un pacto con el sucesor del diablo

480 25 0
                                    

UN PATO CON EL SUCESOR DEL DIABLO
Capitulo 18
#angell
Un apasionado viaje con Caronte
Mientras Yulia descendía por las escaleras, esbozo una sonrisa al recordar la cara de Lena. La alegría que sentía se convirtió en otra cosa al recordar la noche anterior. Lena se había comportado tal y como lo había imaginado, o incluso mejor. Su inocente pasión había resultado mucho mas excitante que las habilidades de la mas diestra amante. Habían hecho el amor dos veces durante la noche y una vez mas al amanecer.
Yulia llego al pie de la escalera y vio que Arthur corría hacia ella. El alto y delgado Mayordomo le hizo una breve reverencia con la cabeza.
-Buenos días Señorita-
-Buenos días Arthur-
-El automóvil esta listo y le espera para partir, Señorita tal y como pidió ayer.
-Si bueno. Ha habido un cambio de planes-
-¿Señorita?-
-Quiero que llames a la casa d e la Señorita Katina y pidas a la Señora Rometch que le prepare una maleta, con ropa para una semana por lo menos que incluya vestidos de gala y ve a buscarla de inmediato-
Si, Arthur se sorprendió no llego a demostrarlo.
-Saldré con la Señorita Katina de viaje-
-Si Señorita-
Arthur hecho a correr con sus delgadas piernas. Desde luego no se trataba de un mayordomo atractivo, pero sin duda era muy eficiente. Yulia se hizo una nota mental para recordarse a si misma subirle el sueldo cuando regresara del viaje.
Yulia se dirigió al comedor pensando en el viaje. Ocupo su asiento habitual encabezando la mesa y le indico a una de las sirvientas que le trajera el desayuno. Estaba ansiosa por saber que le parecerían sus planes a Lena. Después de lo que había ocurrido entre ellas la pasada noche, la idea de un viaje fuera d e Moscú se le había aparecido como si de una revelación divina se tratase. Quería pasar tiempo con ella, quería darle la oportunidad de que se acostumbrara a su forma de hacerle el amor, que la conociera por lo que Yulia representaba y que aceptara el futuro que tenia previsto para ambas.
San Petersburgo parecía el lugar ideal para empezar. Era un lugar tranquilo y lo suficientemente alejado para poder estar a solas. Además allí había mucho que hacer. En San Petersburgo había muchos restaurantes, tiendas y teatros y había unas casitas muy bonitas que se podían alquilar. En aquella época del año no les seria difícil encontrar alguna.
La idea de estar a solas con Lena, de hacerle el amor sin límites, provoco excitación inmediatamente. Dios, haberla tenido tres veces no había calmado su apetito por ella. Quería hacerle el amor de cien formas distintas y, aun así, no estaba segura de que fuera suficiente.
Deseaba regresar arriba y volver a meterse en la cama con ella, pero suspiro resignado y se contento con las imágenes de la pasión que compartirían en San Petersburgo.
Lena se despertó entre las sabanas y se lamento por la rigidez de sus músculos y el dolor que sentía en ciertas zonas del cuerpo. Abrió los ojos. Echo un vistazo a la habitación y se relajo al descubrir que estaba en la cama de Yulia.
“Yulia” Dios mío, resultaba imposible que hubiera acudido a ella la noche anterior, que le hubiera pedido que le hiciera el amor. Perecía increíble las cosas que había llagado a hacer. Pero estaba contenta de lo ocurrido. No le había gustado perderse esas horas entre sus brazos en su cama, por nada del mundo.
Se desespéro y puso su mano en la boca para bostezar. Echo un vistazo al reloj que había encima de la chimenea y vio que eran casi las once de la mañana. Parpadeo y puso los pies en el suelo. Al oír el ruido de la puerta, vio como Yulia llegaba con una bandeja de desayuno.
-Buenos días mi hada, ¿Cómo amaneciste?-
Yulia se veía radiante. Un hermosa sonrisa estaba en su rostro, al igual que una mirada más dulce.
-Bien gracias aunque un poco adolorida- Respondió con gracias, mientras volvía meterse en la cama.
-Eso es bueno, significa que lo que paso ayer ocupo toda tu resistencia mi hada- Dijo entre risas la morena –Venga a tomar desayuno, hoy tendremos un largo día-
-Gracias por traerlo, podría haber esperado a que bajara- Dijo Lena mientras ponía mermelada a una tostada.
-Por hoy quiero consentirte mi hada- agrego la morena mientras se sentaba al borde de la cama –Nos iremos de viaje en un par de horas, así que arréglate-
-¿Cómo? Pero no tengo ropa , ni nada- Dijo Lena mirándola sorprendida.
