa reverencia de Arthur.
Apenas Nicolaj se hubo retirado, Yulia se alejo de Lena y se fue a su despacho, Sin decir palabras. Lena se quedo allí, en la entrada de la casa, viendo como Yulia se marchaba por el pasillo.
-Yulia- Dijo, pero no obtuvo respuesta. Entonces se dirigió a su despacho , giro el pomo plateado y entro sin llamar. Yulia ocupaba su escritorio.
Lena se detuvo por un instante para mirara a la morena. Llevaba una camisa de lino blanca y unos pantalones de color gris oscuro. Había dejado su chaqueta gris en el respaldo de una silla cercana. Se había arremangado la camisa, dejando ver sus brazos.
La noche esta clara y despejada. Un campo de estrellas inundaba el cielo. La lámpara sobre el escritorio estaba encendida, formando sombras en su rostro y oscureciendo sus rasgos. Su negra cabellera, por lo general perfectamente peinada, ahora se mostraba despeinada y de un modo desordenado.
Lena se pregunto, si Yulia era tan suave como se veía; Si su cuello era tan delicado como sus brazos, Y Lean sintió entonces un retorcijón en la boca del estomago. Para evitar esos pensamientos, Lena agarro con fuerza el pomo de la puerta y la cerro con delicadeza.
Lena trato de no mirar a Yulia y para eso, dirigió su atención a la librera mas cercana. Derepente oyó como Yulia se movía y noto como s e aproximaba a ella.
-Puedes coger el que te apetezca- Yulia se coloco tan cerca que su aroma invadió a Lena. Notó los aromas cítricos, mezclados con tabaco y vodka. Ninguna de las dos se movió. Lena se sintió repentinamente acalorada. El reloj que había sobre la estantería provocaba un rítmico ruidito que se acompasaba con los fuertes latidos de su corazón.
Lentamente como si Yulia temiera que Lena se marchara, dejo reposar sus manos en sus hombros. La pelirroja notaba la respiración de Yulia, su calido aliento en su mejilla y el movimiento suave de sus cabellos.
-Lena- Susurro Yulia con un tono suave y áspero. Sonó como una especie de plegaria que le llego directamente al corazón.
Lena no se cuestiono que debía hacer, simplemente se volvió y le miro evidenciando en con sus ojos la respuesta a su suplica.
Yulia acaricio su mejilla con suavidad. El pulgar de La morena se desplazo encima del labio superior de Lena y esta se estremeció ligeramente.
-Yulia- Susurro Lena simplemente por el placer se pronunciar su nombre.
Ambas intercambiaron una penetrante mirada que contenía miles de pensamientos.
-Lena… mi niña pelirroja… mi hada-
Yulia suspiro al tiempo que aferraba su rostro entre las manos. Tras emitir un gruñido de derrota. Yulia cubrió la boca de Lena con la suya. El beso fue suave y profundo. Un beso saturador, seductor, penetrante… Un beso húmedo que no parecía tener fin.
-Lo he intentado- Susurro Yulia suavemente mientras recorría el interior de su boca y luego volvía besarla en los labios –Jamás sabrás lo mucho que lo he intentado- Tras volver la cabeza, Yulia la beso de varias formas presionando cada vez mas fuerte y saboreando su labio inferior. Forzó a Lena para que abriera la boca. Yulia deslizo su lengua en el interior de su boca como si fuera de seda húmeda y caliente.
Lena deslizo sus brazos alrededor del cuelo de Yulia. Noto como un liquido ardiente invadía su estomago. Sintió que le fallaban las piernas. Yulia jamás había logrado que Lena se sintiera de ese modo, ni siquiera en su cumpleaños.
Yulia volvió a besarla. Se estremeció ligeramente y Lena notó las manos de la morena bajo sus pechos, lo que provoco que sus pezones se endurecieran. Aquellos dedos se cerraron alrededor de sus pechos con suavidad por encima de la tela de su vestido, y Yulia dejo escapar un suave gemido.
-Lena…- Susurro mientras le acariciaba los pezones con suavidad, permitiendo que la pasión la invadiera.
Lena se acerco a ella y se estremeció. Sabia que tenia que detenerla, pero por Dios, el placer era tan dulce, las sensaciones tan maravillosas… Que su cuerpo traidor no quería escucharla.
En lugar de rechazarla, Lena se descubrió presionando su cuerpo contra el d e Yulia para dejarse envolver por sus pelvis, por su senos.
Yulia la beso en el cuello, volvió a besarla en la boca y Lena gimió suavemente. Ahora temblaba y su corazón latía con mucha fuerza. Noto que Yulia buscaba los botones de su blusa. Logro desbrochar el primero y luego fue a por el segundo.
-Yulia…- Lena apenas susurro su nombre, pues la desesperación era evidente en su voz. Si no le detenía en aquel momento ya no podría ni querría hacerlo.
Durante unos eternos segundos, Yulia permaneció inmóvil, con sus preciosas manos dormidas mientras se esforzaba por recuperar el control. Por un instante, Lena deseo haberse mantenido en silencio, haber permitido que Yulia prosiguiera con su magia y comprobar como podría brillar el fuego. Lena estaba segura de que el desastre se avecinaba.
Yulia suspiro con fuerza. Miro a Lena y le abrocho los botones de la blusa.
-Lo siento- Dijo –No quería que esto ocurriera.
No necesitaba disculparse. Ella había deseado que la besara. Había querido mucho mas que eso. Peor no podía decírselo.-No ha sido culpa tuya. Simplemente… ha ocurrido-
Aquellos intensos ojos azules, normalmente tan intrigantes, brillaron con emoción. Luego la mascar volvió a cubrir su rostro.
-Considerando las consecuencias, será mejor que no vuelva a ocurrir. En realidad seria bueno que no nos viéramos por un tiempo- Yulia se alejo de ella, bajo lentamente las mangas de la camisa y se abrocho los puños –Tengo cosas que hacer fuera de la ciudad. Faltare durante algunos meses-
A Lena le dio un vuelco en el corazón -¿Algunos meses?- Se esforzó por no pensar lo vacía que estaría su mesa, incluso sus días, sin ella. En lo mucho que la extrañaría –Pero no habías dicho nada de salir de la ciudad
Yulia se mostró incomoda y Lena comprendió que acababa de tomar aquella decisión. SE iba por ella, por lo que había ocurrido entre ellas. Algo que tal vez se debía mas Yulia, que a ella.
-Necesito comprobar lo avances de la fabrica textil que tengo en San Petersburgo. Imagino que sin nadie que te moleste podrás trabajar en tu nueva obra-
-Si… Supongo que si- Pero Yulia no era ninguna molestia. En realidad a Lena le encantaba discutir con ella. Había descubierto que disfrutaba mucho de su compañía.
A Lena le gustaba hablar con ella, Le gustaba saber que Yulia podría llegar en cualquier momento, o que estaba para ella en cualquier momento.
Yulia agarro la chaqueta del respaldo de la silla y se la coloco encima de los hombros.
-Estaré fuera unas horas. Hoy puedes quedarte aquí, ya es demasiado tarde para que regreses a tu departamento. No llegare tarde-
Lena no dijo nada. Se limito a observar como Los paso de Yulia la llevaban al exterior de la habitación. Yulia quería protegerla, y tal vez protegerse a si misma, intentando alejarla del deseo que sentía por ella. Por primera vez desde que había conocido a Yulia, Lena comprendió que ya no quería que Yulia siguiera protegiéndola.
El rumbo perdido de Yulia la llevo a un bar de mala muerte.
-¿Quieres otra copa preciosa?-
A Yulia le daba vuelta la cabeza. El licor había adormecido sus sentidos hasta el punto de que le costaba pensar con claridad, que era exactamente lo que deseaba.
-Necesitare una habitación, ¿Tienes algo donde pueda quedarme?-
-Tenemos una habitación en el segundo piso, A veces la pasamos para quienes necesitan privacidad- La chica señalo hacia la escalera de madera que se encontraba en el otro extremo del bar.
Yulia dejo el resto del dinero sobre la mesa, lo bastante como para pagar el alojamiento y mucho mas alcohol.
-Cóbrate de aquí, además de las bebidas-
La chica agarro el dinero, vio que era mas que suficiente y le dedico una seductora mirada. –Por esta cantidad puedes gozar de algo mas, si quieres- La chica se cojio un pecho y lo saco de la playera para mostrarle el pezón.
-Tal vez otro día-
La rubia se limito a encogerse de hombros .Como quieras-
Regreso con una botella de vodka y la deposito frente a ella. Yulia se lleno la boca con la fuerte bebida y se apoyo en la pared dejando que el licor se deslizara por su garganta mientras se preguntaba si aquello lograría calmar su cuerpo. Deseaba estar lo suficientemente borracha como para dormir sin soñar con Lena, Aunque estaba segura que no seria posible.
Yulia sabía que era el deseo lo que lo había llevado a tomar medidas tan extremas. Cualquier otro sentimiento que creía tener debía ahogarse con el alcohol por el bien de Lena. Si pensaba en ella le remordía la conciencia.
Luchaba interiormente con sus sentimientos.
Yulia tomó otro sorbo de Vodka y se pregunto si lograría aplacar todo lo que en su pecho sentía.
continuara....

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