Déjame Amarte «Rizzoli & Isles»

Capítulo 8

El reloj casi marcaba las ocho cuando el Crown Victoria estacionó frente a la casa de Beacon Hill, Jane no había visto a la rubia desde lo del elevador y estaba ansiosa por hacerlo. Utilizó el juego de llaves que Maura le había dado y entró a la casa. La encontró junto a su madre mirando "algo", nadie pronunciaba palabra alguna pero ambos pares de ojos simplemente miraban la encimera como si intentaran encontrar algún objeto invisible en ella. Jane quiso mirar y se acercó a Maura, la sujetó de la cintura y elevó la cabeza para poder mirar sobre su hombro, pero no había nada.

— ¿Qué estamos viendo y por qué es importante? — Preguntó la detective, la respiración de Maura se agitó y su cuerpo se tensó, la voz de Jane recorriéndola completamente. Sus palabras, aunque muy simples, hicieron temblar a Maura. El solo hecho de tenerla tan cerca la desconcentraba, pero al recordar el día anterior y su reacción al romper la tarjeta de esa mujer, un nuevo sentimiento comenzó a recorrer el cuerpo de Maura, cualquier indicio del cariño que sentía por Jane se marchó y su sola presciencia era un incordio para la forense.

En otro momento habría permanecido así el mayor tiempo posible, pero no ahora, cuando los celos aún seguían intactos es su memoria. En un movimiento rápido y completamente en contra de lo que quería, se liberó del agarre de Jane, caminó justo detrás de ella, pero ni siquiera de inmutó, si Ángela no estuviera viendo a su hija incluso habría pensado que nadie había hablado — Nos vemos luego, Ángela.

Caminó escaleras arriba, una taza de té en sus manos y mirada firme e indiferente — ¡¿Estás enfadada conmigo?! — Gritó Jane con preocupación antes de que desapareciera de su vista, pero no hubo respuesta — Está enfadada conmigo, Ma —  Confirmó. Ángela se acercó a ella y la envolvió en un abrazo para calmar a su hija. La detective se aferró a su madre, dejando que todo lo que había pasado con Maura y el estrés acumulado se perdieran con ese abrazo, y a pesar de que Jane no era la clase de persona que amaba el contacto físico realmente necesitaba ese abrazo.

— ¿Qué le hiciste ahora, Janie? — Preguntó Ángela al separarse de ella, Jane suspiró sin estar completamente segura.

— Será mejor que me vaya. Nos vemos luego — Se despidió de su madre y salió camino a la comisaría. Maura estaba enfadada pero ya tendrían tiempo de arreglarse, ahora necesitaba atrapar a su asesino. Mientras menos estrés tuvieran, más fácil sería arreglar las cosas.

Cuando Jane llegó al departamento de policías se encontró con Korsak y Frost mirando atentamente la pizarra frente a ellos, caminó hacía ellos y les habló:

— Debemos encontrar a Emma. Revisemos su cuenta en la página que nos dio Sarah, debemos hablar con personas del bar por si saben algo

— ¿Puedes ir a ver si Maura encontró algo que nos pueda ayudar? Korsak y yo nos encargamos de lo otro — Mandó Barry, hablando tan rápido que Jane apenas pudo entender.  Iba a negarse en cuanto comprendió las palabras de su amigo, pero fue en vano, pues los detectives ya habían salido de la habitación.

— ¡Mierda! — Caminó hacía la morgue mucho más lento de lo que lo hacía normalmente. Normalmente iría corriendo solo para pasar un buen rato con su amiga, amaba hacerlo, pero sabía que ir  con ella cuando estaban enfadadas podría ser peligroso para su amistad y no quería arriesgarse, pero ahí estaba. A dos pasos de entrar.

El lugar estaba casi en silencio, lo único que se escuchaba era el leve zumbido del martillo con gancho que la forense estaba utilizando para separar el cráneo del cadáver sobre la mesa de metal. Incluso las palabras que Susie murmuraba a la grabadora eran inaudibles para Jane — Hola — Saludó dudosa. Un solo par de ojos se posó sobre ella.

— Detective Rizzoli ¿Qué le trae por aquí? — La cuestionó Susie, sonriendo como siempre.

— Quería saber si han hallado algo que nos ayude en el caso. — Jane se acercó curiosa a Maura, pero como supuso, la rubia se alejó de ella, buscando un lugar más apartado para continuar con su trabajo.