27

4 0 0
                                    


Estábamos allí paradas, solo éramos ella y yo, no sé a dónde se habían ido Darling y Matt, en realidad ellos no me preocupaban, tenían ese aire malvado que los hacían ser temidos, así que los demás locos... a no, esperen, no les gusta que los llamen así. Enfermos mentales, tenían que cuidarse de ellos dos, pero en cambio, ellos tenían que cuidarse de las inyecciones y las pastillas. Ellos no son mi principal preocupación, a mí realmente quien me preocupa ahora es ella, ella que ni siquiera me sé su nombre, pero no importa. Esa chica y yo estamos juntas ahora. Vaya creo que no se me da tan complicado hacer amigos, creí que era pésima para ello, pero no, en realidad soy fantástica, hice a una muda hablar y me llenó de orgullo por eso.

Caminamos hasta el jardín, fuimos llevadas por una enfermera, «Ahh...por fin aire fresco» no paro de pensar en lo bien que se siente que el sol bese tu mejilla. Es una sensación fantástica.

Yo me senté en un banco que tenía adherido a él una mesa, ella (como yo la llamo en mis pensamientos) se sentó junto a mí.

— ¿Cuándo me dirás cómo te llamas? —Le pregunté ya indiscreta.

—Te lo diré cuando los cerdos vuelen —suelta una carcajada—. Es broma, solo es una broma ¿mi nombre? mi nombre es Leah.

«No puede ser, mi nombre favorito, quedé atónita cuando lo dijo».

— ¡Oh, vaya! Eso no me lo esperaba.

—Pues sí, ese es mi nombre, ¿Te gusta? —Pregunta curiosa.

— ¿Qué si qué? Ese es mi nombre favorito, claro que me gusta —contesté anonadada.

—Qué bueno, me alegra que así sea.

— ¿Supiste? —me mira.

— ¿Qué? —pregunté mirándola.

—Es posible que hoy llegue una nueva a nuestro grupo, creo que si no mal recuerda a la enfermera su nombre era Franchy.

— ¿Franchy? —Quedé loca cuando dijo eso.

— ¿Quién te lo dijo?, ¿Cómo lo sabes? —Pregunté mientras veía a Matt y Darling sentarse cerca de nosotras.

— ¡Chicos! —gritó Leah.

Ellos se sientan en la mesa que estábamos, justo en frente de nosotras.

— ¿Escucharon lo que dicen las enfermeras? —susurra.

—No, ¿Qué dicen? —Pregunta Darling impaciente.

—Al parecer llegará una nueva, su nombre es Franchy. Realmente solo escuché de eso, no alcancé a escuchar más nada.

Matt y Darling se miran y se regalan una sonrisa mutuamente.

—Bien hecho —dice ella sonriendo terroríficamente.

Estábamos todos conversando cuando una enfermera se me acerca y me indica que la acompañe, yo la miro extrañada.

—Es de seguro para la consulta con Igor —contesta Leah.

Acompañé a la enfermera sin rezongar y sin problemas, caminamos por el pasillo donde estaban las habitaciones y a un pasillo más estaba la pequeña oficina del doctor. La enfermera tocó la puerta y desde adentro escuchamos una voz que nos daba el permiso de pasar.

—Ella es la nueva interna, su nombre es Stheisy Coleman.

—Muchas gracias por traerla, por favor, puede retirarse ya —indica él cortésmente.

Esperamos hasta que ella se marchara.

—Hola doctor —dije.

—Hola, señorita Coleman —me contestó él a mi saludo mientras miraba unos papeles—. Entonces usted incendió una escuela y aquí dice que tiene esquizofrenia, al parecer paranoide.

— ¿Estoy en lo correcto? —Me mira para consultar.

—No sé, no sé qué es lo que tengo, no sé qué me pasa, nunca lo supe, nunca pude hablar de ese tema...

— ¿Por qué? —Interrumpe.

—Mi madre nunca me lo permitió, ella no quería que yo supiera qué era lo que me ocurría, al principio me mentía diciendo que eso era normal que todos los jóvenes lo experimentábamos, pero nunca escuché a mis compañeras o compañeros hablar de ello. Asumí de que no era tan común como mi madre creía.

— ¿Por qué crees tú que ella te lo ocultó? —Me mira intrigado.

—No sé, a decir verdad, no sé con qué fin o propósito ella hizo esto. Cuando lo descubrí me sentí defraudada, sentí que me había mantenido en una bola de mentiras. Ella no me permitía buscarlo en internet, si me encontraba o descubría que estaba investigando sobre ello era capaz de matarme a golpes. Horrible, ¿Verdad? Pero sabía que tenía esquizofrenia, lo que no sabía cuál era. Un día me puse a investigar, me costó caro mi curiosidad, pero por lo menos supe que lo que me pasaba tenía un nombre.

— ¿Crees que tu madre fue cruel al ocultarte todo esto? —Pregunta interesado.

—No, no creo eso, simplemente siento que ella tenía su motivo, aunque no lo comprendiéramos. No quiero pensar que lo hizo con malicia, no quiero creer eso. Siento que ella no lo haría, es mi madre, ¿Cómo sería posible?

—No, solo preguntaba porque sentí curiosidad de saber, pero si no es así está bien. Es lindo que lo pienses así —él me sonríe.

—Stheisy, ¿Cómo es tu vida con esta enfermedad? Digo ¿Cómo son las alucinaciones? Si es que las tienes.

—No sé, Creo que nunca he experimentado una de ellas —conteste al momento de preguntarme.

— Pero... ¿No sabes nada de tu enfermedad? ¿Nunca te vio alguien?

—No tengo idea, mi madre me llevó donde una psicóloga y ella determinó mi enfermedad, en tanto mi madre supo qué me ocurría dejó de llevarme.

—Bien, tu tipo de esquizofrenia es paranoide, existen más tipos, pero esta es la que más compleja. Se presentan los que son cuadros psicóticos, donde puedes experimentar alucinaciones, tanto visuales como auditivas. Lo malo de tu enfermedad y esto es lo que veo en ti es que esta está tan involucrada en tu vida, en tu entorno que ya no eres capaz de diferenciar lo real de lo imaginario. Estas envuelta en esta bola que da vueltas y vueltas y tu estas dentro de ella porque estás metida en tu propio mundo. Esto es un problema porque te acostumbras a cosas irreales cosas inventadas por tu mente que casi siempre no son seguras y te pueden causar daños....

—Pero ¿cómo?

—Porque estas te pueden incitar al suicidio, como hacerle daño a alguien solo para ¨protección¨ aunque no haya tal peligro.


Lo miré y me quedé en silencio, no dije nada más y solo me quedé allí mirándolo sin distraerme.

¿Cuál es la realidad? (Nueva versión de Mil voces que me atormentan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora