inicia

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Peter

No sé cuántos minutos hayan pasado, pero la tranquilidad es mortal en el aire. Con la tensión en el ambiente, cualquier cosa lo cortaría.

Recorro lo más silencioso que puedo por la orilla del territorio de Reaken, viendo fijamente nuestro lado del rio algún aliado o enemigo. En las escasas hectáreas que están despejadas de árboles.

Las risas de locura y rugidos felinos se callaron hace 5 minutos de caminata, Melissa hace lo que puede para que los cachorros hagan el suficiente silencio para pasar inadvertidos. Siento la sangre manchando mi pelaje gris, escurriendo lentamente hacia el suelo. Esta situación es grave, no sé cuánto aguantara Melissa, pero si no me apuro, se desmayara y morirá desangrada.

El plan es sencillo de entender. Ir de rio a bajo por el sur, rodeando todo el territorio Hale, pasar por el bosque de ninfas y brujas más allá de los límites sureños de nuestras tierras. Pasar del oeste, sur y dirigirnos al este con los Kitsunes. Ruego que Noshiko nos haya dado refugio.

El pastizal alto de Reaken es una ventaja natural a nuestro favor y contra. La hierba alta puede ocultarnos de la visión jaguar del otro lado del agua, pasando como fantasmas. El territorio ya está perdido, hemos sido derrotados por gatos súper desarrollados. Mejor irse que morir todos. Y contra, porque me la estoy jugando con el alfa Reaken, que si llega a descubrir que pase, no solo tendré encima a Kate, sino también a la manada de quimeras. Espero que tal sea el caso, en que nos los topemos, que recuerde que no mate a su hijo cuando paso al mío.

-llegamos- me saca de mi ensoñación Melissa.

Al frente de nuestras narices está el gran lago de las ninfas, donde desemboca el rio en pequeña cascada, mirándolo desde el barranco que estamos. Un poco más allá están los densos pinos y árboles de los druidas y brujas. No muy sabio ir por ahí, pero no teniendo alternativa hay que arriesgar.

Melissa no creo que pueda aguantar todo el viaje de rodear el gran lago. Podríamos nadar por el agua hacia el otro lado. Viéndolo bien, no es mucha distancia, pero el agua es fría y alta. No sé mucho de ninfas, pero una que otra historia es que les gusta jalar los pies hacia el fondo como juegos. De verdad es que muy aterrador en estas circunstancias.

Los lobos podemos nadar, pero el peso de Melissa con los cachorros me juega en mi contra. Llevarlos uno por uno me costaría demasiada energía y tiempo. El agua jugaría en contra de sus heridas, desangrándola más rápido.

No pienso arriesgar más de lo que ya estamos. Hacer el intento de rodear el lago por la orilla sur, debajo del barranco para que no nos vean.

-agarrasen bien-

Doy el primer salto hacia abajo en una roca sobresaliente de la tierra, como escales naturales  de la pared de tierra. Brinco de una en una, resbalando un poco y deteniéndome para que la beta se agarre más fuerte y no caerse con los cachorros.

Una vez abajo, comienzo el trote por toda la orilla en casi penumbras, si no fuera por mi visión de lobo, estaríamos perdidos. Otro salto grande para pasar un canal de agua, bañándome en el agua , mojándonos a los cuatro. Era un poco más ancho, cae la mitad de mi cuerpo al agua pero no me detengo y sigo el camino hacia delante.

Siento el calor de Stiles en mi lomo, con las patitas enterradas en mi denso pelaje para no caerse entre los senos de Melissa y mi espalda.

Por un momento vuelo hace unas horas, cuando me iba del territorio hacia Vancouver, a tener una nueva vida, dejando a mi compañero atrás.

¿Qué hubiera pasa si me hubiera ido?

Probablemente Melissa ya estaría muerta en la roca, Scott tal vez se hubiera ahogado por tratar de pasar el riachuelo, Stiles también podría haber muerto de la misma manera o un Jaguar les hubiera dado alcance y morderles el cuello.

por un raro eclipse (Steter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora