Damián Wayne es el único hijo de dos padres ausentes y un matrimonio fracturado. Tras su escape a Nueva York para vivir con su padre Bruce Wayne, deberá aprender sobre amistad y amor a sus jóvenes quince años, la edad ideal para dejar de ser niño y...
-Va a estar internado, se encuentra muy mal-le dijo la mujer, fuera de la veterinaria su padre hablaba por teléfono, se había retrasado en una junta.
-¿Pero puede ayudarlo?- le preguntó Damián a la veterinaria
-Un auto lo arrolló y tuvo una hemorragia interna, después de la operación solo queda ver la resistencia del perro- le explicó con ojos tristes llenos de compasión.
Damián quiso decirle que no tenía que compadecerlo, no era su perro, lo había encontrado tirado, solo estaba ayudándolo, lo que cualquier otro haría.
-¿Quieres pasar a ver a tu perrito?- le preguntó ella hablándole como si fuera un niño, tuvo ganas de decirle que tenía quince años recién cumplidos, pero al final solo asintió
El animal estaba canalizado, sedado en una mesa metálica que lo monitoreaba.
Damián pensó que parecía muerto, pasó la mano por el suave pelaje y se alivió al sentirlo respirar.
-Aquí lo vamos a cuidar muy bien, estaremos en contacto contigo, puedes venir a verlo mañana cuando este despierto y un poco mejor- le dijo ella
Él asintió y salió para reunirse con su padre, que le miró en busca de explicaciones.
-Va a estar en observaciones, todo depende de él-
Su padre asintió
-¿Quieres que te lleve de regreso a la casa?- le preguntó pero Damián negó
-iré caminando, tú debes volver al trabajo, gracias por todo- le dijo avergonzado y Bruce pasó su mano por su cabello negro alborotado en el primer contacto real desde su llegada, su toque le calentó por dentro olvidando el frio al haber arruinado su chamarra.
-Ten cuidado- le dijo a modo de despedida antes de irse en su carro.
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