Ser hijo único era aburrido, tener unos padres ocupados no ayudaba, ni tampoco no tener familiares cercanos ni amigos.
Con ese pensamiento salió del complejo de departamentos donde llevaba dos semanas viviendo e hizo su carrera diaria al parque cercano, eran las seis y media de la mañana, el cielo estaba oscuro pero la tranquilidad le ayudaba a relajarse.
Mientras corría podía olvidarse de lo que pasaba en su cabeza y solo concentrarse en rendir más.
Pasaba demasiado tiempo solo con sus pensamientos.
Un bulto encogido en la acera le llamó la atención, trotó hacia la figura y sus ojos se abrieron al ver al perro malherido y gimiente.
Tenía el pelaje sucio y sangraba
-shh... shh... calma amigo-le dijo y notó que temblaba, el perro le lamió sus manos frías, agitó un poco la cola y se echó lastimeramente en la acera.
Le acarició la cabeza preguntándose si al cargarlo lo mordería, con cuidado se sacó la chamarra y el sudor que le empapaba la espalda se enfrió haciéndolo tiritar.
Con cuidado envolvió al animal y pese a su aullido adolorido lo cargó con el mientras pensaba a dónde ir.
¿Dónde había una veterinaria en aquella ciudad?
El olor a sangre y mugre del animal le llenaba las fosas nasales, se paró en seco sintiéndose perdido y se sentó en una banca del parque mirando que el sol empezaba a clarear las nubes.
Sacó su celular y una voz masculina respondió del otro lado.
-Papá, encontré un perro malherido en el parque, no sé qué hacer –
Quizás fuera la desesperación en su voz con la última nota rompiéndose como si quisiera llorar o porque era el llamado de un hijo a la figura paterna en busca de auxilio.
Pero su padre le preguntó dónde estaba y diez minutos después llegó corriendo hacia él vestido de traje, no le importo ensuciarse al tomar al animal de brazos, llevando a ambos al carro para dirigirse a la veterinaria.
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Mi primer amigo
FanfictionDamián Wayne es el único hijo de dos padres ausentes y un matrimonio fracturado. Tras su escape a Nueva York para vivir con su padre Bruce Wayne, deberá aprender sobre amistad y amor a sus jóvenes quince años, la edad ideal para dejar de ser niño y...