Capítulo 21. Arriesgar.

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  - Tía, te vas a cargar el botón del móvil de tanto darle. Tranquila- le dice Valeria con una risa a Isabelle.

Ambas se encuentran en casa de esta última, mientras Scott está con Alex, Zach, Toni, Justin y Clay en una encerrona que le han preparado a Montgomery. Isabelle le ha pedido a su amiga que viniera para estar con ella y así intentar entretenerse hasta que llega una respuesta de su novio, pero parece misión imposible.
Isabelle se encuentra sentada en la silla del escritorio sin parar de menear una pierna y de mirar el móvil cada dos minutos, mientras que Valeria está tumbada en la cama de esta observándola divertida.

- No me da muy buena espina que tarden tanto- dice Isabelle después de guardar silencio un rato-. Cuando me despedí de él esta mañana estaba muy nervioso.
- En realidad es que es para estarlo, teniendo en cuenta a todo a lo que se enfrenta...
- ¿Algo que contarme?- pregunta de nuevo Isabelle, ahora con el ceño fruncido. Valeria se muerde ligeramente el labio inferior mientras observa a su amiga.
- Creo que ha llegado el momento de contarte todo aquello que te dije que te contaría.
- Soy toda oídos.

La chica coge aire mientras se sienta mirando hacia su amiga, que espera su historia con mucha atención.

- Te dije que en el equipo de baseball pasan cosas muy raras. Y parte de esas cosas raras pasan luego por el equipo de animadoras... y también por algunas chicas que no son animadoras- Isabelle frunce el ceño aún más e invita a su amiga a que continúe-. Como bien sabes, los tíos del equipo se consideran a si mismos dioses o algo así; creen que todas las chicas suspiramos por ellos y que nos hacen un favor cuando muestran interés por nosotras.- Isabelle asiente mientras pone los ojos en blanco al recordar su primer día y como Monty y Bryce se acercaron a ella- Pues digamos que hay un sitio, La casa del club, en el que hacen fiestas y al que llevan a sus conquistas, si se pueden llamar así. A ese sitio solo puedes entrar si alguien del equipo, es decir un chico, te invita. Y no creas que te lleva allí para merendar y pasar el rato charlando inocentemente contigo.

Valeria mira un momento al suelo mientras ordena las ideas en su cabeza. Su amiga la observa con expectación pero a su vez entiende que necesite tiempo para contar todo aquello de lo que una vez formó parte; en cierto modo le pasa como a Scott, solo que ella salió mucho antes de eso.

- A veces puede que te inviten a La casa del club y estés tú sola con el chico, o que vayas y haya una fiesta montada. Por supuesto, hay alcohol y hierba para fumar. Y también... hay una cámara.- vuelve a pararse y ahora mira a Isabelle con una sonrisa que no muestra ninguna felicidad- Si, puede sonar estúpido, pero es una parte importante de la historia. Las chicas llegan allí sintiéndose alguien importante porque un chico del equipo la ha invitado, y todo parece ir genial. Pero de pronto, puede que se te vaya la mano con el alcohol, o fumes de más, o simplemente que el tío se ponga cachondo cuando tu no lo estás aún, y comiencen a pasarse de la raya contigo, quieras o no, sea consciente o inconscientemente.-Isabelle mira a Valeria con los ojos abiertos y prestándole toda su atención; ve venir el final de los acontecimientos y no le va a gustar- Pues eso, entonces te hacen lo que quieren, ya sea meterte mano, follar contigo, o directamente violarte, y echan una foto. Todas esas fotos se guardan en una caja. Esa maldita caja tiene a todas esas pobres chicas registradas desde no se sabe cuanto tiempo; porque todo esto no lo inventó Bryce, esta mierda la han ido enseñando desde hace varias generaciones los deportistas en el Liberty.

Ahora Isabelle se coloca al lado de su amiga para rodear sus hombros con su brazo y sonreírle cálidamente. Valeria le devuelve la sonrisa y continúa su historia.

