Capitulo 12

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-Wonwoo? ¡A dónde vas! - Jisoo alcanzo a Wonwoo quien subía a su caballo.

-apártate! ¡No es momento de arreglar las cuentas contigo! -

-conmigo? -

-me he enterado de que has regalado ms tierras! ¡Mis tierras! ¡Cómo te atreves! -

-Wonwoo! -

-has cometido traición contra mí! Ayudaste al emperador Xu-

-Wonwoo, no es así, espera, escúchame- levantando su mano, cambiando sus ojos de oscuro a un tono rojo Wonwoo envió una ola de viento a Jisoo haciendo que este callera estruendosamente al suelo. Partiendo en su caballo Wonwoo se alejaba lentamente del palacio, por alguna extraña razón su sangre se sentía más caliente de lo habitual, el no habría reaccionado de esa forma, el no habría a tacado a Jisoo así, lo hubiera escuchado, algo en su pecho se apretaba, algo en su corazón se estrujaba, las cadenas que le pesaban comenzaban a abrir los grilletes.

-a dónde va?-

-detenlo! Se ha enterado de las tierra que le dimos al emperador Xu!- levantándose del suelo, Seungcheol ayudo a Jisoo.

-será mejor que vayas tú, yo iré tras Jeonghan, quien más que el podría haberle dicho, él se entera de todo-

-no podemos dejar que Wonwoo ataque a los chinos en nuestro territorio, démonos prisa! - ambos partían a sus destinos, Seungcheol se mantenía en calma, no podía perder el control el tampoco, había llegado la hora de castigar a Jeonghan, su trabajo estaría hecho.

-debemos regresar! ¡Debemos irnos ya emperador! -

-qué pasa? - de pronto los caballos de la guardia del emperador se detenían, Jun estaba muy nervioso mirando a su alrededor.

-estamos siendo rodeados por el ejército del rey Jeon-

-que?-

-te dije, te dije que algo traman! Las cosas están mal, debes salir de aquí! - ordenando a todos que dieran media vuelta, Jeonghan se aparecía frente a ellos de un solo parpadeo.

-con que querían escapar...- sonriendo abanico señalando detrás de ellos.- solo los culpables escapan, no es así su majestad?-

-qué demonios ha pasado! ¡Qué ha pasado con el trato que teníamos! -

-su majestad Jeon, será mejor que hablemos, dejemos a un lado las amenazas-

-no! ,me han robado mis tierras! ¡¿Creían que no me daría cuenta?! Soy el rey! ¡Nada se escapa de mí! -

-el rey? ¿Estás seguro? - decía el emperador Xu Minghao. Él también era una persona temperamental, el enojo y las intimidaciones de Wonwoo le habían molestado ya.

-Minghao no!-

-dinos, si eres el rey, y debo llamarte así, porque aún no ha sido tu nombramiento? ...has estado limpiando tu hermoso valle, ensuciando las manos de inocentes por qué? Por unas tierras que no son tuyas ni lo serán? Mejor ve y pregúntale a tu madre quien es el verdadero rey, que ya le has calentado su lugar como es debido-

-de que hablas! Eres un atrevido! ¡Robando mis tierras e insultándome así! -

-mire que osadía, no hará nada su majestad? - Jeonghan había llegado detrás de Wonwoo susurrando a su oído.- ordeno atacar?-

-deshazte de todos sus guardias ya! Yo me encargo de ellos-

-a sus ordenes-

-sobre mi...sobre mi- dijo Jun interponiéndose entre Minghao y Wonwoo.- si supiera usted lo que han hecho por protegerlo, que incluso le hemos ayudado, el enemigo no somos nosotros, el enemigo está en su palacio-

-seguirán atacando a mis hombres? - Wonwoo desenfundo su espada la cual desprendía una bruma negra con destellos rojos, sus ojos habían cambiado.

-no le recomiendo recurrir a eso que le teme...-

-ahora me ordenas? ...tú me ordenas? -

-detente ahora Wonwoo! - decía la voz de Jisoo llegando al galope de su caballo, de un salto se interpuso entre ellos, el emperador Xu estaba en guardia esperando cualquier movimiento para defender a Jun, aunque Jun podría el solo.

-lárgate! ¡Apártate ahora! -

-has visto lo que ha hecho Jeonghan?! ¡Está matando a todos! Los guardias están matando! ¡Debes detenerlos! -

-deja de darme ordenes! Yo soy el rey-

-yo les di las tierras a ellos para protegerte! Jeonghan ha trabajado contra ti!, no sé qué tiene planeado, pero él te hará daño-

-cállate! Te he mantenido bajo mi mano, te he dado casa como para que vengas a difamarnos- los ojos de Wonwoo lentamente se transformaban por aquellos ojos de demonio, al sentir aquel dolor en el pecho, era como si su demonio estuviera atado y quisiera salir, dolía, estaba siendo herido desde dentro, Wonwoo cayó sobre su rodilla sin bajar su espalda, a su mente vino extrañamente el recuerdo de la noche anterior con Mingyu, y eso en lugar de provocarle paz, aumento su dolor.

-Wonwoo...- susurro Jisoo intentando acercarse a él, pero en defensa, Wonwoo le ataco con la espada, aunque un corte ligero en la mejilla, de este salió desprendida sangre, la sangre que tanto había anhelado, aunque no haya sido un ataque como lo esperaba, aquel veneno finalmente tocaba su mano.

-si...- mirando al cielo, Jeonghan desde el otro lado del campo, desde donde ordenaba a los guardas atacar a muerte a quien se interpusiera, sentía como el alma de Wonwoo desaparecía, elevándose en el aire cerro sus ojos dejándose sentir aquel viento que había esperado tanto tiempo, el viento de la libertad, su espalda se comenzaba a inquietar, y como no, de esta se desprendían unas largas alas color negro sacudiendo las nubes.- al fin!- dijo provocando que todos lo miraran.- que me miran?! Mueran ahora! - ordeno para aquellos guardias que él había preparado, preparándose para impulsarse y volar más alto, una soga en su pie lo detenía.

-lamento molestar, pero vine por tu alma- desde abajo, aun sobre su caballo, Seungcheol mantenía a Jeonghan detenido.

La leyenda del Hijo del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora