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—Travis, por favor, entra a casa —digo mientras estoy parada en medio de los escalones que conducía a la puerta de entrada.

—Bueno, pero por lo menos dime que lo pensaras, así me voy tranquilo —lo veo rogar.

—Le doy vuelta a los ojos mirando a mi lado derecho—. Está bien, eso haré —respondo cruzándome de brazos.

—Perfecto —dice emocionado.

Su reacción al igual que su idea no me agradaba del todo, no tenía ni idea de lo que se ¨suponía¨ que tenía que hacer. Lo veo entrar a su casa con una sonrisa en sus labios. Yo entro a mi casa de igual forma. Me quité mi mochila y la coloqué sobre el sillón de la sala. Entré a la cocina: tenía hambre, Tamara no acababa de llegar, me imagino que aun estaría con Alejandro — ¡Ahg!—. Cierro el refrigerador. Echo un poco de jugo de uva en un vaso, sin pensarlo dos veces lo lleve hasta mi boca.

Estaba viendo televisión con mi pijama puesta cuando Tamara llega y no estaba sola, está vez estaba siendo acompañada por su galán.

—Hola, Stheisy —pone sus cosas sobre el sofá.

—Hola, hola Alejandro —digo sin siquiera mirlos.

Mis ojos estaban clavados en la pantalla de la televisión, estaba muy concentrada en lo que estaba ocurriendo.

—Stheisy, si me necesitas estaré arriba con él —dice ella tomándolo de la mano.

— ¿Qué? ¿Qué estás diciendo? Sabes que no lo tenemos permitido —la miro.

— ¿Estás viendo a mamá aquí? Además, no cerraremos la puerta ni haremos nada malo, solo veremos unos videos y como la computadora está allí arriba —asegura ella.

—Ok, estaré pasillando, así que espero que sea así —anuncio en tono serio.

Esto me parecía un poco pasado de límites, ella sabía que a mamá no le gustaban ese tipo de cosas, no eran su tipo. Realmente me molestaba aquella actitud de parte de ella porque conocía las reglas. Esto me estaba enojando.

Continúo viendo mi programa, pero me costaba alcanzar el nivel de concentración que tenía antes de que ella llegara.

No puedo contener mi ansiedad, necesito saber qué estaba ocurriendo allá arriba, me inquietaba la idea de que estuvieran tan callados. Me pongo de pie y me dirijo hacia las escaleras. Al subirla y llegar al pasillo disimulo yendo al baño que estaba después de la habitación de ella y sí efectivamente, Alejandro estaba sobre la cama, mientras que Tamara estaba sentada en el suelo mientras veían una película. Me tranquilicé al verlos allí tranquilos, fui al baño, me eché agua en la cara. Salí del baño y cuando pasé por la habitación pude notar que ellos habían sentido mi presencia cuando pasé en ese momento.

Volví, hasta mi asiento en la sala, pero ya mi programa había culminado. Me pasé minutos y más minutos cambiando de canales, pero no encontré nada interesante que ver así que mejor apagué el televisor y me dirigí hasta la cocina a prepararme un sándwich.

Después de eso él se marchó de la casa, Tamara lo acompañó hasta la puerta y lo despidió con un largo y apasionado besos. Yo no pude evitar pensar en la propuesta de Travis en ese momento. Lentamente me fui creando la idea de que ella saldría lastimada y ese chico sería la causa de ese dolor. Hasta yo misma estaba sufriendo y aún no había pasado nada lo suficientemente grave, pero ya estaba empezando a doler.

Al día siguiente espero a Travis frente a su casa: él salió.

—Hola cariño, ¿Cómo estás? —Pregunta besándome la mejilla.

—Hola, estoy bien —contesté apartándome.

Empezamos a caminar y cuando ya estábamos retirados de casa le comenté lo que había pensado.

—Oye, estuve pensando en lo que me dijiste, no paré de pensar en eso y creo, creo que sí, lo haré —lo miro fijamente a los ojos.

Algo dentro de mí se revolvió en ese momento, sentí una punzada en el estómago. Él me miró fijamente y una sonrisa diabólica se adueñó de su rostro. Se me erizó la piel en ese momento, él me dio un abrazo y pude sentir su helado esqueleto contra mi cuerpo.

—Así se habla, así era como tenían que ser las cosas, ya es momento de que ese chico que le causará tanto daño a tu hermana como a tu familia desaparezca de una buena vez Stheisy.

Yo me aparté de él, mi respiración era forzada, podía sentir como me costaba respirar.

—Tenemos que ir a la escuela —digo.

Sabía que esto me metería en graves problemas, pero si podía evitar el sufrimiento de mi familia lo haría, lo haría todas las veces que se me fueran posibles y no dudaría en hacerlo ni por una vez. Sabía que existían cosas que no tenían explicación, pero teníamos que entender que así serían porque de esta manera tendrían que ser. Si era yo la que tenía que salvar a mi familia lo aceptaría sin temor. Sé que no es lo más apropiado, pero haré lo que tenga que hacer, no importa a qué precio. Espero ser consciente de en lo que me estoy metiendo, porque no me gustaría que las cosas fueran más allá hasta el punto en que me arrepiente, aunque eso difícilmente pasará.

Travis y yo llegamos a la escuela, nos sentamos en aquella aburrida banca junto a un viejo árbol de roble. Los dos nos quedamos observando a Tamara y Alejandro quienes estaban llegando en ese momento, yo miré a Travis y me di cuenta de que este estaba muy concentrado en ellos, apenas sí me miraba por estar contemplando cada uno de sus movimientos.

—Stheisy, no sé tú, pero es hora de que planeemos el ataque, ¿No crees?

Yo me giré hacia a él y con un pequeño sentimiento de duda le aseguro de que estoy de acuerdo con él.

—Tiene que ser aquí en la escuela, no queremos involucrar a tu familia en todo esto y es mejor hacerlo lejos de tu casa y más si es donde hay tantas personas como es el caso de aquí.


Yo lo miro y me parece la idea más descabellada que he escuchado hasta ahora.

¿Cuál es la realidad? (Nueva versión de Mil voces que me atormentan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora