Con sabor a beso

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Me quedé quieto al sentir sus labios chocar contra los míos. Estaba helado, no podía moverme. Me sostuvo de los brazos con fuerza mientras me pegaba mas a el. Fue un beso largo pero tranquilo.
Se separó shockeado, mirándome a los ojos. Estaba mas atónito que yo. Me miró un par de segundos intentando caer en lo que había hecho. Le seguí la mirada y lo agarre de la cara, uniendo nuestros labios de nuevo. No sabía porque lo había hecho, pero me moría de ganas por volver a besarlo.
Solo se escuchaban nuestros labios en movimientos y nuestros corazones latiendo con fuerza. Lo demás era silencio. No había nadie cerca.
Repetí su acción anterior bajando mis manos hasta su cintura y lo pegue mas a mi, sintiendo su cuerpo contra el mío. Con su lengua me pedía permiso para entrar, así que lo deje. Abrí mi boca para darle paso a esos besos húmedos que me enloquecían. Me estaba volviendo loco.
Me acaricio la cara y fue bajando sus manos por mi pecho hasta meter su mano por dentro de la chomba de mi uniforme. Un escalofríos recorrió mi cuerpo. Arañe su cuello cuando sentí la palma de su mano fría cerca del borde de mi pantalón.

Abrí mis ojos rápidamente cuando escuche el sonido de la manija de la puerta. Lo separe bruscamente de mi, dejándonos sin aire.
- Guerrico que hace ahí?- escuche decir al profesor.-entre ahora.- agregó.
Mire a Blas que me miraba fijó y volví a mirar hacia la puerta.
- Voy.- respondí.
Acelere mis pasos nerviosos hasta entrar al aula. El profesor cerró la puerta detrás de mi. No tuve el valor de mirar hacía atrás para ver la cara de Blas antes de entrar.
Me senté en mi banco de nuevo, mirando fijo a un punto de la pared.
- Donde fuiste amigo?- dijo Facu cuando noto que había tardado de más.
- A..al baño.- dije tosiendo nervioso.
- y esa boca tan hinchada? Fuiste al baño o te fuiste con una minita?- rió golpeándome el hombro mientras Leo reía a la par de el.
Lo mire confundido para después volver a mirar a la pared.
No sabía que había pasado, solo sabía que me había gustado, y mucho.

Por fin se había hecho la hora de volver. Llegue a casa para cruzarme con Javiera que me pregunto si tenía hambre. Para su rareza le dije que no. Me miró rara y volvió a entrar a la cocina.
Subí las escaleras rápido, tirando mi mochila a un costado de la cama. Agus y Ailin habían dicho de ir a almorzar después de clases así que  me saque el uniforme y agarre ropa nueva para entrar a bañarme. No tenía mucho hambre pero no quería quedarme solo en casa.

Me estaba secando el pelo cuando sentí la puerta de la habitación abrirse.
- Si dale amigo, mañana temprano.- escuche hablar a Dante por teléfono. - Te llevó el uniforme...si, dale... nos vemos chau chau.-
Salí del baño cuando cortó la llamada.
- Quien era bro?- pregunté poniéndome las zapatillas
- Blas que mañana empieza a trabajar en el bar.- me respondía mientras agarraba unos papeles para luego irse.
Me quede mirando la puerta unos segundos hasta que me senté en la cama, pensando.
Giré mi cabeza hacia los rayos del sol que entraban en la habitación. Me paré cuando vi una sombra pasar por la ventana de la casa de al lado.

"Provocando al enemigo"-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora