Leslie despertó cuando alguien golpeo a su puerta. Levantó la cabeza y miró alrededor confundida, ya era de noche y una muy fría.
—Leslie —la llamó Yerie. Parpadeo un poco y se levantó.
Lentamente caminó hacia la puerta y la abrió.
Yerie estaba allí, tenso y con ojeras bajo sus ojos, al parecer no fue la única que no logró dormir.
Él la observó fijamente largos segundos, hasta que abrió y cerró la boca dos veces, sin saber que decir.
—¿Quieres comer algo?, es tarde ya y no has salido desde hace horas de aquí.
Él la observó unos segundos hasta que miró alrededor. Ella notó que él debía sentirse avergonzado, y no supo si sentirse bien o mal por eso. Sí, la habían engañado, pero ¿él se avergonzaba de lo que sentía?
—Sí, de todas maneras debemos hablar.
Él suspiró y asintió enseguida.
Luego de sentarse a comer en la cocina ella decidió hablar.
—¿Y Alex?
—Salió de compras, no podía estar aquí sin hacer nada —la miró a los ojos —está preocupado como yo.
—¿Por qué lo está?
Él cerró los ojos y alejó el plato. Luego la miró con intensidad y preocupación.
—Por lo que puedas decir y hacer, por la decisión que tomes por… nosotros.
Ella siguió comiendo unos segundos.
—Háblame de cuando empezó esto.
Yerie dudo un segundo, puedo verlo, pero luego tomó aire y asintió.
—Es comprensible que desees saberlo —él movió su mano hacia ella pero se detuvo antes de tocarla, Leslie solo lo observó hasta que él alejó su mano—. Debes creerme cuando te digo que nunca ha sido nuestra intención hacerte daño.
Ella se tragó su mueca.
—Pero lo hicieron —murmuró.
Él se vio muy triste.
—Conocí a Alex en la escuela —comenzó él, asintió —nos hicimos amigos enseguida. Fue en la adolescencia que me sentí… atraído hacia él —lo último lo murmuró, ella solo siguió observándolo —pero debes entender que no se trata de que me gusten los hombres —él se sonrojó un poco —es él quien me… atrae.
Leslie observó su plato y al ver que había acabado lo alejó, luego miró a Yerie y le pidió que continuara.
—Muchos años después de eso, un día mientras ambos estudiábamos en su casa describí que él se sentía de la misma forma conmigo. Lo cual fue algo que me sorprendió mucho, yo jamás creí que pudiera llegar siquiera a suceder.
—¿Cómo se toman aquí ese tipo de relaciones?, ¿es raro que suceda?
Él negó con la cabeza.
—Considerando que somos muchos hombres no es raro, pero tampoco común.
—¿Por qué?
—Por las asignaciones, de qué te sirve tener sentimientos hacia alguien que sabes jamás podrá estar en tu futuro.
—Pero eso no se puede controlar —ella arrugó su frente al decirlo. Claro que no se podían controlar eso sentimientos. Nadie podía hacer algo así.
—Cierto, por eso se evitan, y también por eso se viaja a la tierra.
—Y que sucede cuando algo así pasa, o por qué ustedes no se quedan en la tierra si pueden ir.
Él negó con la cabeza.
—Podemos estar en la tierra un tiempo pero la necesidad de volver es más fuerte, por mucho que nuestra sociedad se parezca al final es diferente en varias cosas que terminas por extrañar. Además aquí esta nuestra familia, nuestros amigos. Y desde niños se nos inculca e informa que seremos asignados a una mujer cuando seamos adultos, es parte de nuestro… ADN, velo de esa forma, el querer formar una familia está muy arraigado dentro de nosotros.
Ella casi se estremeció al oírle decir eso, familia, porque sabía a lo que se refería con eso. Él suspiró.
—Lo que sucede entre dos hombre aquí solo es asunto de ellos pero el consejo no permite que esas relaciones continúen si uno de ellos es asignado y el otro no. Esos hombres jamás volverían a estar juntos. Tenemos reglas estrictas con respecto a las asignaciones.
Ella pensó en sus palabras varios segundos.
—Pero ustedes, aun así… —él asintió.
—Solo surgió, no sé cómo ni cuándo, solo un día desperté y me di cuenta de que Alex es muy importante en mi vida.
—De que lo amas —dijo ella enseguida.
Él asintió luego de unos segundos.
—Sí, lo hago.
—Pero, no entiendo… cómo siguieron con esa relación si uno de los dos podía…
—Decidimos que tendríamos esta relación hasta que uno de los dos fuera asignado, el día que eso sucediera, la relación terminaría.
Leslie arrugó su frente y lo miró largo rato. Él hablaba en serio, notó, en verdad si hubiera sido así ellos hubieran acabado con su relación.
—Pero entonces…
—Pero entonces tu apareciste —continuó Alex desde la puerta, ambos lo miraron —y nos dimos cuenta de que delante de nosotros teníamos la única y gran oportunidad, una que jamás se volvería a repetir.
Leslie tragó al verlo. Ahora ya todo sería dicho, podía sentir que por fin comprendería que pasaba entre ellos dos.
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Buenos dias, espero les haya gustado este capítulo. Por lo menos ya averiguaron que lo que ellos sienten no es solo pasión.
Como siempre gracias por sus comentarios y nos vemos mañana. Mmmm y sí, habra otra maraton esta semana... pero no se que día :D
Saludos.
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La fantasía de Leslie
RomanceNovela Romántica y Erótica Serie Nuevo Edén Libro Cuatro Leslie amaba su vida, amaba ser el centro de atención de cualquier lugar, prácticamente ese era el objetivo de su existencia. Lo que no amaba era sentirse fuera de lugar, inútil y pérdida, y d...