un pacto con el sucesor del diablo

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UN PACTO CON EL SUCESOR DEL DIABLO
Capitulo  15

Visitas inesperadas.
Por lo general cuando Lena terminaba de escribir una novela, empezaba otra de inmediato. De no ser así, se sentía inquieta y sin un propósito fijo. Si no tenía alguna historia en la cabeza, se sentía perdida. A Diferencia de la mayoría de la gente ella nunca le importaba hacer cola o pasar mucho tiempo en un automóvil o disponer de largos ratos sin nada que hacer, pues era oportunidades para reflexionar sobre el trabajo que tenia en curso, reproducir mentalmente fragmentos de diálogos, buscar y descartar ideas a sus argumentos.
Y, sin embargo por primera vez en muchos años no se le ocurría ningún tema que encendiera su imaginación con la fuerza necesaria como para empezar a escribir de nuevo, la única idea que tenia en la mente era el trato que debía cumplir y a Yulia, Durante el tiempo que llevaba de conocerla su vida interior ya no le parecía ni remotamente interesante como el mundo exterior, un problema con el que no se había topado nunca.
Yulia había tomado por costumbre el ultimo mes, acudir a su casa el menos tres veces por semana, sin tener el detalle de avisar con antelación. Podía aparecer a medio día, o incluso a la hora de cenar y entonces se veía en la obligación de invitarla a acompañarla a la mesa.
-Siempre me han dicho que no hay que dar de comer a los vagabundos- Dijo Lena en tono osco, cuando abrió la puerta de su departamento- Los anima a regresar una y otra vez.
Yulia con la cabeza gacha en un intento de parecer inocente, le obsequio una seductora sonrisa -¿Es la hora de cenar?... No me había dado cuenta de que fuese tan tarde. Me voy entonces. Sin duda mi cocinera me tendrá preparado puré de papas frío, y una sopa recalentada- agrego con un deje infantil.
Lena no logro, a pesar de su esfuerzo, componer una expresión severa –Con el dinero que tienes Yulia, dudo que tu cocinera sea tan malvada como tú siempre la pintas. De hecho el otro día sin ir mas lejos, te oí hablar animadamente con Víctor sobre los excelentes festines que preparaba. Así que dudo mucho que te dejaran morir de hambre-
Antes de que Yulia pudiera replicar, una ráfaga helada de aire invernal atravesó la puerta de entrada, y Lena se apresuro en cerrar la puerta. –Entra de una vez- Le dijo a Yulia en tono áspero –Antes de que me convierta en un tímpano dE y hielo-
Visiblemente radiante de satisfacción. Yulia entro en el departamento caldeado y olfateo con placer -¿Estrogonoff de pollo?- Murmuro al tiempo que miraba con expresión interrogante a la Señora Rometch, cuyo rostro mostró una amplia sonrisa.
-Tien usted un olfato Envidiable Señorita Yulia, estrogonoff de pollo y la tarta de frambuesas mas deliciosa que haya visto nunca-
El imperceptible gesto de fastidio que esbozo Lena al comprobar el atrevimiento de Yulia fue reemplazado por el regocijo ante la ilusión que mostraba. Desde Que habían Llegado de la ascienda, su relación con Yulia había mejorado, mucho.La morena se mostraba respetuosa y tranquila, incluso mas abierta a conversar de ciertas cosas, por otro lado su acercamiento físico se había limitado a tiernos besos.
-Yulia te presentas con tanta frecuencia en mi casa que no me das la oportunidad de invitarte- La tomo del brazo y la obligo a acompañarla al comedor. Aunque a menudo cenaba sola siempre tenia la mesa muy elegante y utilizaba su mejor vajilla.
-¿Me habrías invitado si hubiese esperado el tiempo suficiente?- Quiso saber Yulia con un brillo malicioso en sus ojos.
-No, no te habría invitado- repuso ellas con tono impertinente –Rara vez me gusta tener sentadas en mi mesa a chantajistas maliciosos-
-Tu ya no me guardas rencor por eso- dijo Yulia –Dime cual es el verdadero motivo ¿Todavía sientes miedo hacia mi, por lo que ocurrió en la ascienda, Ruaidh cailag?-
Incluso a aquellas alturas después de todas las agradables horas que había pasado en su compañía, la mas minima referencia a aquel encuentro aun lograba hacerla estremecer
-No- contesto en voz baja –no tiene nada que ver con eso. Es que…- Se interrumpió y dejo escapar un breve suspiro para obligarse a si misma a admitir la verdad frente a Yulia –A decir verdad aun pienso en ello-
Tal vea había acabado de descubrir que a Yulia le encantaba provocarla y tomarle el pelo mientras ella tenia todas sus defensas desplegadas. En cambio cuando revelaba una pizca de vulnerabilidad sorprendentemente, Yulia se volvía de lo mas amable.
-Eres una mujer muy hermosa, de un bello rostro y un cuerpo envidiable; un intelecto abundante y muy buena reputación- Dijo Yulia – Yo jamás te dañaría-
Lena escruto su rostro en busca de signos d e burla, pero solo había un despierto interés que la desconcertó-
-No soy lo que dicen una sirena capaz de atraer a cualquiera que se me antoje- Dijo en un tono de desenfado aunque artificial –Por eso me causo tanta conmoción que tu me trataras de esa forma-
-No eres una sirena, eres mi hermosa hada- Respondió Yulia, acariciando su rostro.
-Gracias- Respondió Lena con una nerviosa risa, intentando disipar la perturbadora sensación de intimidad que había surgido entre ellas.
Yulia se sentó frente a ella con un aire de cómoda familiaridad, parecía disfrutar el encontrarse allí, apunto de cenar sentada en su mesa. Lena quedo perpleja viéndola tan contenta y sin disimulos. Una mujer como Yulia Volkova habría sido bien recibida en un sin fin de mesas…¿Por qué prefería la de ella?
La Señora Rometch se le daba muy bien preparar comidas sencillas y contundentes y convertirlas en algo excepcional.
Yulia obsequio a Lena una hermosa sonrisa, un irónico despliegue de calidez y humor.
-Los talentos de tu cocinera son excepcionales- Reconoció –Pero tu compañía es capas de transformar un mendrugo de pan en un manjar digno de un rey-
-No logro hacerme la idea de por que me encuentras tan agradable- Repuso Lena secamente, Tratando de contener la oleada de placer que le produjeron aquellas.
-Tu compañía es Exquisita Lena- Dijo Yulia
La pelirroja se puso nerviosa, pero de igual forma agrego en un tono inquisitivo –Si sigues apareciendo tan a menudo, tendré que preparar la habitación de invitados para que te instales-
-¿Te gustaría cenar en mi casa mañana?- Dijo de la nada la morena, mientras devoraba un buen trozo de la Tarta de frambuesa.
-¿A cenar?-
-Si, He venido tantas veces a comer y tu te has encargado de recordármelo cada tres segundos que creo es tiempo que compartas mi mesa-
-Pues no estaría mal, me gustaría comprobar lo mal alimentada que estas en tu casa- Dijo con una sonrisa Lena.
-Entonces esta dicho, cenaremos mañana- Comió el ultimo trozo de su tarta y agrego –Estuvo absolutamente delicioso. Mis felicitaciones a ala Señora Rometch-
Lena tomo una copa  y bebió un pequeño sorbo de vino. El liquido humedeció sus labios y los mostró mucho mas tentadores para la morena que fijo la vista en ellos.
-Son las 10.30, ya es tarde- Dijo Lena en un inconciente tono sensual.
-Tienes razón, debo marcharme- Respondió Yulia parándose de la mesa y ayudando a Lena. Caminaron en silencio hasta la entrada del departamento, donde Yulia tomo la mano de Lena y deposito en ella un dulce beso –Buenas noches mi hada- Y se retiro por el pasillo, hasta el ascensor.
Lena se quedo allí, viéndola marchar, lo que estaba pasando con Yulia era irreal. Jamás pensó que la mujer que la había obligado a desvestirse frente a ella tendría oculta tan bella faceta.
Un suspiro escapo de sus labios y una sola cosa ocupo su mente, Yulia. Quizás, El demonio Volkova no era tan despiadada como pensaba.
continuara...

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