- Yo vi... bueno, por suerte no vi violaciones ni nada de eso, pero si que fui a alguna fiesta a la que todas mis amigas animadoras iban, así que yo también acababa asistiendo, y no me gustaba ver como las toqueteaban y luego les echaban fotos. Yo no bebía ni fumaba en esas fiestas porque no me fiaba de ellos, y aunque solo fui dos veces contadas, no solía quedarme mucho tiempo porque no quería que nadie intentara siquiera tocarme. Entonces fue cuando mis amigas me dijeron que ese plan no les gustaba, que no entendía la suerte que tenía de entrar en La casa del club, y que si no iba a estar a la altura que mejor que me fuera. Así, sin más, mis amigas me dijeron que dejara de ser su amiga. Así que básicamente elegí lo mejor para mí, y dejé el equipo de animadoras, quedándome sin amigas lo que quedaba de curso. Claro está que luego mejoró muchísimo la cosa, elegí la mejor opción y ahora tengo un grupo de amigos mucho mejor, pero eso no quita que en su momento yo me sintiera como si mi mundo se fuera a pique.- ahora dirige la mirada hacia Isabelle y esboza una pequeña sonrisa amarga- Por eso sé muy bien a lo que se enfrenta Scott, porque yo lo viví. Él ahora mismo no solo está ayudando a Alex, Clay y los demás; está rompiendo por completo su amistad con todos los del equipo, los que hasta hace nada llamaba "hermanos". Es normal que estuviera nervioso, porque sabía perfectamente a lo que se iba a enfrentar.
- Si, claro que lo sabía- murmura Isabelle tras varios segundos en silencio.
- Y en realidad lo ha hecho gracias a que tú le has ayudado a terminar de abrir los ojos. Él en el fondo ya sabía que Bryce era un cabrón, pero era su amigo y una parte de él no quería terminar de admitir lo que ya sabía. Si no llega a ser por tu aparición en su vida, yo creo que aún seguiría ahí metido.- Valeria sonríe ( ahora si, ampliamente) a su amiga y coloca una mano en su pierna- Así que cuando le veas, abrázale y está con él, porque va a necesitar que alguien le consuele y le diga que todo va a ir bien.

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Valeria siguió en casa de Isabelle el resto de la tarde y cuando ella se fue, la chica cenó algo con sus padres antes de volver a encerrarse en su habitación. Aún sin cambiarse por si tiene que salir, espera algún mensaje de Scott o algo que le indique que se encuentra bien. Los cinco minutos que pasan desde que Isabelle ha vuelto a su cuarto hasta que recibe un mensaje se hacen eternos para la chica. Se lanza sobre su móvil para ver de quien se trata; es un breve mensaje de Scott que le pide que vaya a su casa, y adjunta una dirección. Ella contesta que se dirige para allá y, sin pensarlo dos veces, se despide de sus padres para salir hacia la casa de Scott.
Durante todo el trayecto la chica no para de imaginar todo lo que ha podido pasar, desde que todo el plan haya sido un desastre porque Montgomery no haya aparecido, hasta que se haya montado una pelea entre todos los que habían allí y ahora tenga que volver a curarle heridas a Scott. Antes de poder imaginar más cosas, Isabelle ya se encuentra enfrente de la casa de su novio. Se acerca y, con precaución, llama a la puerta. Apenas tres segundos después aparece tras ella la fuerte figura de Scott, que intenta esbozar una pequeña sonrisa cuando la ve.

  - Hola- saluda Isabelle con calidez, intentando reconfortar en algo al chico.
  - Hola- murmura él mientras la invita a pasar-. Vamos al sofá. Estamos solos.

Ambos se dirigen hacia el salón en completo silencio. Cuando ya se sientan uno pegado al otro, la chica observa a su alrededor antes de dirigir la mirada a su anfitrión; tiene tentaciones de hacer algún comentario al estilo "bonita casa", pero por su postura de hombros hundidos y su mandíbula en permanente tensión, Isabelle cree que no es momento de comentar nada de eso. En lugar de decir nada, pasa un brazo por la espalda del chico dándole un apretón cariñoso, y es entonces cuando Scott se derrumba; en ese instante sus hombros comienzan a temblar y sus ojos se humedecen rápidamente mientras se gira en dirección a Isabelle. Esta no lo duda un segundo y abre los brazos para recibir al chico y estrecharlo entre ellos suave pero firmemente; el chico entierra su cabeza en su cuello y se desahoga, mientras que ella frota la espalda de su novio con sus brazos sin hacerle ningún tipo de pregunta y dejándole echar todo lo que lleva dentro.
Entiende perfectamente que, ahora mismo, Scott acaba de enfrentarse a todos sus amigos, y para él todo lo que conocía ya no existe como tal. Ha tenido el valor de desenmascarar a todos los idiotas con los que se juntaba y además, a ayudado con ellos a los amigos de la chica. Sin duda, ahora ese chico se merece de ella todo el tiempo del mundo.

  - Tranquilo- susurra ella suavemente mientras aún le tiene entre sus brazos-. Todo va a ir bien. Yo estaré contigo. Para lo que necesites.

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