Un felino extraño se prepara para acechar a los clanes, buscando aliados para destruirlos, y las profecías extrañas salen a la luz. ¿podrán los Clanes aguantar ante la deslealtad y la confusión? ¿Serán capaces los gatos de aceptar las mentiras que s...
Estrella Escarchada vio a Zarpa de nube, que jadeaba asombrado por la repentina retirada de Plomicino.
-Te dije que cambiarías de bando...- susurró Acebina en su oído mientras atacaba a un solitario del tamaño de un aprendiz.
Zarpa de nube iba a atacar a otro cuando unas uñas se clavaron en su cola.
-Tu no salvarás a los clanes.- bufó.
Estrella Escarchada se erizó.
-¡¡Torrente!!- aulló saltando sobre la espalda de aquel gato, con el que había compartido nido siendo cachorra.
El gato rasgó el cuello de zarpa de Nube, que se alejó de allí escupiendo sangre.
<<Oh no... ¿quién salvará a los Clanes ahora?>> El gran gato gris se giró hacia ella.
-Acabaré contigo la última- siseó mientras desaparecía entre la maraña de uñas y colmillos.
Estrella Escarchada peleaba sin resuello. Sus uñas ya había cortado orejas y marcado pelajes, sus colmillos se había hundido en diversos pellejos.
-¡Pétalo helado!- exclamó consternada al ver a su amiga tumbada en el suelo. Buscó a manto Rojizo, pero el gato defendía la maternidad con uñas y dientes.
-Asegúrate de que sean...- tosió sangre- De que sean excelentes y leales guerreros...
-No...No...¿De qué hablas? Tu debes...Tu vas a ser una gran líder...
-Ambas sabemos muy bien que no...- resolló ella, sus ojos estaban entreabiertos, sus flancos subían y bajaban con dificultad.
-Pétalo Helado...No puedes abandonarme...- agachó la cabeza para hundir el hocico en su costado- Por favor...
-Ojalá tuviera elección... Dile a Manto Rojizo que yo elegí morir... que yo fui quien saltó... Que nada es culpa suya...Y que cuide bien de nuestro pequeños...
-Se lo dirás tú... Pétalo helado, se lo dirás tu...- las lágrimas caían por su cara.
-Adiós, mi querida amiga... Se la gran líder que has sido hasta ahora... ¡Salva al clan!- sus flancos subieron una última vez, par no hacerlo más.
-¡¡¡NO!!!
La líder se dejó caer sobre su costado llorando. Tras ella los aullidos de la batalla ya no eran nada, leves y lejanos murmullos, cerró los ojos abrazada al cadáver de su mejor amiga. Entonces abrió los ojos.
-¡¡Por el Clan de la Hoja!! ¡¡Por Péalo helado!!- aulló con furia, mientras saltaba contra un atigrado claro y mordía su nuca hasta oir sus aullidos de dolor cesar. Lo soltó, la sangre goteaba de sus fauces, y a sus pies estaba el gato muerto.
-¡Nos dijiste que los nobles gatos de Clan no necesitaban matar para ganar!- aulló un solitario mientras se agazapaba.
Estrella Escarchada saltó sobre otro y desgarró su tripa, dejándolo allí tirado mientras la vida se escapaba de él junto con la sangre.
-¡Mis hijos! ¡mis hijos!- gimió una gata- ¡¡Vamonos!!
Estrella Escarchada mostró los dientes mirando en todas direcciones. Se abalanzó contra un atigrado marrón oscuro, que estaba inmovilizando a Palmera. Aullando y bufando se enzarzaron en una letal pelea, hasta que los colmillos de la gata se aferraron a su garganta para no soltarla. Durante un segundo el felino gimió aterrorizado, después la líder lo soltó dejándolo caer al suelo en un charco escarlata. Un relámpago brilló y la lluvia comenzó a caer.
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-¡¡Hermano!!- otro desgarrador gemido cruzó el claro, cada vez huían más invasores.
Torrente, que estaba sobre Plomicino gruñéndole a Zarpa de Mirlo, subió la mirada y la fijó en ella.
-¡Cobardes! Yo mismo acabaré con ella para que veáis.- bufó agitando la cola con frustración, pero prácticamente todos los gatos habían huido.
Con un gruñido se lanzó sobre ella. La gata lo recibió con las uñas desenvainadas, dejando dos largos cortes en sus costados. Torrente aulló furioso mientras sus uñas desgarraban la piel de la líder, y sus colmillos habrían letales heridas. La gata lo miró a los ojos antes de caer de costado, la sangre manando de diversas heridas.
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