Perfectos Infieles | Saga Perfectos || Hot PAUSADA

TRES

Julio y yo hemos terminado la tarde con una infusión en el centro, le he comprado un lindo vestido y unos zapatos a juego a mi querida Sul y ahora mismo me encuentro entrando en la bañera. Todavía me queda tiempo suficiente para tomarme un buen baño de burbujas. Estiro mi cuello una vez dentro y cierro mis ojos. Estos baños me han estado dando la vida entera este último tiempo, cuando tenía ganas de llamarlo, me bañaba, cuando tenía ganas de sexo, también me bañaba y además, he descubierto que el olor a jazmín es muy reconfortante cuando te encuentras exasperada. Respiro hondo y dejo que la tranquila música de James Arthur me inunde.

¿De verdad quiero meterme en su mundo? No las tengo todas conmigo, nunca he sido de esas personas que es capaz de estar en un lugar con mucha gente, no he sido de esas que aman ir de galas benéficas. ¿Y que conseguiré? ¿Una nueva vida? ¿Convertirme en todo lo que odio? O quizá podría cambiar a mejor este lugar, apostar por las personas que son verdaderamente validas, dejar a un lado las caras bonitas. Dejar a un lado el dolor...

No he hecho nada más que centrarme en mi trabajo para poder aislar ese dolor que sentí cuando me di cuenta de que estaba completamente sola. Llegó un momento en el que sentí que todo se iba a derrumbar, que no sería capaz de salir de aquel agujero pero si, si que he sido capaz.

Todo en mi vida ha sido tan extraño que aun no entiendo porque sigo viva.

Me siento tan extraña, con tanta energía y tan llena de vida que me asusta. Me gustaría verlo de nuevo, no puedo negarlo, el único problema es que no se como puede acabar la cosa, el resentimiento y el odio que tengo dentro me hace estar alerta y ese estado es el que me ha causado ese ataque de pánico. Esa chica... podría haber sido ella. O es que quizá me estoy volviendo loca.

Una media hora más tarde estoy eligiendo mi vestimenta, no se que podría ir mejor y al final consigo decidirme por un vestido blanco, de tirantes y por encima de la rodilla, vaporoso pero no transparente. Lo convino con una chupa de cuero negra y con unas sandalias sin tacón del mismo color. Meto en mi bolso de mano todo lo necesario para volver sana y salva a casa y me maquillo un poco, algo de corrector, polvos, colorete y un labial nude, claro que con nude me quiero referir a un marrón bastante oscuro.

Dejo que mi pelo seque al aire libre y cojo un coletero para por si después quiero recogérmelo. Cojo el regalo que Josua me ha envuelto perfectamente para mi querida camarera . Espero que le guste... Lo cierto es que después de todo, no se mucho sobre ella. No se si le va a gustar el vestido, ni si es su estilo cuando no está en el trabajo pero bueno, la intención es lo que cuenta. ¿No?

He llamado a un taxi, no quiero estar pendiente de si quiero o no conducir. He bajado hace como cinco minutos y aun estoy esperando que quien sea que tenga que llegar llegue y lo peor es que me estoy empezando a enfadar. Una vez me he montado le doy la dirección al taxista, que parece conocer bien donde está el lugar, no me pone ni un pero y acelera dejando atrás mi bloque de apartamentos. ¿Pero de que va este hombre?

Las vistas de esta ciudad son preciosas y más aun cuando vas montada en la parte trasera de un taxi que lleva música relajante y que lleva un conductor que no ha dicho nada en todo el viaje hasta que hemos llegado a una pequeña cabaña solitaria cerca de la playa. Pago al hombre de mediana edad y me dispongo a salir. Echo un vistazo a mi alrededor pero no hay gran cosa, no veo a mucha gente pero me imagino que es solamente porque es temprano. Sonrío, U2 de Justin Bieber suena, es una de mis canciones favoritas.

Me acerco cautelosamente a la cabaña mientras no dejo de pasear mis ojos por toda la estancia, el agua del mar está calmada y el sonido es tenue a la vez que atrayente. Un escalofrío recorre mi espina dorsal cuando estoy a punto de entrar a la casa. Empujo la puerta, está abierta así que entro en la pequeña casa de madera. No hay nadie dentro, la sala simplemente se ilumina por un par de velas en la parte derecha.