REAL

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—Esto no suena bien. Estás fuera de tiempo Alex, ¿podrías por favor, hacer algo bien en tu puta vida?

—No me estés jodiendo Adrian. Yo no estoy fuera de tiempo, tu maldita guitarra desafinada hace que todo suene como la mierda.

—Yo sabría si mi guitarra estuviera desafinada, pedazo de basura británica.

—¡Te voy a patear el culo maldito ruso asqueroso!

—¡Inténtalo!

Michelle se encontraba en casa de los miembros de Doxepin.

Estaban en la habitación en donde los chicos solían guardar sus instrumentos, componer canciones y obviamente ensayar.

La habitación era muy espaciosa, parecía ser un estudio realmente. Todos los chicos de la banda habían aportado para poder convertir aquel lugar en algo agradable y necesario para su música. Un tour alrededor de cinco ciudades les ayudó a reunir el dinero para la construcción de ese lugar y el resto de la casa -al menos eso era lo que Sandra le había comentado a ella-.

Faltaban dos días para la gran presentación en Skylar's.
Doxepin quería lucirse ese día para Peter Gastrell y su disposición hacía presente el estrés y la tensión entre ellos. Tal vez eso explicaba por qué discutían tanto durante los ensayos, como en ese momento.

Michelle se situaba en un viejo sillón del lugar, al lado de ella estaba Sandra. Ambas observaban cómo los chicos peleaban sin inmutarse. Aquello era totalmente normal para ellas.

—¿Podrían dejar de pelear, niñas? —intervino Mark con un tono de aburrimiento—. Adrian, revisa si tu guitarra está desafinada —dijo viendo despectivo al ojiverde—, y tú —miró a Alex—, encárgate de llevar el tiempo como es.

—Y tú —habló Alex—. Haz que ese maldito bajo suene. Tocas y parecemos una fallida copia de Royal Blood —atacó, viéndolo de mala gana.

—¿Quién es Royal Blood? —preguntó el rizado.

—La banda de Hard Rock de Inglaterra —respondió Jonathan desde el otro lado de la habitación. Como siempre, se encargaba de tomar fotos y vídeos en silencio.

—Con mucha razón no los conozco —vociferó Mark—. El rock británico apesta.

Alex se levantó del banquillo de su batería y utilizó una de sus baquetas para señalar a Mark—. Puedo nombrar veinticinco bandas británicas justo ahora para demostrar lo equivocado que estás... —informó con convicción, lo que provocó que nuevamente la discusión se intensificara por media hora hasta que todos llegaron a la conclusión que de las veinticinco bandas que Alex nombró, sólo cinco eran realmente buenas y por alguna razón en la que todos acordaron, One Direction formaba parte de esa lista.

Ya había anochecido cuando el ensayo culminó.

Los chicos se encargaron de dejar todo en orden mientras charlaban y bromeaban.

Michelle se acercó a Adrian en el momento en el que el chico sacó un cigarrillo de su bolsillo.
El joven llevaba el cabello recogido en una desarreglada coleta. Traía puesta una camisa a cuadros gris con las mangas arremangadas, los dos primeros botones de ésta desabrochados y jeans ligeramente ajustados y rasgados.

A Michelle le encantaba cómo se veía él, para ella, el muchacho no podía ni siquiera imaginar lo atractivo que era.

La chica notaba cómo las demás lo volteaban a ver cuando salían juntos.
Adrian no les prestaba atención, se dedicaba a tomarla de la mano, a darle cumplidos y estar cerca de ella todo el tiempo.

Michelle amaba que él fuera tan atento. La hacía sentir como la única chica en el mundo y sin duda alguna, se sentía totalmente afortunada de tener a su lado a alguien como Adrian.

PERDONA EL DESORDENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora