Capítulo 13. Inseguridades.

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Han pasado algunos días, e Isabelle poco a poco ha conseguido integrarse más en el instituto y en su nuevo grupo de amigos.
Aunque los nervios y las tensiones siguen estando al orden del día, la chica nueva ha llegado a intimar un poco más con los demás, y sobre todo con Jessica. Ambas han congeniado y se entretienen juntas, bien cuando en los almuerzos charlan entre ellas o en alguna clase que coincidan. Por otro lado, Alex continúa su recuperación poco a poco, e intenta igualmente avanzar con respecto a sus sentimientos hacia Jessica, algo que también es complicado debido a la presencia de ese otro chico, Justin. La presencia de ese "invitado" en casa de Clay, hace que el chico esté cada dos por tres saltándose clases o más irritable (aún más) de lo normal.
Con Valeria las cosas siguen su curso normal; entre ellas siempre ha habido mucha complicidad y eso hace que Isabelle se sienta más segura, dentro de lo que cabe, con respecto a su estancia en el Liberty.
Y luego, su amistad con Scott continúa igual de bien, y cada día mejor. Los dos vuelven todos los días juntos del instituto, entre sus ya típicas bromas y sonrisas nerviosas; a Isabelle le encanta ese momento del día. Y, aunque no se lo haya confesado a nadie, sabe que en realidad Scott poco a poco se está colando cada vez más en su mente. Por un lado, eso le agrada y quiere más; pero por el otro, siente cierta inseguridad con respecto a todo eso de lo que le advierten pero que aún no ha podido llegar a saber (más que nada, porque nadie se digna a explicárselo), y no sabe que es lo que pasa dentro de ese equipo de baseball. Scott a ella ya le ha demostrado que él no es como sus otros amigos. Nunca ha buscado propasarse con ella y, a diferencia de los otros, él le da una buena sensación a la chica; siente algo agradable cuando está con él.
Pero si solo fuera eso... sería más sencillo. Isabelle también debe batallar contra sus propias inseguridades. Esas que le generan sus experiencias pasadas y que no son tan fáciles de borrar de su mente. Cuando menos se lo espera, le asaltan el miedo y las dudas; cuando acaba de separarse de Scott, cuando piensa en él y en la posibilidad de llegar a algo más... Ella desearía que todo eso se largara y la dejara tranquila, pero por lo que parece, no es tan sencillo como cambiar de instituto y de ambiente. Es algo que le persigue, y difícil de superar.
Hoy es martes. Ahora, Isabelle está conversando animadamente con Jessica en el almuerzo. Ella no tenía ganas de estar con Justin, y la chica nueva no tenía tampoco ningún pretexto para tener que almorzar junto a él, así que le ofreció a su amiga sentarse en un sitio a parte para poder charlar con normalidad.

- Así que no fue un final muy bonito, ¿verdad?- pregunta Isabelle refiriéndose a Justin y su ruptura con Jessica.
- No, no lo fue en absoluto- contesta la aludida con una mueca-. Es muy duro superar putadas así...

<<Que me vas a contar>> piensa Isabelle mientras esboza una sonrisa sarcástica de medio lado. Ella también sabe lo que es tener que seguir adelante después de que te la jueguen rastreramente.

- Y bueno...- continúa Jessica- Lo más complicado en realidad, es que no sé exactamente si todo lo que siento ha desaparecido o si hay una pequeña parte de mi que aún no quiere separarse de él.

La chica nueva mira a su amiga y puede notar cansancio en su cara, en sus palabras... se nota que está pasando por algo que es superior a ella, aunque intente aparentar lo contrario. Y por supuesto, la nueva aparición de su ex novio en el instituto no la ha ayudado si no a hacerse más un lío.
Isabelle no puede evitar recordar a su mejor amigo, Alex, que le confesó hace bien poco que aún sentía cosas por la chica que tiene en frente. Le gustaría ayudarle, hablándole a ella sobre Alex y hacer que estén juntos, pero no cree que eso fuera justo para ninguno de los dos, porque la propia Jessica acaba de confesar que no sabe lo que siente por su ex, por lo que solo se harían daño: Alex por estar con alguien que no le corresponde, y Jessica por engañarse estando con alguien cuando, en realidad, desea a otro.

- Pues él no te quita el ojo de encima, la verdad- comenta Isabelle a su amiga con un tono burlón para relajar el ambiente.-, y no me puedes negar que tu también le miras. Te he visto.

Jessica enrojece y echa una mirada breve a Justin antes de agachar la cabeza, y su amiga hace lo mismo; ciertamente, Isabelle no puede negar que ese chico es atractivo, y como decía Alex, tiene ese "toque de misterio" que llama la atención.
Pero, por otro lado, hay otro chico que se cuela en su cabeza cada dos por tres y le hace sonreír de la nada en muchas ocasiones. Y, sin duda, ella le prefiere mil veces a él que a cualquier otro.

- A ti tampoco es que te tengan muy fuera de su alcance algunos - contesta Jessica guiñando un ojo-. Scott no ha parado de mirarte desde que nos hemos sentado. Está que se le cae la baba.

Isabelle ríe ante la última broma de su amiga y se gira sutilmente para comprobar lo que dice. Efectivamente, nada más torcer su cabeza puede confirmar como Scott la observa disimuladamente mientras come su almuerzo. Al ver que ella le mira también, se apresura a tragar la comida y esboza una gran sonrisa como saludo. Ella también lo hace, y vuelve a girarse para retomar su conversación.

- Pegáis bastante. Sois como la típica novela adolescente. - vuelve a comentar Jessica con una sonrisa. Ese gesto se borra poco a poco, y se dispone a dar un consejo a su nueva amiga que, lejos de querer desilusionarla, solo busca ayudarle y advertirle desde el principio-. Pero que no te ciegue tu cariño por él si empiezan a pasar cosas raras. Dentro de ese equipo, a veces pasan cosas un poco extrañas.

Isabelle comprende que todos quieran ayudarle y advertirle sobre los riesgos de todo, pero tampoco puede llegar a entender como protegerse de algo que no sabe lo que es, y eso es lo que llega a fastidiar y molestar a la chica; todo el mundo puede opinar sobre lo que hace con la gente del Liberty y con quien se junta, y también se ven con el derecho de decirle que hacer y que no, y darle consejos. Pero luego, ella pregunta y nadie le da ninguna respuesta.
Por eso, de momento va a seguir su vida y ya está. Hasta que alguien le explique que está pasando, no piensa tomar medidas para nada.
Al fin y al cabo, ¿quién quiere ocultarse de lo desconocido?

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