-Lo se, Arthur fue a tu departamento, por algo de tu ropa, la Señora Rometch preparo una maleta y te desea suerte en el viaje- dijo Yulia robando la tostada que tenia Lena
En sus manos.-Tu maleta esta abajo, pediré que la suban, para que te cambies-
Yulia se retiro, y dejo a Lena desayunando. Cuando esta termino Lena se levanto y se dirigió al baño, allí frente al espejo empezó a desenredar su rojiza cabellera. DE viaje, por supuesto, Yulia debía marcharse ese día. Lena esbozo una lenta y secreta sonrisa al comprender que Yulia había decidido que Lena la acompañara.
En el espejo unas manchas en sus mejillas al recordar a Yulia desnuda, su bonito cuerpo moviéndose ágilmente, y disfrutando tanto como ella.
Y sabía que Yulia esperaba que esa noche volviera a ocurrir.
Yulia se reclino en el asiento del automóvil mientras observaba a Lena con los parpados medio cerrados.
En el interior del carruaje estaba oscuro y hacia frío. Lena refregaba sus manos. Yulia acomodo su figura junto a ella.
Rodeo los hombros de Lena con un brazo y bajo la cabeza para susurrarle al oído. –Yo puedo darte calor-
El automóvil empezó ligeramente a traquetear ligeramente por las imperfecciones del camino.
-Yulia- Exclamo la ojiverde mientras Yulia retiraba el chal y le pasaba una mano por la espalda. Al parecer no había oído, pues tenia la vista fija en el pálido brillo de su escote, al tiempo que con la otra buscaba su tobillo, por debajo d e la falda.
-Yulia- Exclamo de nuevo. Empujo contra su pecho, pero Yulia hizo suficiente fuerza, para hacerla sentarse en sus piernas.
-¿Si?- murmuro mientras su boca ansiaba la suave piel de su garganta.
-Dentro del automóvil no, por el amor de dios-
-¿Por qué no?-
-Por que es…- Sintió como la punta de su lengua rozaba su piel cosquilleando su sensible nervio a un lado del cuello, calló un instante para reprimir un gemido de excitación –Vulgar, Común.
-Excitante- Contesto Yulia con un susurro -¿Alguna vez has pensado en hacer el amor en un automóvil en marcha Lena?-
Lena hecho la cabeza hacia a tras para mirarla con asombro y apenas logro ver su rostro noto una maliciosa sonrisa.
-¡Por su puesto que no! No me he imaginado siquiera como puede llegar a hacerse semejante locura- AL ver el blanco resplandor en los dientes de Yulia se arrepintió al instante de haber dicho aquellas palabras -¡No, no me lo digas!-
-En lugar de eso te lo voy a demostrar-
Se dispuso a desabrochar los botones de la chaqueta de Lena, mientras murmuraba palabras intimas, mortificantes. A juzgar por la serie de tirones y botones, Lena se percato que hacia un rápido progreso por entre las capas de ropas.
Yulia le robo varios besos de sus labios entre abiertos y, a continuación empezó a recorrerle la garganta con la boca.
-Espera- Gimió ella –Ya casi llegamos, Va a descubrirnos el chofer, ¡OH! Basta ya por favor-
Yulia la acurruco contra su regazo y miro fijamente a los ojos verdes, siempre llenos de inteligencia y desafío. La excitación había hecho que el corazón le latiera desenfrenado, que su pulso enloqueciera. Sintió deseos de hundirse en Lena de estrujar, morder y lamer hasta el ultimo centímetro de su cuerpo.
Capturo su boca con un beso ardiente y busco busco su lengua para absorber con ansia su delicioso sabor. Ella reacciono de buena gana dejándole que la besara tal como le apeteciese, arqueando el cuerpo cuando Yulia termino de desabotonar su ropa. Su mano palpo a lo largo de la columna vertebral hasta dar con el broche del sujetador. Con gesto impaciente, lo desabrocho hasta que se aflojo y la prenda cedió y dejo de comprimir los senos de la pelirroja. Lena empezó a respirar profundamente al sentir la mano de Yulia acariciando su espalda.
Yulia retiro la ropa de la parte superior de Lena y con mucho cuidado la desprendió del sujetador. Al instante cayeron al frente de sus dedos sus redondos pechos. A ciegas y con fuerza movió a Lena un poco mas sobre su regazo, y busco la sombra de un pezón, lo encontró, lo capturo y empezó a lamerlo y morderlo con suavidad. Aquel suave boton rosado se endureció en su boca. Con cada ardiente caricia de su lengua arrancaba una ahogada exclamación de la garganta de Lena. Con un gemido hundió la boca en el valle que separaba los senos y cerro la mano bajo su peso desnudo.
-Yulia…- Lena apenas podía hablar entre jadeos –Yulia…-
Su ávida boca encontró de nuevo el pezón, su lengua fue trazando círculos alrededor de aquella punta de seda demorándose en el borde, allí donde se unía con la piel clara del pecho. La fragancia de Lena genero una reacción tan primitiva, que perdió toda conciencia del mundo más allá de aquel automóvil oscuro y bamboleante. Con un empeño voraz, Yulia deslizo las manos bajo la falda y acomodo el cuerpo de Lena sobre el suyo separándole los muslos de modo que ella quedara arrodillada encima de ella.
Tal como la noche anterior, Lena no era una compañera pasiva, sino que su boca respondía con besos ávidos, sus manos recorrían son urgencia sus pechos y su cintura ¿En que momento le había desabrochado la camisa y la chaqueta?
-Ayúdame- Dijo de repente con voz temblorosa. Luchando contra el broche del sujetador de la morena- Quiero tocarte-
-Todavía no- Las palmas de Yulia se deslizaron a lo largo de sus brazos hasta encontrar la curvatura de sus nalgas – Si me tocas ahora no seré capas de contenerme-
-No me importa- trato con mas fuerza y logro desabrochar el primer botón –Quiero sentirte como ayer… quiero que me toques que me hagas sentir…- Sus dedos se posaron sobre uno de los pezones de Yulia. Aquella leve presión provoco que Yulia diera un brinco y lanzara un gemido. –Además- Le recordó ella sin aliento –eres tu quien a empezado esto-
Era tan adorable su actitud imperiosa, tan apasionada que Yulia sintió que se le contraía el corazón en un sentimiento que jamás había experimentado… un sentimiento demasiado peligroso para examinarlo.
-Esta bien- Dijo en un tono lleno de deseo y diversión –Esta lejos de mi negarte cualquier cosa que desees-
Lena sonrío maliciosamente y poso su boca en la hendidura del cuello de Yulia, allí lamió y beso, cada detalle, cada marca. Fue subiendo a su oído y le susurro –Solo quiero sentirte Yulia solo eso-
Yulia volvió la cara a un lado, con respiración siseante entre los dientes apretados, luchando por no sucumbir a aquella sensación. Tenia la suave mejilla de Lena apoyada contra la suya –Tu piel es muy suave Yulia-
-No, Dios no- Yulia dejo escapar una risa entrecortada que termino en un gemido –Es agradable. Ruaidh Cailag… me estas matando… debes dejarlo ya-
La sujeto de la muñeca, para alejarla un poco de si busco sus bragas. A continuación las deslizo suavemente, hasta quitarlas a continuación acaricio su vientre y bajo la mano e introdujo sus dedos suavemente en Lena.
-Ahora me toca a mi- Murmuro, besando su cara acalorada al tiempo que deslizaba el dedo al interior de Lena una y otra vez. Noto que ella apretaba las músculos alrededor de los de ella; se sirvió de sus propias piernas para mantener abiertas las de ella y así dejar su cuerpo abierto e indefenso ante su contacto.
Lena gimió y presiono el vientre contra su mano, anhelando más estimulación. Yulia siguió acariciándola con una lentitud desesperante, penetrándola con sus dedos. Lena tembló y se retorció cuando la morena empezó con un ritmo más rápido.
-Yulia- Grito en un gemido Lena, mientras depositaba su cabeza en el hombro de Yulia. Su respiración era agitada y su corazón latía rápidamente –Me encantas Yulia-
Yulia inclino la cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados y la frente arrugada. Notaba el peso de Lena sobre sus muslos y su cuerpo se cerraba sobre el suyo con una estrecho abrazo. El placer que le producía tenerla así, era demasiado grande para soportarlo. No podía hablar ni pensar, no podía articular su nombre, lo único que podía hacer era permanecer inmóvil mientras Lena descansaba en ella.
Sintió que Lena se inclinaba hacia delante y que sus labios entreabiertos rozaban su garganta Allis, donde latía el pulso bajo el mentón. Sintió como su lengua exploraba su piel con delicadeza y su respiración se hizo áspera.
El brusco movimiento que produjo el automóvil cuando se detuvo, las volvió a la realidad. –Maldición. Ya hemos llegado-
Lena permaneció relajada y blanda contra ella, al parecer sin compartir aquella súbita urgencia. Alzo una mano con gesto lánguido y cerro el pestillo de la puerta. Cuando hablo tenía la voz turbia y ronca. –No pasa nada Yulia-
Yulia acaricio su mejilla, y la beso suavemente.-Mi niña pelirroja, mi hada-
Lena la miro directamente a los ojos y soltó una risita traviesa -¿Mi niña pelirroja? ¿Yulia cuando se te ocurrió decirme así?-
Yulia soltó una carcajada, y tomo un mechón de su cabello. Lo acerco a su rostro y lo beso –Te lo he dicho desde que te conocí Lena, Ruaidh Cailag, significa mi niña pelirroja-
La pelirroja alzo la mano y acaricio su mejillas, luego con el índice acaricio sus labios –Eres muy tierna cuando quieres-
-Solo contigo mi hada, solo contigo-
continuara....

un pacto con el sucesor del diablo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora