Capitulo 15. Running low.

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Están siendo unos días bastante raros para Isabelle. Todo el mundo está aún más nervioso que de costumbre (si, por lo visto, eso era posible), y como era de esperar, ella aún no puede involucrarse y ayudar porque nadie le cuenta nada; ni siquiera por la parte de Alex, que se ha cerrado en banda, o por la de Jessica, que aunque ahora son más amigas, ella aún no le ha confesado todo lo que le ocurrió ( a pesar de que las cintas lo dijeran todo).
Y luego está Scott. Desde el día que le curó la herida del brazo en el gimnasio, no han vuelto a hablar en condiciones. Siempre que ella le busca en el comedor, él esquiva la mirada, o sorprendentemente no está; y desde que él se fue corriendo la última vez que salieron juntos del instituto, todo los días después de clase Isabelle recibe un mensaje de texto de su parte que dice que no va a poder ir con ella, que está ocupado o saldrá más tarde.
La única persona con la está totalmente como si no hubiera pasado nada, es con Valeria, y en el fondo agradece que sea así; necesita alguien que no huya de ella y que no le oculte cosas la mayoría del tiempo. Pero, en el fondo, ella también necesita a su otro grupo con el que también se ha encariñado, a Alex, que quiera o no, es su mejor amigo, y también necesita (y esto le ha costado bastante admitirlo) a Scott.
Todos estos pensamientos atormentan a la chica toda la mañana y durante su camino al comedor. Hoy comerá con Valeria, ya que los demás se han ido sin ella (como no) al juicio de Toni, y no pasarán por el instituto en lo que queda de día. Al llegar y coger su comida, no puede evitar echar un vistazo en busca de Scott antes de ir junto a su amiga; tras unos segundos, lo encuentra sentado en la mesa junto con todos los del equipo. Ella le mira, esperando a que se de cuenta de su presencia y haga, al menos, el esfuerzo de forzar una sonrisa que tranquilice a Isabelle, una de esas sonrisas que la ponían nerviosa y a la vez la calmaban. Por fin, Scott gira la cabeza para encontrarse con la mirada de la chica, pero él lo único que hace es volver a girarse intentando hacer que no ha visto nada.
Este pequeño pero gran gesto, hace que Isabelle de repente pierda todo el apetito que tenía. Deja la bandeja de nuevo y sale en busca de algo de aire. No entiende lo que pasa en este sitio, ni a la gente de aqui. Cada vez la situación se hace más grande y no puede con ella. No puede con la sensación de estar en un sitio donde no termina de ser aceptada, donde la miran siempre con recelo. No soporta pensar que ha echado su antigua vida por la borda por esto.
Y, sobre todo, no puede creer que después de decidir darle otra oportunidad a las relaciones e intentarlo Scott, él haya decidido que es mejor pasar de ella y hacer como que no se conocen.
  << Aguanta lo que queda de curso, y luego suplica para volver a tu sitio. Aunque tengas que coger 5 autobuses para llegar desde la nueva casa>> se dice ella para si misma, mientras respira para conseguir aguantar lo que queda de día.

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Al tocar la campana que anuncia el final de la última clase del día, Isabelle sale corriendo hacia la puerta de salida para llevar a cabo el plan que se le ha ocurrido a lo largo de la última hora.
Hoy aún no le ha llegado ningún mensaje de Scott diciéndole que no se vayan a ver, pero no debe de tardar en hacerlo. Ella está segura de que en realidad no está tan "ocupado" como le cuenta, y le apetece saber que le ocurre al chico que hasta hace nada se lo pasaba tan bien con ella (o al menos, así lo parecía).
Se apoya a un lado de las barandillas de la escaleras para no entorpecer el paso, y allí observa de reojo la puerta para así, cuando salga Scott, fingir un encuentro casual. Ese tiempo de espera pone a Isabelle verdaderamente nerviosa y en apenas dos minutos se hace miles de preguntas que no sabe ni contestarse; ¿y si Scott cree que es una pesada? ¿ Y si resulta que él solo fue una persona educada con ella y lo está sacando todo de contexto al pensar que eran amigos (y algo más)? ¿Y si, de verdad hoy está tan ocupado como los últimos días y permanece esperando hasta parecer una obsesa?
Entonces, le vibra el móvil y al sacarlo tiene un mensaje del chico, como era de esperar, diciendo que hoy debe tomar otro camino, que otro día se verán. Isabelle se rinde, se dispone a guardar su móvil y continuar su camino cuando ve, con una cara de cansancio similar a la que tenía en el almuerzo, a Scott saliendo del instituto y guardándose el teléfono en el bolsillo, se ve que tras enviarle el mensaje a Isabelle.
La chica decide darle el beneficio de la duda y observa desde su sitio por un momento si de verdad el chico va a tomar otro camino; al darse cuenta de que no es así y que continúa por donde siempre han ido juntos, Isabelle comienza a andar a paso rápido hasta que está lo suficientemente cerca como para que al llamarlo le oiga. Efectivamente, Scott se gira y aminora un poco el paso en espera de la chica (pero en ningún momento se detiene). Ella se pone a su mismo nivel y le saluda junto con una sonrisa, a lo que él solo es capaz de contestar con un movimiento de cabeza.

- ¿Has visto el mensaje?- pregunta Scott algo nervioso. Le han pillado y lo sabe.
- Si, lo he visto antes. Pero como te vi salir y venir por el mismo camino, he supuesto que al final si que vas a tu casa y me he unido. - miente ella quitándole hierro al asunto. Aún no ha llegado el momento de hacer preguntas, y él tampoco las va a contestar luego si se siente acorralado ahora.
- Claro.

Tras esa escueta respuesta, ambos caminan un par de minutos en silencio hasta que Isabelle decide abordar ya el tema antes de que se acabe el camino.

- ¿Qué tal estos días?
- Bien. Ocupados como te he estado diciendo.
- ¿Cosas del equipo?
- Ehh... bueno si, algo así.- contesta Scott con algo de duda- Tu no lo entenderías.
- Am, claro.

Esa última respuesta hace que Isabelle se replantee si ha hecho bien en venir hoy con él; le hace preguntarse si de verdad vale la pena alguien que pasa de ella de un día para otro y no la ve capacitada para entender sus cosas y sus problemas. Una cosa es que él no quiera contárselo porque sean intimidades suyas, pero para eso no es necesario decirle que no es capaz de entenderlo.
Según se acercan a su calle, la chica piensa en algo más que deba decir, pero a la vez reza para llegar pronto a su puerta y que se acabe esa tensión.
Una vez llegan a la esquina que les lleva a la calle de Isabelle y que ambos solían recorrer juntos, Scott se detiene y eso hace que Isabelle se gire para mirarlo extrañada.

- Yo creo que ya me quedo aqui- dice él sin tan siquiera mirarla a los ojos-. Y bueno, yo quería decirte... en fin, no sé si es buena idea que sigamos volviendo juntos, hablando, quedando y eso...
- ¿Me puedes decir al menos el motivo?- pregunta la chica, para la cual la situación ya ha colmado el vaso.
- No creo que sea bueno que sigamos viéndonos. No sé... tampoco creo que lo puedas comprender...
- Venga ya - explota Isabelle. Ya no puede más; todo el mundo oculta cosas porque "no las entendería" y ha llegado el momento en que su paciencia ha terminado. Le ha tocado a Scott aguantar la rabieta, pero es que en el fondo, es de los que más le importa-. De verdad que yo no me veo tan incapaz como me veis todos para soportar lo que tengáis que decir. Todos tenemos dramas, no sois los únicos con problemas, y vale que el vuestro incluye un suicidio y juicios y cintas con mierda de todos circulando por ahí, pero yo no soy tan tonta como para no pillarlo, ni tan inocente como para escandalizarme. Y luego, cuando tengo un amigo que parece que está al margen de todo y con el que estoy cómoda y puedo hablar, entonces me manda a paseo, ¿por qué exactamente? Ni lo sé. Mira, ahora me estás echando de tu vida como si eso fuera a arreglar algo, pero solo te digo que sea lo que sea, estoy segura de que no podrás resolverlo hasta que no seas capaz de soltar todo lo que llevas dentro y dejar que te ayuden. Si no quieres que yo lo haga, adelante, no te molesto más. No te preocupes por mi; pero no digas que es porque no te entiendo, porque yo creo que te he pillado a la perfección- la chica una vez desahogada, gira para entrar en su casa, no sin gritar antes- ¡Y siento mucho que tuvieras que enseñarme el pueblo el otro día! ¡No te volveré a pedir ayuda, tranquilo!

Ella sigue su camino rápido, muy rápido. No quiere darle la oportunidad a Scott de decir algo. Ha soltado mucha mierda, ella lo sabe, pero no podía aguantarla mucho más, y eso que le ha dicho el chico le ha dolido mucho. Al fin y al cabo, era su amigo, el chico que le gusta, y aún no puede evitar preguntarse si sus palabras le habrán herido en algo o le habrán dado exactamente igual, como su amistad.
Y no sabe cual de las dos sería peor.

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