Cuando Leslie despertó la mañana siguiente descubrió que estaba sola. Un tanto confundida observó su habitación buscando alguna señal de Yerie, solo el hecho de ver la manta cubriéndola le dijo que él lo había hecho posiblemente antes de irse.
Sonriendo un poco se sentó en la cama, luego tomó aire y decidió que era hora de desayunar.
Al llegar a la cocina se congeló enseguida. Allí estaba Yerie y Alex, muy cerca y al parecer discutiendo en voz baja. El primero la miró y sonrió, aunque levemente forzado, el segundo ni siquiera la miró. Alex solo se movió por el lugar, arrojó un paño sobre la encimera y luego dejó la habitación.
Alex pasó a su lado como si ella fuera invisible. Sorprendida observó a Yerie enseguida. Él había hecho una mueca ante el gesto de su amigo.
—Lo siento, hermosa —él suspiró —no le hagas caso.
—No —susurró ella, ya no confundida, sino molesta —qué le he hecho para que me trate así.
—Hermosa… —comenzó Yerie, ella negó con su cabeza enseguida.
—No, no tengo porque aguantar esto.
Con eso se giró y salió al pasillo, vio justo a tiempo a Alex tomar su chaqueta y dirigirse a la puerta.
—Alex —lo llamó, se movió rápidamente hacia él, pero él la ignoro, abrió y salió de la casa. Ni siquiera miró hacia atrás cuando volvió a llamar. Solo cerró la puerta, dejándola allí sola, con la palabra en la boca.
Leslie apretó la mandíbula, sentí que su temperamento iba a salir pronto a flote con ese hombre, y lo quería, quería estar molesta con él, no herida, no triste.
—Leslie —murmuro Yerie, se giró para verlo.
Él se veía cansado.
—No entiendo —confeso.
Él negó con su cabeza.
—Yo tampoco, si viene al caso.
Ella observó la puerta.
—Lo peor es que fue él quien decidió estar aquí—ella suspiro.
Yerie llego tras ella y la atrajo a su pecho, Leslie se giró y lo abrazó. Cerró los ojos y suspiró contra su pecho.
—Él no ha cambiado de opinión en eso, eso lo sé.
—Entonces…
Yerie la apretó un segundo suavemente y luego suspiró.
—Es esta…
Justo antes de que él pudiera terminar la oración, se tensó. Leslie levantó su rostro confundida, y al verlo observar algo sobre su cabeza se giró.
Una pequeña luz roja parpadeaba sobre la puerta. No hacia ningún sonido, solo parpadeaba.
—¿Qué es… —no puedo terminar de preguntar, unos segundos después se escuchó una sirena.
Yerie tomó su mano y la alejó de la puerta enseguida, él llegó a la sala y encendió la televisión. Leslie se movió un poco y llegó a una de las ventanas que daba a la calle. La gente se movía rápidamente alrededor. Hombre rodeaban a las mujeres y las guiaban dentro de sus casas. Ella observó la casa justo enfrente de ella, donde vio ingresar a dos hombres y una mujer y un segundo después, como uno de ellos salía e ingresaba rápidamente a un vehículo antes de partir. Minutos después ya no había nadie en las calles.
Con la boca levemente abierta por la sorpresa se giró, Yerie estaba sentado en el borde del sillón, observando las noticias. Ella prestó atención. Un reportero se movía rápidamente por una calle.
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La fantasía de Leslie
RomanceNovela Romántica y Erótica Serie Nuevo Edén Libro Cuatro Leslie amaba su vida, amaba ser el centro de atención de cualquier lugar, prácticamente ese era el objetivo de su existencia. Lo que no amaba era sentirse fuera de lugar, inútil y pérdida, y d...